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Juicio Moral Autonomo


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  2.469 Palabras (10 Páginas)  •  3.721 Visitas

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EL JUICIO MORAL AUTÓNOMO

“No hay mejor bien en una persona que su buena voluntad”

1.- ¿QUÉ ES LA MORAL?

Es el conjunto de normas, principios y valores que rigen nuestro comportamiento. La moral nos hace actuar de una manera determinada y nos permite saber que debemos hacer en una situación concreta.

2.- ¿QUÉ ENTENDEMOS POR JUICIO?

Juicio es una facultad del alma que permite diferenciar entre el bien y el mal. Cuando se pone en palabras, el juicio es una opinión o un dictamen. La moral, por otra parte, está asociada las costumbres, valores, creencias y normas de una persona o de un grupo social. La moral funciona como una guía para actuar ya que distingue entre lo correcto y lo incorrecto.

3.- ¿QUÉ ENTENDEMOS POR JUICIO MORAL?

Se llama juicio moral a aquel acto mental que afirma o niega el valor moral ante una situación determinada o un comportamiento del que somos testigos, es decir, el juicio moral que se da como resultado se pronunciará específicamente sobre la presencia o ausencia de ética en un hecho o actitud.

Los juicios morales son posibles gracias al sentido moral que cada ser humano posee. Este sentido moral es el resultado de los esquemas, normas y reglas que hemos ido adquiriendo y aprendiendo a lo largo de nuestra vida. En primera instancia será la familia, los padres, los abuelos, quienes nos transmitirán esa información y preceptos, luego, las instituciones educativas en las cuales intervengamos y en última instancia el medio ambiente en el cual nos desenvolveremos, el cual también nos irá diciendo e indicando qué está bien, qué está mal, nos guiará sobre lo bueno, sobre lo malo, entre otras cuestiones. Los juicios morales son posibles gracias al sentido moral que cada ser humano posee. Este sentido moral es el resultado de los esquemas, normas y reglas que hemos ido adquiriendo y aprendiendo a lo largo de nuestra vida. En primera instancia será la familia, los padres, los abuelos, quienes nos transmitirán esa información y preceptos, luego, las instituciones educativas en las cuales intervengamos y en última instancia el medio ambiente en el cual nos desenvolveremos, el cual también nos irá diciendo e indicando qué está bien, qué está mal, nos guiará sobre lo bueno, sobre lo malo, entre otras cuestiones.

De esto se desprende que la educación y los valores que nos hayan inculcado desde pequeños resultarán fundamentales y la base sobre la cual podremos determinar cuando algo está bien o mal.

4.- JUICIO MORAL AUTÓNOMO

A partir de los 10 años los niños ya se percatan de que las reglas son acuerdos arbitrarios que pueden ser impugnados y modificados con el consentimiento de las personas a las que rigen. Creen que las reglas pueden ser violadas para atender las necesidades humanas y tienen en cuenta la intencionalidad del actor más que las consecuencias del acto. Han aprendido que algunos crímenes pasan desapercibidos y no son castigados. De los doce años en adelante los niños sufren cambios biológicos y psicológicos radicales. Se produce la maduración sexual, pero también una maduración biológica general que potencia el desarrollo intelectual y moral. Los niños, en esta etapa, se convierten en adolescentes y sus estructuras de conocimiento permiten ya las generalizaciones y la realización de operaciones mentales abstractas. Los conceptos se integran en sistemas de proposiciones y se aprende a pasar de lo particular a lo general y de lo general a lo particular. En esta etapa surgen sentimientos morales personalizados, como la compasión o el altruismo, que exigen la consideración de la situación concreta del otro como un caso particular de la aplicación de las normas. Gracias a esto, la rigidez de aplicación de las normas y conceptos morales, propia del estadio anterior, desaparece, completándose el paso de la presión adulta al control individual de la propia conducta. El adolescente formula principios morales generales y los afirma de un modo autónomo frente a las normas exteriores. El respeto a estas últimas se realiza de un modo personal.

Según Piaget, el desarrollo moral del niño consiste en la evolución desde una moral heterónoma, donde las normas son impuestas por la presión de los adultos, hacia y hasta una moral autónoma, donde las normas emergen de las relaciones de reciprocidad y de cooperación. Esta moral autónoma llega a ser posible porque el desarrollo cognitivo permite al niño ser capaz de situarse en la perspectiva de los otros. El descentramiento cognitivo, la capacidad para ver el mundo y para verse a sí mismo desde el punto de vista de otros, constituye el requisito cognitivo previo para que el niño, en los umbrales ya de la adolescencia, sea capaz de adoptar un juicio moral fundamentado en la cooperación entre iguales. Sin embargo, no es sólo el desarrollo cognitivo; también la experiencia de interacciones sociales recíprocas en condiciones de igualdad y de mutuo respeto, es necesaria para la elaboración de un juicio moral tal como es típico del adolescente y, sobre todo, del adulto.

La autonomía se alcanza gracias a la voluntad de querer poseerla y habla de un ser humano pensante que no necesita que le entreguen guías ni normas. Que es capaz de darse normas a sí mismo sin ayuda de alguna autoridad. Kant hablaba de “el deber por el deber”, ligando la autonomía a una ética profunda que no buscaba el libre albedrío ni mucho menos el anarquismo. Incluso reflexionaba determinando que una persona autónoma es aquella que posee conocimiento, haciéndose por esto automáticamente responsable para con sus acciones. La moral autónoma es objetiva. Se centra en la conciencia y ésta tiene una escala de valores. Es una moral de actitudes, no una moral de normas.

5.- ¿QUÉ ES EL RELATIVISMO MORAL?

El relativismo moral es la idea de que las opiniones morales o éticas, las cuales pueden variar de persona a persona, son igualmente válidas y ninguna opinión de "lo bueno y lo malo" es realmente mejor que otra. El relativismo moral es una forma aplicada más ampliamente, más personalmente, de otros tipos de pensamiento relativista, tales como el relativismo cultural. Todos estos están basados en la idea de que no existe ningún estándar definitivo del bien y del mal, así que cualquier juicio acerca del bien y del mal es puramente un producto de las preferencias y entorno de la persona. No existe un estándar supremo de moralidad, de acuerdo con el relativismo moral, y ninguna opinión o posición puede ser considerada "correcta o incorrecta," "mejor o

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