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LA ESCUELA ES UNA INSTITUCION QUE ENSEÑA


Enviado por   •  26 de Julio de 2014  •  4.788 Palabras (20 Páginas)  •  296 Visitas

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La escuela es una institución que enseña, pero debe ser también una organización que aprende. Se suele hablar del currículum de la escuela, o sea, de lo que los alumnos deben aprender, de la forma en que deben aprenderlo y de cómo se va a evaluar lo aprendido; pero no se piensa en el currículum para la escuela, es decir: qu é es lo que la escuela tiene que aprender y por qué, cómo va a poder hacerlo, qué obstáculos existen para que este aprendizaje sea real y cómo se va a comprobar si lo está realizando de una manera efectiva y, si fuera posible, entusiasta. Partiendo de la idiosincrasia de la institución escolar, y en el marco de la cultura neoliberal, el libro ofrece un análisis de lo que debe aprender la escuela, de los obstáculos que dificultan su aprendizaje y de los procesos, generales y concretos, que permitirán alcanzarlo. El autor hace una reflexión sobre el carácter dinámico de la institución, su compromiso social y su apremiante necesidad de adaptarse a los nuevos retos y exigencias. Este planteamiento exige modificaciones en las concepciones sobre la naturaleza y funciones de la institución escolar, en la forma de seleccionar y formar a los profesionales que trabajan en ella y en la manera de organizar la práctica escolar.

LA ESCUELA QUE APRENDE

Miguel Ángel Santos Guerra

"Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos del invierno el

Director de la Escuela entró sorpresivamente al aula en que el Grillo daba

a los Grillitos su clase sobre el arte de cantar, precisamente en el

momento de la exposición en que les explicaba que la voz del Grillo era la

mejor y la más bella entre todas las voces, pues se producía mediante el

adecuado frotamiento de las alas contra los costados, en tanto los Pájaros

cantaban tan mal porque se empeñaban en hacerlo con la garganta,

evidentemente el órgano del cuerpo menos indicado para emitir sonidos

dulces y armoniosos.

Al escuchar aquello, el Director, que era un Grillo muy viejo y muy sabio,

asintió varias veces con la cabeza y se retiró, satisfecho de que en la

Escuela todo siguiera como en sus tiempos".

MONTERROSO, Augusto (1997): La oveja negra y otras fábulas. Alfaguara.

Madrid.

La escuela tiene como misión fundamental contribuir a la mejora de la

sociedad a través de la formación de ciudadanos críticos, responsables y

honrados. Sería un problema gravísimo que el sistema educativo fuese en sí

mismo un medio para empeorar éticamente la sociedad. No solamente por lo

que hacen quienes, después de salir con éxito de la escuela, asumen

puestos de responsabilidad en la sociedad, sino por el entramado mismo del

sistema educativo que hace más potentes y profundas las diferencias de

partida. No olvidemos que fueron médicos muy bien formados, ingenieros muy

bien preparados y enfermeras muy bien adiestradas en su oficio, quienes

diseñaron las cámaras de gas en la Segunda Guerra mundial. No se nos puede

ocultar que los grandes triunfadores del sistema educativo, quienes han

llegado a la cúspide del poder, no se muestran obsesionados por reducir la

miseria, la injusticia y la desigualdad. ¿Por qué se habla de éxito del

sistema educativo?

Cada ciudadano tiene que plantearse esta cuestión y, más intensamente,

cada profesional que trabaja en una institución educativa. ¿Qué papel

desempeña la escuela en la formación de los individuos y en la mejora de

la sociedad? ¿A quién beneficia la escuela? ¿Cómo aprende para

transformarse en una escuela mejor? Para responder, hay que ir más allá de

las definiciones, de los propósitos y de los deseos. Hay que trascender la

esfera de las intenciones para llegar al corazón de la práctica. ¿Qué

sucede realmente?

Si nos entregamos a la inercia, es posible que estemos navegando a la

deriva o, lo que es más grave, hacia el abismo. No hay viento favorable

para un barco que va a la deriva. Es preciso preguntarse de manera

constante por el cometido de la escuela, por su papel en la sociedad, porla naturaleza de sus prácticas en una cultura cambiante. Las escuelas

tienen que aprender. Tienen que romper la dinámica obsesiva de la

enseñanza para transformarla en una inquietante interrogación por el

aprendizaje. Por su propio aprendizaje.

La institución escolar ha recibido también la encomienda de enseñar a cada

ciudadano, de formarlos en todas las dimensiones de la persona, para

incorporarlos críticamente a la cultura. La escuela tiene, pues, que

enseñar. Ese es su cometido, esa es su función. Una función compleja y

problemática ya que exige responderse a preguntas nada sencillas: ¿qué

tienen que saber los escolares?, ¿cómo se les puede enseñar?, ¿cómo saber

si lo han aprendido?, ¿cómo adaptarse a cada uno? Para ello se diseña un

curriculum básico que todos comparten y que posteriormente las

instituciones adaptan a las peculiares características, exigencias y

necesidades de los alumnos y alumnas. Se

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