Evaluacion Basada En Aspectos Culturales

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Guadalupe Zacatecas a 26 de octubre de 2012 

Contenido

1. Introducción. 3

2. La evaluación Participativa. 4

3. Evaluación democrática o deliberativa 6

4. Evaluación comunitaria 7

5. EVALUACIÓN COLABORATIVA 7

6. El empowerment como estrategia de evaluación en la educación intercultural 8

6.- Bibliografía 10

1. Introducción.

Durante todos los tiempos la educación ha sido un tema de estudio donde se aportan bastantes ideas y la abordan diferentes corrientes, para tales efectos se toman en cuenta los contenidos, el curriculum, los entornos de aprendizaje, las herramientas de aprendizaje, los ambientes de aprendizaje para lograr un resultado significativo, en este caso se investiga la evaluación tomando como base los aspectos culturales y la organización dentro de la educación multicultural.

Se revisaran varios modelos de evaluación multicultural como son:

La evaluación participativa que se centra en la mejora de grupos e instituciones promoviendo el aprendizaje en la realidad en que se actúa, logrando mayor capacidad de autorreflexión.

La evaluación democrática o deliberativa donde el elemento clave es la representación de todos los grupos, la inclusión constituye uno de sus requisitos vinculándola con las estructuras sociopolíticas asegurando la representatividad democrática de todas las fuerzas sociales.

La evaluación comunitaria, en este caso se toma como base la cultura, problemas y lenguajes de las familias que forman la comunidad educativa, entendiendo que el evaluador se convierte en un colaborador en los procesos de enseñanza para desarrollar habilidades, conocimientos y actitudes.

La evaluación colaborativa, se basa en la participación de dos o más instituciones.

El Empowerment Evaluation que toma como base las fortalezas y experiencias de los grupos más oprimidos ayudándolos a comprender la estructura social impulsando el desarrollo de sus capacidades buscando un cambio y emancipación social.

2. La evaluación Participativa.

Se trata de un término cargado de múltiples significados. Cousins y Whitmore (1998) hablarán de dos grandes corrientes:

a) La evaluación participativa práctica (Practical participatory evaluation)

b) La evaluación participativa transformadora (Transformative participatory evaluation)

Sobre esta división vuelven otros autores como Brisolara (1998). Un estudio del contenido dado a estas dos corrientes permite establecer un claro paralelismo entre la 1ª y la investigación acción práctica y cooperativa (en la línea de Tikunoff y Ward, 1982) y entre la 2ª y la investigación participativa e investigación acción emancipatoria, (situadas estas dos últimas en el enfoque socio-crítico). Los autores citados y los indicadores del proceso, así lo sugieren.

De todas formas, como reconocen Cousins y Whitmore, aunque difieran en la orientación filosófica (pragmática y emancipatoria respectivamente), existen en estas dos corrientes muchos elementos que comparten y no siempre es claro situar autores y modelos en esta clasificación.

El análisis que realizan de 7 formas de evaluación participativa se lleva a cabo desde 3 ejes fundamentales:

a) Quién crea y controla la producción del conocimiento en el proceso de evaluación.

b) Cómo se realiza la selección de los «stakeholders» o personas interesadas y/o afectadas por el programa.

c) Cuál es la profundidad y la extensión de la participación en el proceso evaluativo por parte de los grupos implicados.

Cada uno de ellos resulta un continuo que nos permite situar una investigación participativa concreta.

¿Cómo puede llevarse a cabo una evaluación participativa?

Este término aún no tiene una traducción admitida y generalizada por la comunidad científica, en castellano. De ahí que para su identificación hayamos preferido ponerlo en inglés.

Este término puede definirse como aquellos con intereses en el objetivo de la evaluación, es decir los sponsors del programa, gestores e implementadores, miembros de grupos de especial interés, beneficiarios del programa que tienen un espacio definido en su evaluación. Como vemos va más allá que lo que hemos definido habitualmente como «audiencia».

Desde la perspectiva intercultural, queremos poner el énfasis en algunos elementos, explicitados en otros trabajos (Cabrera, 2000, pp. 18-21; Sandín, 997), que caracterizan la evaluación participativa.

• La evaluación se centra, no en la legitimación o deslegitimación sino en la mejora de grupos e instituciones. El equipo de trabajo, que ha asumido la evaluación del programa es en sí mismo un activador del cambio puesto que genera una actitud reflexiva y transformadora de sus miembros.

• Este proceso promueve el aprendizaje en la realidad sobre la que actúa.

«Trabajar en grupo; contrastar opiniones; discutir cómo enfocar diferentes actividades; valorar resultados; introducir el diario como elemento de reflexión; animarnos mutuamente en el caso de duda sobre el trabajo realizado... Son para mí aspectos positivos que me han ayudado a formarme... y esto gracias a las personas que formábamos en el grupo de trabajo (M.R. Profesora participante

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