Habilidadel Del Pensamiento Para El Desarrollo De La Escritura Argumentada Y El Pensamiento Critico

SISTEMA EDUCATIVO ESTATAL

COORDINACION REGIONAL DE EDUCACION ESPECIAL

DIPLOMADO:

HABILIDADES DEL PENSAMIENTO PARA EL DESARROLLO DE LA ESCRITURA ARGUMENTADA Y EL PENSAMIENTO CRITICO.

PRESENTA:

ORALIA SILOE AGUILAR MIRELES

Mexicali, Baja California a 6 de julio de 2012.

Pensamiento crítico.

Bien he ya casi terminado un curso sobre el Pensamiento crítico, y eso me hace pensar en dos frases; una de cuando era niña decíamos “que es qué es que entre más le quitas más grande es?” Diga usted la respuesta. El otro es una frase del célebre Sócrates “solo sé que no se nada”. Son mis primeros sentires con respecto a el pensamiento crítico.

Para iniciar me referiré a los conceptos que tenemos acerca del Pensamiento crítico, éste está definido como una actitud intelectual que se propone analizar o evaluar la estructura y consistencia de los razonamientos; por otro lado ese uso de razonamiento de manera práctica se le atribuye a la inteligencia y el conocimiento.

Como resultado de mi participación en el curso de Habilidades del Pensamiento Crítico he despertado a la necesidad de examinar metódicamente mis hábitos mentales. “Crítico” significa intencional, con propósito, siendo el propósito pensar de una manera que nos ayude a resolver problemas que mejoren nuestra calidad de vida así como la de otros. En mi actividad profesional como directora y entrenadora de maestros, mis hábitos de pensamiento tienen una influencia directa en el aprovechamiento de cientos de alumnos cada año.

Pensar es una actividad constante y principalmente inconsciente, como respirar. Sin embargo, quien desee mejorar sus resultados tendría que tener una actitud crítica positiva, tanto para respirar como para pensar. Los cantantes y deportistas desarrollan su conocimiento de los procesos de respiración para practicarlos, mejorarlos y aplicarlos de manera que su actuación en los escenarios sea óptima. No por eso pierden su habilidad de respirar normal o inconscientemente, sino que respiran mejor que la población en general. Así quienes practicamos la docencia debemos desarrollar las habilidades del pensamiento crítico, para desarrollarlas intencionalmente y aplicarlas con excelencia en nuestra actividad profesional y personal.

Los siguientes conceptos elementales relacionados al pensamiento son frecuentemente ignorados por el profesional, quien piensa haberlos trascendido ya. Pero sin atención, es posible descuidarnos el fundamento del pensamiento crítico. De allí que haya entre los docentes personal incapaz de asimilar el cambio en los métodos educativos y de adecuarse a las características específicas de las nuevas generaciones. Lo que continuamente se diagnostica como problemas de comunicación, son en realidad problemas de pensamiento. Intentamos que las personas acepten ideas completas sin atender a las condiciones y procesos de pensamiento que deben darse dentro de ellos para que puedan digerir los conceptos e incorporarlos dentro de su esquema mental. Si hay procesos viciados en la elaboración del pensamiento, el mejor imput no dará el output esperado. Por ejemplo, no es posible que un paradigma educativo de pensamiento convergente produzca en los alumnos excelencia en el pensamiento divergente. Cuando las nuevas generaciones se muestran incapaces de innovar para resolver los problemas modernos, podemos reconsiderar nuestro restrictivo enfoque en repetir fórmulas y procesos sin atender a respuestas alternativas que se abran a la imaginación y la fantasía.

Julio César Tovar-Gálvez aborda esta dinámica de utilización del pensamiento como una disciplina metacognitiva: capacitar al pensador para conocer, escoger y aplicar sus técnicas de pensamiento estratégicamente. La práctica docente requiere de la integración de metodología científica y adecuación psicológica. No es en la pureza de la teoría del pensamiento, sino en la honestidad de su aplicación que se obtienen los mejores resultados en el aprendizaje. Tovar-Gálvez define un ciclo de aprendizaje en el cual el pensador planea sus estrategias, las aplica, evalúa los resultados y comienza el ciclo de nuevo.

En un plano más amplio, la razón para cimentarnos como docentes en la práctica y enseñanza de los hábitos del pensamiento crítico van hasta la cohesión de la sociedad misma. Si los ciudadanos son incapaces de examinar su propio pensamiento, se volverán ingobernables, como se puede deducir del trabajo de Raimundo Heredia Vargas. Tales ciudadanos serán incapaces de balancear sus exigencias en cuanto al rol proveedor del gobierno y su autoridad para regular las vidas de los gobernados. Una población sin pensamiento crítico es presa fácil de la autoridad totalitaria. Por miedo, flojera o incapacidad, le dejan el trabajo de pensar a otro y ceden sus derechos a soñar y luchar por sí mismos.

Como líder en la docencia, me propongo desarrollar ambientes de trabajo en los cuales maestros y alumnos desarrollen las cuatro hábitos de los pensadores críticos identificados por S. D. Brookfield (1987): 1. Examinar las implicaciones tácitas que se incluyen en una idea, 2. Analizar el contexto en que se aplica la idea, 3. Explorar ideas divergentes y 4. Cuestionar la validez de aquellas afirmaciones que aceptan como universales y definitivas.

De ninguna manera puede el pensamiento ser divorciado de sus implicaciones últimas, por lo cual Jacques Tardif (2008) establece que el pensamiento crítico debe dar como resultado una persona capaz

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