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Felipe Carillo Puerto, Quintana Roo A 23 De Octubre Del 2012 CENTRO REGIONAL DE EDUCACIÒN NORMAL CLAVE: 23DNE0002D CURSO: Desarrollo físico Y Psicomotor II PROFESOR: Virginia Del Carmen Ríos May GRADO Y GRUPO: 2º "B". Tercer Semestre. Al


Enviado por   •  29 de Octubre de 2012  •  1.968 Palabras (8 Páginas)  •  976 Visitas

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INTRODUCCIÒN:

El trabajo que a continuación se presenta nos habla acerca de los deferentes tipos de retos que implica poner en juego las habilidades motrices básicas de los niños, retos que la educadora debe de superar utilizando métodos apropiados para una buena enseñanza, de acuerdo a las necesidades que tenga el grupo, y considerando las necesidades individuales de los niños y niñas, ya que tienen diferentes capacidades para aprender, pensar y razonar.

De igual manera hablaremos sobre la importancia y el papel que juega la educadora para favorecer la formación de hábitos y actitudes, ya que recordemos que el proceso de formación de hábitos en los niños(as), se basa en la construcción de rutinas diarias. Los hábitos conforman las costumbres, actitudes, formas de comportamiento que asumen las personas ante situaciones concretas de la vida diaria, las cuales conllevan a formar y consolidar pautas de conductas y aprendizajes que se mantienen en el tiempo y repercuten favorable o desfavorablemente.

En este mismo tema tratará del reconocimiento del cuerpo del los infantes y de la importancia de la intervención educativa para propiciar que los niños amplíen sus capacidades de control y conciencia corporal, ya que el reconocimiento de las partes de su cuerpo, hará de nuestros infantes personas que se acepten tal y como son, y que aprendan a aceptar a los demás, sin importar las diferencias.

Este escrito nos mostrará también el papel y trabajo de la educadora en la promoción de la salud en la educación preescolar y de esta tomando encuentra que la salud implica que todas las necesidades fundamentales de los niños estén cubiertas: afectivas, sanitarias, nutricionales, sociales y culturales. La educación y la salud van de la mano ya que juntas constituyen un camino para una niñez y un mundo mejor.

DESARROLLO

En el desarrollo físico de las niñas y los niños están involucrados el movimiento y la locomoción, la estabilidad y el equilibrio, la manipulación, la proyección y la recepción consideradas como capacidades motrices básicas.

Es importante que observemos las oportunidades que ofrece la educación preescolar para favorecer el desarrollo físico y psicomotor de los niños, ya que esto nos permitirá darnos cuenta de los retos que implica poner en juego las habilidades motrices básicas al igual que potencialicemos y desarrollemos adecuadamente las habilidades y destrezas de los niños, así como sus competencias y capacidades.

La educadora debe reconocer el hecho de que cada niño y niña ha desarrollado habilidades motoras en su vida cotidiana esto le generará el reto de buscar actividades que propicien el fortalecimiento de las habilidades y conocimiento que ya ha adquirido cada niño, tomando en cuenta los ritmos de desarrollo y las condiciones en que se desenvuelven en el ambiente familiar.

Por ello parte de los retos que la educadora maneja al trabajar con el grupo es enfrentarse a la heterogeneidad puesto que todos los niños son diferentes pues vienen de diferente contexto familiar y social, para eso debe buscar un tema de interés común con el cual partir para llamar la atención del grupo en general y que se involucren en las actividades que se han diseñado para el fortalecimiento de sus conocimientos y el desarrollo de sus competencias motrices.

Otro de los retos que se pueden presentar son las niñas y los niños con necesidades educativas, aunque requieren de atención particular es importante que sean incluidos en las actividades de destreza y movimiento y ser apoyados para que ellos participen a partir de sus propias posibilidades, animarlos a participar para que superen posibles inhibiciones y temor, así como propiciar que se sientan cada vez más capaces, seguros y que se den cuenta de sus logros, estas son actitudes positivas que la educadora debe asumir hacia ellos y fomentar en todas y todos los miembros del grupo, así como implementar estrategias para que ellos puedan desarrollarse plenamente y buscar actividades que estén llenas de contenido y que potencien todos sus conocimientos y capacidades.

De igual manera es substancial la importancia de favorecer la formación de hábitos y actitudes relacionadas con el reconocimiento de su cuerpo y el cuidado de la salud ya que el aprendizaje del esquema corporal interviene directamente en la formación de una identidad propia en los niños.

El reconocimiento de su rostro y su cuerpo, así como el descubrimiento de que esos mismos elementos están en la gente que los rodea, son piezas que poco a poco integrarán su noción de individuo; un individuo que es parte de una comunidad; es necesario iniciar este proceso de la formación de hábitos a temprana edad, ya que la adquisición de éstos les permite ser más autónomos.

Los pequeños se mueven y exploran el mundo, pasan del movimiento incontrolado al autocontrol del cuerpo, a dirigir la actividad física y a enfocar la atención hacia determinadas tareas. Estos cambios se relacionan con los procesos madurativos del cerebro que se dan en cada individuo y con las experiencias que las niñas y los niños viven en los ambientes donde se desenvuelven.

La intervención educativa en relación con el desarrollo físico debe propiciar que los niños amplíen sus capacidades de control y conciencia corporal (capacidad de identificar y utilizar distintas partes de su cuerpo y comprender sus funciones), que experimenten diversos movimientos y la expresión corporal.

Las capacidades motrices gruesas y finas se desarrollan rápidamente cuando las niñas y los niños se hacen más conscientes de su propio cuerpo, y empiezan a darse cuenta de lo que pueden hacer; disfrutan desplazándose y corriendo en cualquier sitio; “se atreven” a enfrentar nuevos desafíos en los que ponen a prueba sus capacidades (por ejemplo, experimentan saltando de diversas alturas, realizando acrobacias, etc.), y ello les permite ampliar su competencia física, al tiempo que experimentan sentimientos de logro y actitudes de perseverancia.

La

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