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LA PASANTIA COMO UNA ESTRATEGIA DE REFLEXION DEL PROFESOR EN EL AULA


Enviado por   •  6 de Enero de 2013  •  15.168 Palabras (61 Páginas)  •  620 Visitas

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LA PASANTIA COMO UNA ESTRATEGIA DE REFLEXIÓN DE LA LABOR DOCENTE

Por: Juan Luis Rojas Rodríguez

Ahora que estamos a pocos días de haber realizado la I Pasantía Pedagógica en las diez provincias de la región San Martín en el marco del Programa Educativo de Logros de Aprendizaje, es de vital importancia como Profesores de aula, Acompañantes Pedagógicos, Formadores, directores y especialistas de las distintas UGELs, hacer la reflexión de la labor docente, para ello retomaré las ideas de Mari Carmen Diez, que habla sobre los miedos y dificultades que tiene un maestro o maestra en el trabajo con los niños y niñas, de las recomendaciones que ella hace para que este mismo trabajo se desempeñe de la mejor forma, el observar a los niños y niñas , sus gustos, intereses, necesidades; y cómo es que estas acciones nos pueden llevar a tener una comprensión pedagógica, como lo menciona Max Van Manen, donde además, clasifica la comprensión en cuatro tipos.

Cuando los maestros y maestras somos conscientes de que el trabajo con los niños y niñas requiere de la comprensión pedagógica, se vuelven más responsables en su labor, y somos capaces de planear la acciones que pueden realizar con los niños y niñas cuando se presenta una situación, a este actuar consciente, se le llama tacto pedagógico, donde no solo se van involucradas las acciones, sino también las actitudes que se tiene para con los estudiantes. Es importante recalcar, que todas estas actitudes y acciones deben de ser pensadas, y no solo eso; Dewey, menciona la importancia de un pensamiento reflexivo en las practicas pedagógicas, ya que este proceso nos permitirá tener una mayor consciencia y así llegar a la comprensión pedagógica y por lo tanto al tacto pedagógico. De ahí que la reflexión y las acciones realizadas estén totalmente relacionadas, ya que al ponernos a pensar sobre ellas y analizarlas a profundidad, tendremos la oportunidad de ver nuestros aciertos y desaciertos en la práctica y partir de ahí para obtener soluciones a esto y analizar cuál es la mejor manera de reaccionar. Este espacio nos da la pasantía.

Para ello es importante analizar las dos posturas que proponen Van Manen y Dewey, en las cuales, el primero menciona que la reflexión se da en tres momentos, antes, durante y después de la acción; mientras que Dewey hace referencia a solo dos momentos, antes y después, sin embargo, hay que considerar que éste último propone además tres actitudes importantes para llegar a la reflexión sobre la acción.

Al entrar a la práctica docente, los maestros y maestras se enfrentan a dificultades y situaciones desconocidas, que de alguna manera nos provocan incertidumbre, sin embargo como menciona Mari Carmen Diez, “ ha sido el poner la oreja atenta y escuchar lo que dicen los niños y niñas lo que me ha dado la clave para irme manejando en este momento”, ya que esto es importante para saber qué es lo que le interesa a los niños y niñas , lo que les gusta y les llama la atención, y lo que no, y partir de ahí, con ese pretexto, para favorecer las capacidades en el niño y niña que le serán útiles en su vida cotidiana. Cuando los maestros y maestras ponemos esta atención en escuchar y tomar en cuenta los intereses y necesidades de los estudiantes, estamos poniendo en juego una capacidad a la cual Max Van Manen le llama la comprensión pedagógica, que la define como la capacidad de comprender y escuchar a los niños y niñas, también implica, el saber cómo y cuándo intervenir y en esto además influye nuestro pensar y actuar reflexivo.

La comprensión pedagógica, Van Manen, la divide en cuatro tipos, la primera, la comprensión no sentenciosa, que requiere de una forma de escuchar que es receptiva, abierta, compasiva, facilitadora, donde no se juzga, simplemente se escucha al estudiante. La segunda es la comprensión de desarrollo, que trata sobre los procesos de desarrollo que la educadora o educador debe de conocer, para saber cómo es que puede ayudar a un niño a superar los obstáculos que se presentan en el mismo. La comprensión analítica, es la que evalúa las fortalezas y debilidades de los niños, así como sus logros educativos y personales. Y finalmente la comprensión formativa, la cual abarca un conocimiento acerca de la vida del niño y niña, y al mismo tiempo atender a sus necesidades, dejando de lado las motivaciones propias de los estudiantes.

Una vez que el maestro o maestra ha desarrollado conscientemente la comprensión pedagógica, puede llegar a la llamada solicitud pedagógica, que es una capacidad reflexiva, donde lo más importante es el actuar docente, partiendo de los mismos intereses y necesidades de los niños, identificando los aspectos de su desarrollo que requieren mayar atención. La solicitud pedagógica, lleva al tacto pedagógico, el cual Max Van Manen, lo define como una orientación consecuente en cuanto a la forma de actuar con los niños y niñas, debe incluir además una sensibilidad de saber, cuando actuar y cuando no intervenir.

La paciencia forma parte del tacto pedagógico, ya que esto le permitirá al maestro y maestra comprender al niño y darle el tiempo y el espacio para que intente realizar las actividades y así pueda pensar sobre ello. Un segundo componente del tacto pedagógico es la receptividad a las experiencias del estudiante, esto permite que el maestro o maestra tome en cuenta las características sociales y culturales del niño o niña y esto le permite tratar las situaciones que se presentan con el niño en particular, de una forma única y adaptada a estas características. Otro aspecto del tacto pedagógico, es que el maestro y maestra conozca en qué nivel o etapa de desarrollo se encuentran los niños, conocer lo que se les facilita y lo que se les dificulta.

Todas las acciones anteriormente mencionadas que el maestro y maestra pueden realizar tanto en la comprensión, solicitud y tacto pedagógico, tienen que estar previamente pensadas por el profesor o profesora. Para John Dewey, pensar es un proceso, una operación en la que los hechos presentes sugieren otros hechos. Dewey hace referencia a un tipo de pensamiento de suma importancia, el reflexivo, el cual surge a partir de una duda y lleva al maestro o maestra a analizar los hechos o situaciones que se presentaron, en este caso en la práctica, para así conocer los hechos que originaron estas situaciones, y evaluar si su resultado fue bueno o malo y sobre de ello actuar para que se prevean estas situaciones posteriormente.

En la práctica docente, existe una relación entre la reflexión y la acción, que es el actuar consciente, que conforme lo plantea Van Manen, se puede dar en tres momentos;

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