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Marcel Mauss Ensayo Sobre El Don


Enviado por   •  30 de Mayo de 2013  •  2.496 Palabras (10 Páginas)  •  506 Visitas

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En su ensayo sobre el “don”, Marcel Mauss teoriza sobre el llamado Potlatch y observa que en él existe el principio de rivalidad o antagonismo que enfrenta a sus jefes en diferentes practicas hasta darles muerte. Así es que las entiende como Prestaciones totales de tipo agonístico (Mauss, 1924: 161).

En su búsqueda sobre la razón por la cual se intercambia, se da y se recibe, Mauss plantea que la cosa ofrecida tiene alma, así la obligación por la cosa es una obligación entre almas (entre las almas de las personas que se encuentran relacionadas en el intercambio), ofrecer una cosa a alguien es ofrecer algo propio, algo de la propia alma. Aceptar algo de alguien significa aceptar la esencia espiritual de su alma. La cosa que se sirve no es algo inerte, otorga un poder especial, es animada y a veces individualizada, tiende a producir la devolución a su lugar de origen o a producir un equivalente que la reemplace (Idem: 168).

En la Teoría del sacrificio-contrato Mauss expone cómo la ofrenda es un prepago por un favor que será recibido de un espíritu. Se hace un sacrificio mayor al espíritu de un lugar (deidad o antepasado) con la finalidad de recibir a cambio un beneficio. En sí, el espíritu del hombre vivo ofrendaría a un espíritu de hombre muerto o de naturaleza deificada con la esperanza de recibir un favor a cambio. La gracia siempre será menor que la ofrenda, por esta razón cuando se trata de ayudas especiales el don se incrementa, en calidad y/o en cantidad.

La obligación de dar

Entre algunos clanes Andaman su autosuficiencia hacía que el cambio tuviera una finalidad fundamentalmente moral, cuyo objeto, era generar entre las personas que intercambian un sentimiento de amistad (en donde no resultaría exitoso si la amistad no se crea).

La regla es el cambio-don. Una de las finalidades del potlatch es equilibrar. La inestabilidad de una jerarquía que la rivalidad de los jefes tiene como finalidad equilibrar de vez en cuando.

“En el fondo todo es una combinación donde se mezclan las cosas con las almas y al revés. Se mezclan las vidas y precisamente el cómo las personas y las cosas mezcladas salen, cada uno de su esfera, y vuelven a mezclarse, es en lo que consiste el contrato y el cambio”.

El trabajo etnológico de Mauss hace que compare sustancialmente diferentes sociedades con tipos de intercambio similares. Por ejemplo, los trobriandeses. En su sociedad el kula es sólo un momento de el amplio sistema de prestaciones y contraprestaciones que engloba la totalidad de su vida económica y civil (Idem: 88). “Al lado de las asociaciones (entre personas nobles) más restringidas, hay un mercado libre entre los individuos de las tribus aliadas. En segundo lugar, los asociados al kula se hacen en cadena ininterrumpida, una serie de regalos complementarios, que se dan y se devuelven, así como una serie de compras obligatorias”.

En las sociedades donde se realiza el intercambio se produce un constante dar y tomar, atravesado por una corriente continua que se extiende en todos los sentidos, de dones que se dan y se reciben obligatoriamente y por interés, por benevolencia o por razón de servicios prestados. La riqueza que se da y se recibe es uno de los principales instrumentos de la organización social, del poder del jefe y de los lazos de parentesco sanguíneos o por matrimonio.

El análisis que conlleva la observación de los trabajos etnográficos de estas sociedades no capitalistas, contrastadas con la sociedad que en ese entonces se vivía en Europa (principios de siglo XX, mediados de la década del 20) demuestra que el procedimiento del intercambio es un sistema de dones que se entregan y se devuelven. El cual no tiene como en el caso de las sociedades europeas una relación de compras y ventas.

Entre los KwaKiutl de la costa noroeste de EEUU (y comunidades de la región), el cambio de dones es más violento y exagerado, también suscita antagonismo, aunque su estructura es más simple y esquemática.

“La obligación esencial es dar: el jefe da por sí mismo, por su hijo, su yerno o su hija y por sus muertos. Sólo conservará su autoridad entre su pueblo, y mantendrá su rango entre los jefes, si demuestra que esta perseguido y favorecido por los espíritus y la fortuna, que está poseído por ella y que él la posee, y solo puede demostrar esta fortuna, gastándola, distribuyéndola, humillando a los otros, poniendo a los demás a la sombra de su nombre” (Idem: 204).

También existe la obligación de invitar a las fiestas, pues el olvido tiene consecuencias funestas y está relacionado con la moral inscrita en la mitología (otro elemento para argumentar que se trata de un Sistema Total).

La obligación de recibir

No se puede rechazar el don que ha sido ofrecido porque pone de manifiesto que se siente miedo de tener que devolver y de quedar rebajado hasta que no se haya devuelto. Es declararse vencido de antemano aunque en algunos casos es declararse vencedor o invencible.

La obligación de devolver es dignamente imperativa.

DON/MERCANCIA

Los elementos que se donan son los más preciados por el clan porque engendran el espíritu de los antepasados, de los dioses protectores, por lo que deben circular y ser devueltos.

Dentro de la propiedad hay dos tipos de objetos de consumo: aquellos que se reparte y, las otras cosas de valor de la familia. Cuando estos últimos se transmiten es inexacto hablar de alienación. Son objetos de préstamo más que de venta o de cesión. Cada cosa preciosa tiene en sí virtud productora, no sólo es signo y obligación, sino que es señal y gaje de riqueza, principio mágico y religioso del rango y de la abundancia.

EL TRABAJO DON

Mauss plantea que no se puede hacer trabajar a los hombres si no se tiene la seguridad de una remuneración por el trabajo realizado, la seguridad de un salario. En el trabajo se cambia algo más que un producto, que un tiempo invertido en laborar, se da algo de sí mismo, de su vida y por lo tanto se quiere ser recompensado por ese don, aunque sea moderadamente.

El trabajador da su vida y su trabajo, por un lado, a la colectividad, por otro al patrón. El estado representante de la comunidad, junto con sus patrones y la ayuda propia del trabajador, le deben una cierta seguridad en la vida.

El estado Y las entidades de tipo cooperativo buscan crear un tipo de relaciones, de sentimientos de caridad, de servicio social, de solidaridad. Los dones, la libertad y la obligación de los dones, la liberalidad y el interés en dar, vuelven a darse con motivo dominante en este tipo

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