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La Metodologia Cientifica Y La Enseñnza De La Ciencia


Enviado por   •  24 de Mayo de 2013  •  2.495 Palabras (10 Páginas)  •  674 Visitas

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Los Valores en el Contexto Educativo

Lic. Francisco Javier Cuéllar Martínez fcuellar@mail.ur.mx

El hombre está ineludiblemente orientado a la educación. El hombre es “Homo educandum”. Me atrevería a afirmar que el hombre debe ser educado para poder ser en plenitud. Y al hablar de plenitud hago referencias al despliegue integral de las potencialidades humanas: estamos hechos para ser, para hacer y para saber.Conocimientos, habilidades, actitudes y valores se entrelazan estrechamente en el hombre auténticamente educado.

La educación en cuanto proceso que aspire a ser un auténtico proceso de formación integral, deberá propiciar el desarrollo armónico de conocimientos, de habilidades y de valores y actitudes. Deberá propiciar que el educando logre el saber saber (desarrollo intelectual); el saber hacer(desarrollo psicomotor); y el saber ser(desarrollo personal). Es lo que he venido expresando en mi experiencia profesional como docente y que es del dominio de todos desde hace tiempo, y que se conoce como: aprender a saber, para integrar el conocimiento en este mundo global; aprender a hacer, para transformar con eficacia este mundo en que vivimos buscando siempre el bienestar; aprender a ser, para alcanzar en dimensión axiológica el cabal desarrollo como personas.

En este contexto integral, no cabe duda que la educación en cuanto proceso ha tenido logros innegables en el terreno del saber. Muy temprano en las etapas iniciales del proceso educativo, sobre todo el institucionalizado, el desarrollo del conocimiento, y todo lo que él implica en términos de información, ha cabalgado desde siempre a lomos de la educación. Es en el ámbito educativo donde el saber saber se ha estructurado en las diversas ramas del conocimiento humano y aterrizado en las diferentes ciencias, algunas de las cuales a su vez, han dado lugar al fenómeno de la especialización, al grado de romper con el enciclopedismo de antaño y hacer prácticamente imposible para cualquiera de nosotros regresar al mismo, a la manera de Leonardo Da Vinci o de los enciclopedistas franceses.

En este mismo contexto, la educación en cuanto proceso ha tenido también logros innegables, aunque no con la misma profusión que el anterior, en el terreno del saberhacer. El desarrollo técnico y tecnológico actual es muestra indudable de esto. Lástima que en el proceso educativo, sobre todo el institucionalizado, comienza tardíamente, tal vez porque sólo se le asocia con la vida productiva, entendida unívocamente como el mundo del negocio (el no ocio). Aquí, en el terreno del hacer, ya no son tantos, como en el terreno del saber, los programas educativos que se ofrecen. Sin embargo se comienza a explorar el mundo de las habilidades, tanto las psicomotoras, como las de pensamiento, e incluso las que llamo, permítaseme el barbarismo epistemológico, las habilidades afectivas.

Es en el terreno del saber ser donde la educación en cuanto proceso, sobre todo la educación de los últimos 100 años, sufre serias carencias. No encontramos con tanta facilidad programas encaminados al desarrollo de valores y actitudes que nos ayuden a aprender a ser.

En este terreno, debemos reconocerlo, la educación padece una seria carencia de programas encaminados al desarrollo de valores. Actualmente se acentúa cada vez más la preocupación por el campo de los valores para integrarlo al proceso educativo, y esto ya es esperanzador, pero aún queda todo el trabajo de estructuración por hacer.

Para entender los valores, y por tanto estar en grado de diseñar programas para el desarrollo de los mismos, considero oportuno señalar cómo nace el acto de conciencia en el hombre, ya que hablar de valores o actitudes, es hablar de algo que realizamos en forma conciente. No se trata en primera instancia de la conciencia moral, sino de la conciencia intelectual, aunque aquella no se niega. Las actitudes y los valores no son fruto de la inercia o de la espontaneidad. Son estructuras conscientes del comportamiento personal que se internalizan y forman una estructura axiológica y jerárquica.

Valor lo defino como “un bien aceptado, que polariza y que rompe con la indiferencia”.

Dicho de otra manera, los valores son modelos ideales de realización personal que intentamos plasmar en la conducta a lo largo de la vida; son siempre una concepciónpersonal de algo que es preferible para uno mismo o para el colectivo social.

Los valores son ingredientes de la vida humana, indispensables para vivir humanamente, pues influyen en la realización personal orientando las decisiones y configurando lo más íntimo del ser.

Los valores son el punto de partida y el resultado de un proceso prioritario de la interpretación significativa de la realidad; son el origen del sistema articulado y armónico de los motivos, criterios y normas, modelos y proyectos personales de vida, que la educación busca e intenta construir.

Las actitudes, por su parte, expresan los distintos modos de situarse el individuo ante los valores de la realidad y de la vida. Una actitud es un sistema estable de percepciones y evaluaciones, de sentimientos y emociones, de tendencias a la acción, organizado con relación a una situación significativa o a un objeto propuesto.

Las actitudes se derivan de alguna manera, de los valores e inspiran, dinamizan y orientan la conducta comunicándole precisamente dirección, sentido, tensión y fuerza.

Tienden a que el educando actúe de modo:

• autónomo (capacidad de decidir y escoger la conducta, sin depender necesariamente de las circunstancias del momento)

• coherente y constante (capacidad de mantener en la conducta una dirección y un sentido constante de cara a los objetivos trazados)

• oportuno (capacidad de evaluar, decidir y reaccionar con economía de tiempo y medios, evitando la indecisión y la insignificancia operativa)

• fácil (capacidad de aprovechar la aportación de los recursos internos en la dirección deseada, con rapidez y coherencia).

El paso a la acción desde los valores no se produce de modo directo, sino a través de la mediación que proviene del desarrollo de actitudes fundamentales y derivadas. Éstas constituyen el momento del paso de la consideración de los valores al desarrollo de modelos privilegiados de conducta.

Las actitudes y los valores proporcionan a un programa educativo el cuadro dinámico que constituye su esquema evolutivo fundamental

La

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