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La Magia De Los Libreo De Luis Prieto Fiqueroa


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  2.555 Palabras (11 Páginas)  •  365 Visitas

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Evaluación Andragogíca

Es un subsistema del sistema orientación-aprendizaje con el que se logra, a través de la aplicación de los instrumentos didácticos correspondientes, que los participantes y el facilitador aprendan a sondear sus competencias, minimizar errores, aplicar nuevos métodos y recursos apropiados que mejoren la calidad del quehacer andragógico. En este sentido Adán (2006) señala que:

La andragogia considera que la evaluación no es un medio de aprobación o reprobación de una cátedra, sin o del valor que el participante está en capacidad de hacer a el mismo en cuanto el aprendizaje alcanzado sin dejar a un lado otros elementos que constituyen el todo de ese aprendizaje. (p.23)

Lo expresado nos induce a pensar que la evaluación de los estudiantes adultos es un conjunto de actividades sistemáticas y necesarias dentro del proceso educativo que cuando son administradas con estrategias andragógicas y en ambientes adecuados, posibilitan recopilar, procesar y analizar un grupo de informaciones que al cumplir requisitos metódicos, técnicos y científicos, le permiten al facilitador saber si la metodología es pertinente, si los contenidos son adecuados y si el aprendizaje que se logró es significativo y relevante para los participantes. De allí que en el proceso de evaluación andragógica, el facilitador aprende tanto como aprenden los participantes.

Objetivos de la Evaluación Andragógica

 Propiciar y desarrollar la auto-responsabilidad en el Participante adulto

 Confrontar los objetivos logrados por el participante y el facilitador.

 Adiestrar al participante adulto para que de manera objetiva pueda: evaluarse a sí mismo, evaluar a sus compañeros de estudio, al facilitador, a los recursos de aprendizaje y a la institución.

 Preparar al participante para enfrentar exitosamente las evaluaciones que pudieran presentársele externamente a su situación de aprendizaje.

Naturaleza Andragogica

Inicialmente Alexandre Kapp, maestro Alemán utilizo el término andragogía por primera ocasión en 1833 al referirse a la escuela de platón. Seguidamente Eduard Liderman es otra de las grandes figuras en la generación de conceptos de la educación para adultos y en la formación del pensamiento de la educación informal. Sin embargo Malcolm Knowles, es considerado como el padre de la educación de adultos, introdujo la teoría de la andragogía como el arte y la ciencia de ayudar al adulto a aprender consideraba que los adultos necesitaban ser participantes activos de su propio aprendizaje, manifestaba además que los adultos aprenden de manera diferente a los niños de allí que los entrenadores en su rol de facilitador del aprendizaje deberían, usar un proceso diferente para facilitarlo.

Horizontalidad: El principio de la horizontalidad se da bajo el entendido de que el adulto es un ser con capacidades y potencialidades que le permiten especificar qué, cuándo, cómo y dónde aprender. Este principio, refleja que el hombre ha alcanzado la madurez psicológica y experiencias suficientes para autodirigirse, autocontrolarse, comprender el concepto de sí mismo y estar a la par del facilitador del proceso de aprendizaje, es decir la experiencia de aprendizaje en esta relación horizontal los actores facilitador y aprendiz están al mismo nivel en un proceso en el cual ambos escogen, seleccionan y definen lo que desean aprender y cuando hacerlo.

Para que haya horizontalidad se requiere que el facilitador y el participante tengan características cualitativas similares (adultez y experiencia) y diferenciales como desarrollo de la conducta observable de naturaleza cuantitativas, referidas a las disminuciones que sufre el adulto en su constitución física. Después de los cuarenta años hay que estar alerta en cuanto a esos cambios. Estas características llevan al adulto a tener conciencia de lo que es y en consecuencia lo ayuda a percibir la dimensión de sus posibilidades y de sus limitaciones. Cuando el adulto descubre que es capaz de manejar su aprendizaje como lo hace con otras actividades, se siente motivado para continuar en el proceso. Es allí donde el principio de horizontalidad entra en juego y da la oportunidad al adulto aprender lo que considera necesario y se pone en juego el concepto de sí mismo, al ser capaz de autodirigirse y autocontrolarse porque su madurez psicológica y su experiencia así lo permiten.

Flexibilidad: Este principio se sustenta en el hecho mismo, de que de los adultos poseen una carga educativa - formativa, llena de experiencias previas y cargas familiares o económicas, que los dotan de un conocimiento rico en significados y valores que además de servirle de modelo representativo esencial en cualquier aprendizaje adulto; le sirve como componente y base de un nuevo modelo. Pues la experiencia pasada es un componente esencial del aprendizaje adulto como base para un nuevo aprendizaje o como obstáculo inevitable para el mismo. A partir de las realidades de la vida se obtienen experiencias, se perciben y entienden conocimientos, significados, valores, estrategias y destrezas para reinterpretar los datos originales de la experiencia en nuevas conexiones que pueden ser útiles y más productivos.

Participativa: Este principio establece que el estudiante adulto, no es un mero receptor, sino que es capaz de interactuar con sus compañeros, intercambiando experiencias que ayuden a la mejor asimilación del conocimiento. Es decir el participante puede tomar decisiones en conjunto con otros estudiantes y puede actuar con estos en la ejecución de un trabajo o de una tarea asignada de manera mancomunada. Lo que conlleva a replantear una didáctica educativa que le confiere al participante su función de protagonista activo en su aprendizaje.

Para ello, es necesario el empleo de estrategias metodológicas que le permitan al participante una mayor libertad de acción, pues la participación como principio de la praxis andragógica encierra características tales como actividad crítica, intervención activa, interacción, flujo y reflujo de la información confrontación de experiencias y diálogos. Esto le ayuda a conducirse promoviéndole y desarrollándole habilidades, destrezas para autogestionarse un aprendizaje cada vez más independiente y significativo. Al respecto, (Adam en Alcalá 2003, p. 20.) sostuvo que “Al adulto en situación de aprendizaje debe permitírsele que experimente y ponga en práctica la confrontación cada vez que le sea posible”

Es decir el adulto en su proceso de aprendizaje se involucra desde una concepción dialéctica,

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