Inclusión En La Educación Costarricense

En Costa Rica el término inclusión tiene sus orígenes a partir del año 1994, los conceptos de necesidades educativas especiales y de adecuación curricular se consolida con la promulgación de la Ley 7600 de Igualdad de Oportunidades para la personas con discapacidad, esto para el año 1996.

La educación inclusiva y de calidad se basa en el derecho de todos los alumnos y alumnas a recibir una educación de calidad que satisfaga sus necesidades básicas de aprendizaje y enriquezca sus vidas; cuando hablamos de inclusión se trata de comunicar más claramente y con mayor exactitud que todos los niños y niñas necesitan estar incluidos en la vida educativa y social de los diferentes centros educativos y en la sociedad en general.

De acuerdo con Calvo (2009), “La inclusión se logra cuando todas las personas, conjuntamente, organizan, planifican y gestionan la atención a la diversidad con el fin de eliminar las barreras que impiden al alumno y alumna su aprendizaje y su participación”. Por lo tanto, la educación inclusiva pretende acercar la educación a todas aquellas personas que históricamente han quedado relegadas de las oportunidades de educarse, así de evitar que quienes ya ejercen este derecho sean excluidos de los centros educativos por razones personales o culturales.

La educación inclusiva no requiere únicamente ubicar o no excluir a los estudiantes con necesidades educativas especiales en los centros regulares, sino que debe garantizar que las cosas que se hagan en los salones de clase respondan a sus disposiciones y necesidades específicas.

La integración educativa significa un cambio radical en los planteamientos, creencias y prácticas educativas, que comenzó con la incorporación de alumnos con discapacidad en los centros y en las aulas ordinarias. Representa un avance muy significativo y relevante para acabar con la exclusión y la discriminación de ciertos alumnos y alumnas, potenciando la equidad y la igualdad de oportunidades.

La diversidad en el ser humano presenta tres características claves: es un hecho natural, complejo y múltiple. La diversidad se contempla como un hecho ineludible en la escuela, nadie duda de que está siempre presente entre los alumnos y alumnas y que debemos convivir con ella. Por esta razón es importante aplicar la lógica de la heterogeneidad, la cual se fundamenta en reconocer, admitir y aceptar las diferencias humanas, como un hecho natural e inevitable con el que debemos aprender a convivir también en las aulas y los centros educativos, por ello más que preocuparnos por reducir esta diversidad o por crear y desarrollar programas paralelos e itinerarios categorizadores y diferenciados, se debe atender la necesidad de desarrollar estrategias didácticas adaptadas a esta diversidad, que nos permita incrementar la capacidad del o la docente y del grupo al cual pertenece el alumno o alumna, con las diferentes necesidades educativas especiales, para responder adecuadamente a esta diversidad, sin necesidad de categorizar ni clasificar a los alumnos y alumnas.

La educación inclusiva se plantea para trabajar en la consecución de dos objetivos fundamentales:

- La defensa de la equidad y la calidad educativa para todos los alumnos y alumnas, sin excepciones.

- La lucha contra la exclusión y la segregación en la educación.

Cuando se da una educación inclusivas, cada persona es un miembro importante y valioso con responsabilidades y con un papel que desempeñar para apoyar a los demás. Esto no podría ocurrir si ciertos estudiantes siempre recibieran y nunca dieran apoyo.

A nivel de Costa Rica el término inclusión resonó con mayor fuerza a finales del año 2008, cuando la Universidad Estatal a Distancia propuso llevar a cabo el proyecto de investigación acción denominado "Construyamos centros educativos inclusivos", inicialmente con la participación de la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Universidad de Salamanca (USAL) y la Universidad de Costa Rica (UCR).

Desde el inicio de este proyecto buscaba transformar algunos centros educativos tradicionales en centros que fueran cada vez más inclusivos, teniendo como base el análisis de una cultura, prácticas y políticas institucionales que permitieran el fortalecimiento de actitudes para favorecer la equidad y así evitar la discriminación y la exclusión entre algunas de sus aspiraciones.

Cabe resaltar que a pesar de las buenas intenciones de este proyecto es evidente que en muchas de las instituciones de nuestro país la inclusión de niños y niñas con necesidades educativas especiales es muy escasa, es decir, las estrategias metodológicas de este tipo se implementan en muy pocas ocasiones y la gran mayoría de los estudiantes, sin importar sus necesidades, intereses, habilidades, competencias y aptitudes, deben prepararse para rendir en diferentes instrumentos como lo son las pruebas escritas; donde se verá medida la parte memorística, de los objetivos y contenidos contemplados en los programas de estudio oficiales desarrollados en las clases, de cara a exámenes ya establecidos denominados pruebas nacionales, las cuales todos los estudiantes, sin excepción, deben realizar y aprobarlas para poder concluir el proceso de educación.

De esta manera es evidente como se violenta el derecho a las diferentes habilidades y capacidades, sin importar las condiciones que afecten o rodeen a un alumno o alumna, esto debido a que al ser incluidos en aulas regulares muchos de los docentes no contemplan las individualidades

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