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LA REFORMA AGRARIA EN COLOMBIA: UNA POLITICA DE EQUIDAD


Enviado por   •  30 de Abril de 2013  •  2.788 Palabras (12 Páginas)  •  632 Visitas

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LA REFORMA AGRARIA EN COLOMBIA: UNA POLITICA DE EQUIDAD

PRESENTADO A:

Ing. MAX ALEJANDRO TRIANA

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS

FACULTAD DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES

INGENIERIA FORESTAL, SILVICULTURA COMUNITARIA

BOGOTA 1 DE SEPTIEMBRE DE 2008

LA REFORMA AGRARIA EN COLOMBIA: UNA POLITICA DE EQUIDAD

A lo largo de la historia colombiana se ha mostrado una enorme preocupación en el tema de la distribución de tierra, asumiendo que el desarrollo del campo dependía solamente de este factor, que la tenencia de la tierra era el único foco de inequidad que podía limitar el desarrollo del agro en Colombia, dejando de lado y totalmente excluido de los objetivos de las Reformas planteadas factores tales como el capital humano y la tecnología.

Es debido aclarar que la equidad no es distritibucion equitativa como se sumía en los 60´s con el primer intento de reforma agraria, la equidad es una equidad de acceso que solo se logra cuando se garantiza que todos están en igualdad de condiciones para recibir educación, capacitación, conocimiento y tecnología

Mucho se ha hablado de Reforma Agraria en el país pero los ejemplos que en realidad han sido experiencias poco satisfactorias demuestran que, de acuerdo con (Heshusius K), los resultados obtenidos indican que el impacto de una reforma agraria sobre el ingreso y la calidad de vida de los beneficiarios, es positivo si se cumplen condiciones de acceso a crédito formal, capacitación y educación secundaria. Si la reforma sólo consiste en redistribución de la tierra, el efecto sobre la calidad de vida es negativo, y aquí en Colombia solo hemos tenido intentos fallidos, por lo tanto mejorar la calidad de vida es más fácil cuando se habla de políticas equitativas.

Desde los años treinta Colombia ha hecho varios intentos de reforma agraria, con el objetivo de mejorar la distribución de la tierra, disminuir la pobreza rural y mejorar la productividad agrícola. Pero en “Defecto” la reforma Agraria no se ha asumido como una política de creación de condiciones adecuadas para que estos objetivos se hagan realidades, sino como una política mal planteada q solo se concentra en distribución de tierras y el uso del recurso físico olvidando que en ella los que trabajan y hacen productivas las áreas colombianas son las comunidades e individuos que con sus saberes y conocimientos las trabajan.

Es así como La Reforma Agraria debería no solo redistribuir la tierra sino también los otros factores como Mano de Obra y Capital y estandarizar el conocimiento, la educación y la tecnología para alcanzar el desarrollo, pero hasta entonces que se saca con tener tierra si no se hace lo adecuado con ella.

Los resultados precarios en el proceso de redistribución de la propiedad, las limitaciones financieras, las políticas centralizadas y poco participativas, los mecanismos poco transparentes en los procesos de adquisición y adjudicación de tierras y, en general, el pobre impacto en la solución de los problemas de pobreza rural, conducen a introducir cambios fundamentales en el enfoque tradicional de la reforma agraria . Pretender reducir la intervención del Estado en los programas de adquisición y dotación de tierras, con el fin de eliminar y prevenir la inequitativa concentración de la propiedad sin volver a implementar un neo-latifundismo ni solo basarse en la cuestión de Justa-reparación para devolver la tierra a las familias q se la robaron, es uno de los primeros pasos para cambiar la perspectiva re-distribucionista, a una mas integral.

Y es que no solo ha tenido tropiezos en cuanto a la definición de mecanismos para lograr la equidad si no que ha estado acompañada de burocratización y clientelismo, y por la falta de actualización y contextualización de circunstancias económicas e institucionales. Según Balcazar et al. (2001). Hoy parece más importante poner el énfasis, tanto en lo que promueve las capacidades de los campesinos (capital humano) para realizar sus aspiraciones de progreso y bienestar, como en el ambiente institucional que favorece sus oportunidades de acceso a recursos productivos y, a la tierra en particular, no necesariamente por la vía de la propiedad.

De acuerdo a lo expresado en el texto Colombia: alcances lecciones de su experiencia en reforma agraria , a menos que la redistribución de la propiedad de la tierra, por sí misma, pueda elevar la eficiencia de la producción agrícola al punto de elevar drásticamente la contribución de la agricultura a la renta nacional, es claro que el impacto que pudiera derivarse de un programa de reforma a la estructura de propiedad habrá de ser apenas marginal frente a la magnitud de la pobreza y el atraso del medio rural ya que en la actualidad la compra de propiedad significa esterilizar el capital.

Hoy en día el crecimiento económico no es sustento para una formulación de una reforma agraria, puesto que en lo que se ha denominado “la sociedad de la información”, lo que verdaderamente hoy prima es la distribución del conocimiento como se ha observado en casos exitosos en Asia.

El acceso a la tierra no reduce significativamente la pobreza rural. Se discute sobre los méritos de distribuir los activos existentes (tierra) versus crear nuevos activos (inversión) con el objetivo de disminuir la pobreza rural y generar mayor crecimiento económico Esta afirmación va de la mano con lo dicho anteriormente tener acceso a la tierra no necesariamente implica un aumento en los ingresos de los pobres rurales, ni un mejoramiento en su calidad de vida.

Hoy, el planeta entero se encuentra ante dos modelos de producción agraria, de desarrollo rural y de elaboración de alimentos. Uno de ellos, el dominante, es el modelo agro-exportador, basado en la lógica neo-liberal y el libre comercio, la privatización y la mercantilización de la tierra, el agua, los bosques, la pesca, las semillas, el conocimiento, y la vida. Este modelo se orienta por el principio de obtener el máximo beneficio económico en el mínimo tiempo y la subsiguiente intensificación de la producción para la exportación. Este modelo exige la concentración creciente de tierras, recursos, y cadenas de producción y distribución de alimentos y otros productos agrícolas en manos de un número cada vez más reducido de corporaciones. (1)

Al iniciarse el nuevo milenio,

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