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Etica Nicomaquea (aristoteles)


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2012  •  1.856 Palabras (8 Páginas)  •  1.437 Visitas

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Introducción

El pensamiento ético de Aristóteles aparece recogido en tres obras: Gran Ética, Ética a Eudemo y Ética nicomaquea. En dichas obras considera a la acción no en cuanto es buena en sí misma, sino en cuanto que conduce a la felicidad o bien del hombre.

El planteamiento aristotélico gira en torno a la tesis de que la ética no es una ciencia sino un conocimiento, una reflexión de signo práctico. Para él, la felicidad consiste en una actividad constante, en donde el bien de cada uno consiste en su actividad o función propia, la felicidad consiste en la virtud humana, que permiten al hombre actuar y funcionar siempre como hombre.

Aristóteles distingue en el alma del ser humano dos partes fundamentales con sus correspondientes actividades o funciones: parte apetitiva y parte pensante: “Ethos” y “Dianoia”.

Las virtudes corresponden al carácter o al “ethos”, llamadas “virtudes éticas o morales”. Las virtudes orientadas hacia el pensamiento o “dianoia”, se denominan “virtudes dianoéticas” o intelectuales.

Libro primero

El hombre virtuoso es el mejor de todos que por sí solo comprende todas las cosas, es también noble el que sabe oír a los buenos consejos: pero quien no comprende nada por sí mismo, ni retiene en su mente las palabras de otro, es un hombre absolutamente inútil.

El bien propio del hombre es la actividad del alma en conformidad con la virtud. La felicidad se alcanza mediante la virtud y cierto aprendizaje o ejercicio que debe ser considerada como una cosa divina.

Llamamos virtud humana no a la del cuerpo, sino a la del alma, y afirmamos que la felicidad es una actividad del alma.

Libro segundo

Existen dos clases de virtud, la dianoética y la ética. La dianoetica tiene su origen principalmente (y también su incremento) en la enseñanza, por eso requiere experiencia y tiempo; la ética, en cambio, procede de la costumbre.

La virtud del hombre será también el hábito por el cual el hombre se vuelve bueno y, por el cual, realiza bien su función propia. La virtud, por tanto, es un habito voluntario y electivo, que consiste en un término medio respecto a nosotros, determinado por la razón y específicamente por aquella razón por la cual decidiría el hombre prudente.

La virtud es un término medio. Por todo aquello es trabajoso ser bueno y ello es así porque es trabajoso hallar el termino medio en toda las cosas. Por ejemplo, si se trata de dar y recibir dinero, el termino medio lo constituye la generosidad, siendo la prodigalidad (el derrochamiento) el exceso y la tacañería el defecto.

Libro tercero

El hombre, dueño de sí mismo por el contrario, actúa mediante elecciones y no impulsado por el hábito.

La opinión se distingue por ser verdadera o falsa, jamás por ser buena o mala, mientras que la elección se distingue justamente por lo último, es decir, por ser buena o mala. Gracias a nuestras elecciones de lo bueno o de lo malo, tenemos un carácter determinado (personalidad y temperamento) pero nunca por nuestras opiniones.

Cuando tomamos una decisión después de haber deliberado, nuestros deseos concuerdan con esta deliberación. En efecto, el bueno juzga bien las cosas y en todas se le muestra la verdad. Lo que más diferencia al hombre bueno es su capacidad de ver la verdad en todas las cosas. Al afirmar que las virtudes son voluntarias, somos en cierto modo responsables de nuestros hábitos y en consonancia con nuestra condición proponemos un fin determinado.

La virtud del intelecto es la sabiduría, o el conocimiento de los fines de la vida; la virtud de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar, y la virtud de las emociones es la templanza, o el autocontrol.

Libro cuarto

Hablemos ahora de la generosidad, el término medio respecto de las riquezas. Es mas propio del hombre generoso dar a quienes se debe dar donde se debe. Por esta razón, el reconocimiento o gratitud se tributa al que da, no al que recibe.

La magnanimidad, tiene por objeto grandes cosas, el magnánimo es aquel que tiene grandes pretensiones y es acreedor de ellas.

La generosidad es un termino medio relativo a dar y tomar riquezas. El generoso dará y gastara en lo que se debe y cuanto se debe, tanto en las cosas grandes como en las cosas pequeñas y lo hará siempre con agrado y, del mismo modo, tomará de donde debe y cuanto debe.

El hombre sincero es el que ama la verdad y la dice cuando es indiferente decirlo o no, claro que la dirá cuando no sea indiferente decirlo, es decir, cuando sea importante.

Libro quinto

Hay común acuerdo en llamar justicia a la disposición que hace capaces a los hombres de practicar lo que es justo, obrar justamente y querer lo justo. Atribuimos el calificativo de justo a todo aquello que tiene una condición capaz de producir y conservar la felicidad y sus constitutivos para la comunidad pública.

Efectivamente, todos están de acuerdo en lo referente a las distribuciones o repartos, que lo justo consiste en que deben ser realizados de acuerdo con los méritos. De esta manera lo justo es un término medio entre una especie de ganancia y de pérdida en los modos de trato (transacciones) no voluntarios, un tener lo mismo tanto antes como después.

Del mismo modo, las cosas que no son justas por naturaleza, sino por acuerdo humano, no son las mismas en todos los lugares. Así también no lo son los regímenes políticos, aunque sólo uno es el mejor por naturaleza en todas partes.

Libro sexto

El alma tiene dos partes: la racional y la irracional. La racional tiene dos partes: aquella

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