Inocencio Y La Contrataciòn

INOCENCIO Y LA CONTRATACIÓN

1. Presentación

Transcurría el año 2009 en la cosmopolita ciudad de Bogotá, las contrataciones locales eran realizadas por las entonces famosas Unidades Ejecutoras Locales, UEL , creadas en el gobierno del Alcalde Enrique Peñalosa, con el propósito de centralizar la contratación en áreas específicas (salud, deportes, educación, etc) para “evitar la corrupción y mejorar la inversión de los recursos locales” al contar con oficinas especializadas y personal idóneo en cada una de las áreas a contratar.

La intención y el propósito para el cual fueron creadas las UEL, eran bastante loables, pero tanta eficiencia en el manejo de los recursos y tanta eficacia en la realización de los objetivos, no pasaba de ser una mera ilusión.

La tan cacareada transparencia, publicidad, igualdad, eficiencia, eficacia en el manejo de la contratación, eran solo un sofisma de distracción y la realidad era bien distinta. El tráfico de influencias, el pago de comisiones, el clientelismo y en general todos los problemas derivados de la politiquería eran el pan de cada día en estas oficinas gubernamentales, y es allí donde inicia nuestra historia.

La ley 80 de 1993 y la ley 1150 de 2007 reglamentaban los procesos de contratación en nuestro país para garantizar “los principios constitucionales del quehacer del Estado” que permitían además la prestación de servicios públicos a través de la contratación de terceros para alcanzar la satisfacción de las necesidades de la población, en otras palabras, se permitiría que organizaciones sin ánimo de lucro o particulares pudiesen contratar proyectos que anteriormente solo podrían ser ejecutados por el Estado.

Y es en la tierra del Cacique Hyntiba , en donde por esta época se hace una gran convocatoria para la participación de las organizaciones sociales de Fontibón con el objeto de que sea una de estas organizaciones (la más idónea, de acuerdo a los términos de referencia) la encargada de realizar lo “JUEGOS DE INTEGRACIÓN CIUDADANA 2009” , evento que se realiza cada año en todas las localidades, bajo la supervisión del IDRD. con el objetivo fundamental de lograr la participación de todos los sectores de cada localidad y garantizar la satisfacción de las necesidades de cultura, recreación y deporte de los ciudadanos para fortalecer a través de este proceso la legitimidad del Estado.

2. INTRODUCCIÓN

El trabajo que a continuación presentamos busca como objetivo fundamental, mostrar de una manera sencilla pero bien documentada, uno de los tantos casos de corrupción que se presentaban en las UEL, en este caso, la del IDRD, y como a pesar de todos los “mecanismos de control” de las veedurías ciudadanas, de las interventorías y supervisiones institucionales y locales; los funcionarios de turno, se burlaban de la situación legal contractual para implementar el tráfico de influencias, el clientelismo, la compra de conciencias y en general la corrupción estatal, todo esto para alcanzar sus propios beneficios económicos y clientelistas a través de la corrupción, en detrimento de la participación ciudadana, del fortalecimiento de las organizaciones sociales, de la confianza y credibilidad institucional y de las buenas prácticas gubernamentales.

Toda la información acerca del caso en estudio, fue extractada de los archivos de COALAPRO, entidad a la cual agradecemos su colaboración.

INOCENCIO Y LA CONTRATACIÓN

Inocencio Buenas Peras, es un ciudadano ejemplar, residente desde hace muchos años en la localidad de Fontibón, líder social y asistente a cuanta reunión proponen los gobernantes y las instituciones locales.

A causa de sus grandes inquietudes sociales y de su liderazgo, decide participar en la junta de Acción Comunal de su barrio, pues siempre había oído hablar de que esta organización era la encargada de solucionar los problemas que aquejaban a su comunidad.

Siempre pensaba en grandes proyectos: el mejoramiento de su parque vecinal, la construcción de andenes, la implementación de escuelas de formación artística y deportiva, la construcción del salón comunal, el arreglo y pavimentación de las vías, entre otras muchas cosas.

Había oído hablar de que los políticos, ediles, concejales y congresistas daban auxilios para solucionar los problemas de su barrio, pero que estos recursos siempre “se los robaban los de la Junta”.

Decidió el entonces, que tendría que acabarse esta situación y que él sería el promotor de este cambio, y por tanto se inscribiría en la Acción Comunal de su barrio y participaría en la misma como directivo.

Su sorpresa fue grande al asistir a su primera asamblea comunal, en donde se darían las pautas para poder ser dignatario de la nueva Junta de Acción Comunal, que se elegiría dentro de poco. Pudo observar, que aunque todos hablaban de las deficiencias y de los robos de los directivos de la Junta, eran muy pocas las personas que querían cambiar esta situación, es más, se sorprendió de la gran dificultad que representaba, armar una plancha, la gente criticaba, renegaba, juzgaba a los directivos, sin embargo, siempre se presentaban los mismos, la razón, no había quien los reemplazara.

Finalmente Inocencio es inscrito y elegido como directivo de la Junta de Acción Comunal de su barrio y empieza a darse cuenta de que no hay tales auxilios, de que la JAC es un organismo privado y que por tanto debe generar soluciones y recursos propios, aunque tiene la característica y gran ventaja de servir de puente entre la comunidad y las instituciones gubernamentales y se encarga de realizar la gestión para proponer los proyectos que deben ser priorizados en los “encuentros ciudadanos” y ser incluidos en el Plan de Desarrollo.

En este proceso, Inocencio se da cuenta de las manipulaciones de que son objeto los dignatarios de la Junta por cuenta de los politiqueros de turno, de las falsas promesas que se le hacen a la comunidad y de la manipulación de la información que hacen los gobernantes para beneficiar a uno u otro grupo político, especialmente en época electoral.

A pesar de todo esto, Inocencio no desistió en el deseo de trabajar por su comunidad, su cargo como dignatario le permitió asistir a un sin número de capacitaciones en donde comprendió que no todo era malo, que se podía participar honestamente y ser parte de la solución a

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