Hechos Ilicitos

Reporte de lectura de “Los Hechos Ilícitos”. Del libro de Teoría general de las obligaciones. Autor Javier Martínez Alarcón.

El ilícito siempre constituye un hecho jurídico, pues el que incurre en él no tiene el propósito de atraer las consecuencias jurídicas de su conducta, se produce necesariamente por disposición de ley.

En términos legales podemos decir: se considera hechos jurídicos simplemente naturales que son fuentes de obligaciones, la mezcla, confusión e incorporación de cosa operada casualmente.

Lo ilícito es la conducta que viola una norma de orden público o las buenas costumbres.

Pero es necesario hacer la diferenciación de acto ilícito, que Roberto Ruggiero lo define como:

Todo comportamiento de una persona que lesione injustamente la esfera jurídica ajena constituye un acto ilícito y esta esfera jurídica se lesiona por quien hallándose vinculado a otro por una obligación no cumple esta y por quien sin estar vinculado por la obligación vulnera el derecho de una persona, violando el principio general que prohíbe atentar contra los derechos ajenos (…)

Al tratar de diferenciar el acto del hecho jurídico, el ilícito contractual surge de un acto jurídico cuyo objetivo natural es el cumplimiento de la obligación, y el ilícito constituye el incumplimiento.

En los hechos ilícitos el autor tiene la voluntad de producir el hecho, pero independientemente de aquella surge, de ese hecho y a su cargo, la obligación de indemnizar los daños y perjuicios que cause.

Por tanto la violación a las buenas costumbres constituye un ilícito, que resulta del atentado contra los elementos morales necesarios para la convivencia social, siempre que produzca efectos para derecho.

En una definición de buenas costumbres, tenemos:

Boni mres: expresión con la que se quiere indicar toda una serie de reglas o normas de conducta que debían ser observadas para obrar rectamente en la esfera jurídica pública y privada y cuya inobservancia acarreaba para los ciudadanos romanos el poder ser tachado con nota infame en el censo. Los negocios jurídicos celebrados en contra de ellas constituían un negocio inmoral.

Las leyes de interés de los particulares son renunciables por las partes del contrato, de acuerdo con el principio de autonomía de la voluntad. Las leyes de orden público, son taxativas, es decir de observancia necesaria; se imponen a las partes independientemente de su voluntad.

Los elementos de la responsabilidad civil subjetiva, se derivan de la conducta culpable del sujeto o agente del daño.

La responsabilidad objetiva proviene de las características del objeto, sin que intervenga el concepto de culpa, para producirse la responsabilidad civil subjetiva

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