LA ESCUELA PARA LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI

LA ESCUELA PARA LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI

Desde el principio de la humanidad, existió en las sociedades la inquietud y la necesidad de formar y educar a sus pares, de acuerdo a una concepción definida de la vida y el rumbo que como conjunto, pretendían seguir.

De esta manera, por ejemplo, Roma promovió sus individuos para la guerra y Atenas procuró en sus congéneres el cultivo del alma y el espíritu a través de las artes. Es decir, cada sociedad educó y preparó en consecuencia a sus necesidades e intereses colectivos, premisa que hasta nuestra actualidad el proceso educativo aún conserva.

Pero además del elemento fundamental de formación, la educación juega otro papel igual de importante: el control social. Es decir, la escuela además de preparar y transmitir conocimientos, valores y aptitudes que se requieren para enfrentar la vida, funge este papel a la par para permitir la conservación y el mantenimiento de las clases sociales, por así convenir a los intereses de los grupos de poder, político y/o económico.

Hace apenas unas décadas, se manejó en nuestra sociedad, que la Escuela y la educación eran las herramientas que permitirían la tan ansiada y procurada movilidad social. Sin embargo, a la distancia, nos hemos dado cuenta que este fundamento no ha sido del todo efectivo, pues es la misma escuela, pública y muchas veces privada, la que impone una barrera, un muro complicado de pasar y no ha dado respuesta a lo que la sociedad en general ha demandado. Lo anterior es palpable cuando observamos las enormes desigualdades que se dan en todos los ámbitos, cultural, geográfico, económico y social en el que se desarrollan nuestros escolares.

En los últimos tiempos, la escuela como conjunto, no ha sido capaz de entender los cambios tan acelerados que la misma globalización ha procurado, consciente o inconscientemente, en todas las sociedades del mundo, y ha quedado un tanto rezagada respecto a los intereses y las necesidades de formación y conocimiento, que los individuos de estas sociedades requieren.

El actual, es un mundo competitivo y en constante transformación, por ello el sistema educativo requiere de un cambio de forma y fondo, que vaya más allá de una Reforma, necesita de un cambio de actitud y de voluntad propias para cambiar los paradigmas actuales, en todos los agentes que intervienen en este proceso.

Es cierto que hay grandes diferencias y obstáculos respecto a lo que otras sociedades tienen respecto a la nuestra. Tan sólo por citar un ejemplo, el uso de las tecnologías de la información no tienen el mismo desarrollo (por nuestra condición de país emergente) en nuestro país que en países del primer mundo, como los pertenecientes a la OCDE, organización que agrupa a las principales economías del mundo, y aunque paradójicamente México, pertenece a ella ( mas por un accidente geográfico que por una realidad

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