La Perseverancia

La Perseverancia. La clave para el logro

14 de Enero de 1989

En verdad la luz que ilumina todos los corazones es divina.

El amor que emana de cada llamado es divino.

No rompan el divino mandato en su presunción intelectual Porque de seguro el orgullo viene antes de la caída.

Toda educación carente de pureza espiritual Está repleta de odio y envidia Cual lóbrega morada infestada de vampiros.

Sepan que esto es la verdad.

¡Queridos estudiantes, maestros y amantes de la educación! Para el logro de cualquier meta de la vida el ser humano necesita de una mente resuelta, un esfuerzo incansable y una determinación inquebrantable. Los jóvenes que se dedican a sus estudios deben cultivar estas cualidades si desean asegurarse un futuro brillante y una honorable y valiosa carrera. Al enfrentar diferentes situaciones en la vida los estudiantes deben aprender a practicar la ecuanimidad y la afabilidad.

Una mente ecuánime y un sentido de unicidad con todo son las marcas de un verdadero ser humano. En este vasto país todos y cada uno tienen un importante rol que jugar. Cada uno como ciudadano tiene una responsabilidad social. El mundo en verdad es una sola familia humana. El verdadero estudiante debe ser capaz de experimentar esta unicidad. Los deportes y los juegos capacitan al estudiante para desarrollar este sentimiento de unicidad.

Mantengan la aptitud física y la pureza mental Los deportes, los juegos y el ejercicio físico contribuyen directamente a la aptitud física y a la buena salud. Pero el hombre no es meramente el cuerpo denso y nada más. Él posee el sutil elemento dentro de sí, la mente. Sólo cuando el hombre logra pureza de mente y altruismo puede adquirir paz mental y experimentar genuina felicidad. Por lo tanto, ambas, una buena condición física y pureza mental son esenciales para el ser humano.

Los estudiantes deben darse cuenta de que la determinación y la perseverancia que demuestran en la conquista de laureles en los deportes y en los juegos son igualmente necesarias en otras esferas de la vida, especialmente en aquellas de la moralidad y la espiritualidad.

La primera cualidad que ustedes deben cultivar es gratitud hacia la Divinidad. La gente agradece cada pequeño acto de servicio que se le hace. ¿No es entonces necesario agradecerle a la Divinidad que nos ha provisto de tantos beneficios esenciales a través de la naturaleza y de los cinco elementos? El aire que respiramos, el agua que bebemos, la tierra sobre la que caminamos, son todos regalos de Dios. ¿Cuán agradecidos están ustedes al sol que provee una luz que no puede ser igualada por todas las bombillas eléctricas del mundo? ¿Pueden todos los pozos y bombas del mundo proveer tanta agua como la que nos es ofrecida en un solo chaparrón? ¿Pueden todos los ventiladores en el mundo proveer tanta brisa como la que obtenemos cuando sopla el viento? Sin gratitud por estos divinos regalos el hombre va a la caza de lo trivial y desperdicia su vida.

Los grandes sabios de antaño, que adoraban a Dios de varias maneras, consideraban la devoción como un medio para expresar su gratitud a la providencia.

Solamente las virtudes pueden elevarlo a uno en la vida Los Puranas han descrito las vidas de los grandes ejemplos de las nueve formas de devoción (bhakti). Ellos son: Parikshit, por haber escuchado (shravanam) las glorias de Dios; Narada, por su cantar de las loas de Dios (kirtanam); Prahlada, por la recordación del nombre del Señor (Vishnunama smaranam); Prithu, por ofrecer adoración (archanam); Akrura, por sus postraciones (vandanam); Hanuman, por su servicio (seva); Arjuna, por la amistad (sakhyam); Lakshmî, por la adoración de los pies del Señor (padasevanam) y Bali, por su rendición total a Dios (Atmanivedanam).

Los estudiantes deben tener en mente que desde el punto de vista del individuo o de la comunidad tienen que cultivar buenas cualidades al mismo tiempo que prosiguen con sus estudios.

Solamente las virtudes pueden ayudarles a elevarse en la vida. Un hombre sin virtudes ni gratitud está condenado a fracasar en la vida.

Durante la guerra en Lanka, Rama vio un día a una poderosa y refulgente figura enfrente de Él. Vibhishana le dijo a Rama que no era otro que su enemigo Ravana. Viéndole Rama sintió que si no hubiera sido por sus malas cualidades Ravana, tan poderoso y grande, no hubiera llegado a tan lastimoso final.

Cualesquiera que puedan ser nuestra erudición e inteligencia, sin fuerza de carácter, éstas pueden más bien

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