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Mario Benedetti Y Los Jovenes: Poesía Viva Para Tiempos Difíciles


Enviado por   •  22 de Enero de 2014  •  1.658 Palabras (7 Páginas)  •  507 Visitas

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¿Qué les queda a los jóvenes?

Benedetti, Mario (1920-2009)

¿Qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de paciencia y asco?

¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?

también les queda no decir amén

no dejar que les maten el amor

recuperar el habla y la utopía

ser jóvenes sin prisa y con memoria

situarse en una historia que es la suya

no convertirse en viejos prematuros

¿qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de rutina y ruina?

¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?

les queda respirar / abrir los ojos

descubrir las raíces del horror

inventar paz así sea a ponchazos

entenderse con la naturaleza

y con la lluvia y los relámpagos

y con el sentimiento y con la muerte

esa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de consumo y humo?

¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?

también les queda discutir con dios

tanto si existe como si no existe

tender manos que ayudan / abrir puertas

entre el corazón propio y el ajeno /

sobre todo les queda hacer futuro

a pesar de los ruines de pasado

y los sabios granujas del presente.

Este poema de Mario Benedetti, bien puede ser inscrito dentro de sus múltiples producciones de carácter político. Ha de ser entendido en su contexto particular, y tomando en cuenta los compromisos nunca abandonados por el autor. Benedetti, como clásico –y casi pionero- representante del llamado “boom latinoamericano”, movimiento literario continental surgido en la década de 1960, aborda en cada una de sus obras los temas relacionados con la condición primaria e inmediata del ser humano tanto en su mundo macroscópico (un ser social, inmerso en un momento histórico específico) como en sus esferas más íntimas (el amor, la amistad, el paso del tiempo, la soledad, las frustraciones, lo breve de la existencia).

Es así como su dilatada narrativa, sus búsquedas, sus escenarios, situaciones y personajes, pueden ser tanto protagonistas de una sociedad alienada y en un subdesarrollo de origen exógeno, como sujetos prácticos de las cotidianidades y las pequeñas historias, las vidas comunes y los sucesos que la mayoría de las veces pasan cubiertos por la invisibilidad y el anonimato.

Pocos como Mario Benedetti, han logrado descender la poesía de aquella nebulosa fantástica del simbolismo y la ensoñación, al mundo material, conflictivo, dialéctico, al mundo, en últimas, humano y sensible. No se quiere decir con esto, sin embargo, que la narrativa del autor uruguayo sea pobre en estos recursos ni mucho menos exhiba una cruda simpleza. Al contrario, sus producciones, sin perder la carga emotiva, la cercanía y el valor de soñar, logran integrar las grandes inquietudes y misterios de la aventura humana, que Talves jamás hallen respuesta, con la vivencia y la confrontación ante las vicisitudes y alegrías, riesgos y ganancias, prodigios y limitaciones implícitas en el solo hecho de existir.

“¿Qué le queda a los jóvenes?” es, al tiempo, una reivindicación de la vitalidad de la juventud, que nunca conoció umbrales tan altos como en el siglo XX, y la aceptación de un mundo en decadencia, al cual solo le resta la utopía como medio de redención. Puede emparentarse una pieza como esta, con las producciones surgidas de las etapas mas maduras del boom latinoamericano. El movimiento, que en un primer momento surge como una superación de la antigua literatura tradicional, costumbrista e indigenista, con tintes marcadamente coloniales, desplazándose hacia una mirada propia de América Latina sobre la existencia, la vida urbana y las reflexiones por el lugar, la identidad y lo cotidiano, pronto habría de extender sus límites hacia lo político y lo social, con discursos cada vez mas comprometidos, hecho que sin duda motivaron los abruptos acontecimientos acaecidos en el continente con la irrupción del fascismo sobre la democracia.

Algunos autores de capital importancia en esta tendencia, pronto abandonaron las reivindicaciones populares, muy en boga con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, y el del socialismo en Chile, para 1970, y acogieron un discurso promocionado como neutral. En esta línea, cabe destacar, por ejemplo, a Mario Vargas Llosa (que incluso tuvo acercamientos con la derecha política) y a Juan Carlos Onetti, siempre crítico de los modelos de poder imperantes, aunque esto no lo salvara de sufrir el exilio que muchos otros de su generación padecieron.

Asimismo, otros tantos, como el colombiano Gabriel García Márquez, y Mario Benedetti,

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