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La Comprension Lectora


Enviado por   •  8 de Febrero de 2012  •  576 Palabras (3 Páginas)  •  370 Visitas

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5 - LAS DIMENSIONES DE LA PRAXIS EN EL QUEHACER DOCENTE

LAS DIMENSIONES DE LA PRAXIS EN EL QUEHACER DOCENTE

Allanando el horizonte conceptual o de qué estamos hablando

En tanto el concepto de praxis es sin duda central en el marco del tema que nos convoca, vale comenzar explorando los significados que adquiere en algunas perspectivas históricas relevantes. Asumimos que no existen definiciones universales, neutras o ingenuas de los conceptos, sino que las mismas representan un construcción social, producto de un tiempo y un espacio que las cargan de sentido.

En una aproximación etimológica del término, veremos que la palabra praxis viene del griego y podría corresponderse con la nuestra de “práctica”. Ahora bien, siguiendo a Carr (1996), es conveniente explicitar que en el contexto clásico la bios prakticos alude a una forma de vida orientada a la búsqueda del bien humano.

En este sentido, basándonos en el autor recién citado, es interesante saber que Aristóteles también subraya la idea de praxis como acción específica que reúne ciertas características: i) está dirigida a realizar un bien moralmente valioso; ii) sus fines siempre están sometidos a revisión en función de los cambios que acontecen en dicha práctica; iii) implica actuar en el marco de una tradición, que admite la reconstrucción crítica, por lo cual evoluciona y cambia.

Esto se traduce en una racionalidad particular que el pensamiento aristotélico denominó razonamiento práctico, entendiéndolo como “... la forma de razonamiento apropiada en situaciones sociales, políticas y otras en las que las personas sensatas razonan, basándose en la experiencia, acerca de cómo actuar de manera leal y correcta en determinadas circunstancias históricas (en las que tanto los medios como los fines son problemáticos).” (Carr, op. cit.). Es quizás evidente, pero no por ello menos importante, la gran lucidez y la pertinencia de este enfoque como aporte a la caracterización de la práctica educativa como práctica conflictiva, inacabada, que produce saberes propios, moral y socialmente comprometida.

Otra referencia ineludible es la concepción freireana de la praxis como relación dialéctica entre teoría y práctica. Aquí se recupera la noción de singularidad de la práctica humana, en tanto somos seres capaces de generar conciencia sobre nuestro hacer en el mundo.

Sin embargo, Freire (1994) nos alerta sobre el riesgo de que en el contexto concreto nuestras acciones se naturalizan, estando fuertemente pautadas por hábitos. Por lo tanto, la posibilidad de pensar la práctica no deviene espontáneamente por el mero hacer, sino que implica cuestionarnos “... cómo desde el contexto teórico ‘tomamos distancia’ de nuestra práctica y nos hacemos epistemológicamente curiosos para

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