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Escuelas Y Corrientes Sociológicas


Enviado por   •  15 de Mayo de 2015  •  7.169 Palabras (29 Páginas)  •  224 Visitas

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Escuelas y Corrientes.

Durante el siglo xix surgieron tres corrientes sociológicas modernas, todas ellas interpretando o explicando los hechos sociales, por lo tanto, proponiendo su enfoque hacia la sociedad moderna capitalista.

El materialismo histórico

Para comprender la concepción materialista de la historia es muy importante conocer lo más sobresaliente del movimiento obrero en Europa, particularmente en Inglaterra, país considerado cuna del desarrollo industrial y que vivió las consecuencia sociales por dicho desarrollo.

El nacimiento del movimiento obrero tiene una relación muy estrecha con el nacimiento del marxismo porque los dos movimientos pusieron en evidencia las contradicciones del capitalismo, por una parte, y por la otra, buscaron las explicaciones de esas contradicciones. El marxismo buscaba encontrar soluciones a las paupérrimas condiciones en las que se hallaban los proletarios europeos de principios de siglo.

Es necesario remarcar que las primeras máquinas eran demasiado elementales pero fueron suficientes como para provocar el aumento en el rendimiento del trabajo, la reducción de costos de producción y el aumento en la riqueza nacional, teniendo graves consecuencias para la sociedad europea como por ejemplo la quiebra de los centros manufactureros, se incrementó el dominio de la ciudad sobre el campo, el campo inglés prácticamente desapareció, aparecieron las grandes ciudades industriales y alrededor de ellas los arrabales, las producción de mercancías invadió el mundo de la época.

Pero la consecuencia más relevante de la Revolución Industrial fue indudablemente la aparición de dos clases sociales: la burguesía y el proletariado, de las cuales la primera vería aumentada su riqueza, mientras que la otra su pobreza, su indigencia y su explotación.

En cuanto aumentó el uso de las máquinas en las fábricas, los obreros fueron desplazados de manera prácticamente masiva, porque aquéllas podían hacer el trabajo de muchos obreros, en consecuencia éstos fueron sustituidos por las máquinas. Como las máquinas eran muy fáciles de manejar, pusieron a niños y mujeres al frente de las mismas, viviendo ambos grupos la mayor explotación fabril. En 1839, por ejemplo, la industria inglesa registraba el más alto porcentaje de mano de obra infantil y femenina.

En la medida que aumentaba la producción, aumentaban también los problemas sociales; de esta manera nacen los primeros movimientos de obreros, que durante su lucha adquirieron conciencia de su condición social, es decir, trabajadores explotados.

Al ser desplazados por las máquinas, en 1776 los obreros pidieron al parlamento inglés que prohibiera su uso, lo mismo hicieron en 1780, 1794 y 1808. Sin embargo, el parlamento se negó a aceptar su petición, hecho ante el cual los obreros optaron por asaltar las fábricas y destruir las máquinas.

El gobierno respondió inmediatamente, haciendo valer una ley de 1769, la cual calificaba como un crimen la destrucción intencionada de los edificios donde hubiera máquinas. Pero esa medida no fue suficiente, pues diez años después 8000 obreros del condado de Lancaster –algunos de ellos armados– participaron en la destrucción de máquinas. Este hecho se repitió entre 1811 a 1816; pero esas acciones no fueron suficientes para detener el uso cada vez más frecuente de las máquinas. A este movimiento obrero se le conoce como movimiento ludista; en memoria de su dirigente: Ned Ludd.

Asimismo, los trabajadores empezaron a organizarse para afrontar la situación dominante, para ello promovieron una huelga que inmediatamente tuvo respuesta del gobierno, promulgando en 1799 una ley contra las huelgas y coaliciones, e inclusive llegó a amenazar a los trabajadores con la pena de muerte. 25 años más tarde (en 1824) surgió una organización sindical, considerada ilegal por las autoridades, pero gracias a la gran presión de los obreros los sindicatos fueron legalizados.

Un año después (1825), una crisis provocó la necesidad de reducir salarios a los obreros; éstos respondieron con huelgas pero fueron reprimidos y algunos tuvieron que vivir en la clandestinidad. Como respuesta los trabajadores decidieron organizarse en cooperativas, buscando mejorar sus situaciones.

Algunas de las características del cooperativismo son: el intercambio entre trabajadores de distintos oficios; fomentar el comercio y la producción cooperativa; evitar entre ellos el carácter patronal y fomentar el sentido de la solidaridad.

Las cooperativas propiciaron el nacimiento de La Unión General de Trabajadores, organización que tenía como objetivos involucrarse en las luchas cotidianas de los trabajadores, promover entre sus miembros un nuevo concepto del orden social. Como consecuencia de esta organización en 1834 aparecieron dos grandes organizaciones obreras: Gran Alianza de Sindicatos y Sociedad para la Regeneración Nacional, ambas organizaciones tenían como objetivos convertirse en instrumentos de los trabajadores.

Estas organizaciones causaron preocupación a patrones y gobierno, y como respuesta promovieron paros patronales, a los huelguistas los despidieron y estos trabajadores eran marcados para que no les dieran trabajo en otros centros laborales. Los trabajadores despedidos instalaron sus propios talleres cooperativos y de esa manera se convertían en sus propios patrones.

La derrota que sufrieron los sindicatos en 1834 no fue definitiva; al contrario, despertó mayor interés en la política; los trabajadores sacaron la conclusión de que la acción sindical sola no era suficiente para enfrentar al parlamento; en adelante trabajaron la idea de unir a toda la clase obrera para pedir que se concediera a todos los varones el derecho de sufragio y de esa manera lograr cambios políticos. Con esta propuesta consideraban unir al mayor número de personas descontentas para así tener capacidad de presión y lograr mejoras económicas. Esta carta del pueblo, como se le conoce, se concretaba a cuestiones eminentemente económicas y se le llamó cartismo.

A la carta del pueblo se unieron los contrarios a la nueva ley de beneficencia (1838), quienes defendían la reforma de las fábricas, y todos los descontentos de los distritos urbanos e industriales, los radicales, los republicanos y socialistas varios. Paralelamente a este movimiento surgió un plan agrícola, el cual consistía en la compra de terrenos para formar colonias agrícolas y que éstas fueran trabajadas por obreros; esta petición fue rechazada por el Parlamento, lo cual dio como resultado el desconcierto entre los obreros y el surgimiento de dos grupos, uno proponía una huelga general y otro estaban por continuar con la campaña a favor de la reforma política.

En 1840-1842, hicieron

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