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Mi Labor Docente


Enviado por   •  23 de Mayo de 2012  •  2.101 Palabras (9 Páginas)  •  472 Visitas

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Mi labor docente

Viridiana GARCÍA CHOY

1. Efecto Minerva de los recuerdos

Si hablo de los cientos de maestros que tuve a lo largo de mi vida académica,me es inevitable pensar en la mujer que en mis tiempos de bachiller, me dio laclase de literatura. La recuerdo mucho, porque era muy joven, algo descuidadaen su aspecto, pero ese curso, fue la etapa en la que más leí y en la que meinteresé más por el estudio de la historia de México.Hoy, yo también soy maestra de literatura de nivel bachillerato. Minerva, mimaestra, nunca nos dio una clase sobre historia de los clásicos. En esa épocaleí más de lo que me hubiera esperado, pero desconocía muchas cosashistóricas que aprendí por necesidad y también por gusto más adelante. Conella no utilizamos libro de texto pero fue absolutamente obligatorio leer loscuatro libros asignados, uno para cada mes, lecturas que me marcaron en esaépoca.Actualmente me esmero en explicar a mis alumnos la historia de la literatura,hablar desde las culturas más antiguas como Egipto, China, Babilonia, India.Detenerme a relacionar las películas hollywoodenses, con el libro de losmuertos, porque he descubierto que si me la paso hablando sin tomar losreferentes que ellos tienen, estarían absolutamente dormidos a los diezminutos. Los poemas de las principales figuras heroicas y religiosas, de lasculturas y su aporte histórico al arte, incluso hasta abordar un poquito dehistoria de la Biblia.Después de toparme con muchas trabas porque cada vez, me ingenio nuevosmétodos para que la lectura sea una práctica habitual de mis alumnos, me heinventado crear cartas especiales con una recomendación de acuerdo a susgustos, de alguna obra literaria. Los resultados a veces son satisfactorios, otrasno, pero ha funcionado mucho mejor que estandarizar el mismo libro paratodos.Recuerdo a Minerva porque, aún sin ser buena explicando, sin tener la granexperiencia en teatro, tuvo la capacidad de encender esa chispa que detonóen dudas e inquietudes futuras. Ayer justamente, platicaba con otras amigas.contemporáneas, que ellas también la recordaban como un golpe de aire quenos hizo oxigenar la cabeza.Sin duda los maestros que nos marcan por algo trágico o satisfactorio, noshacen decir de nosotros: ‘eso era antes y esto fui después’.Entré a la universidad, y hubo personajes a los que recuerdo más que otros, eneste caso mencionaré a los primeros que se me vengan a la mente, porqueseguro me dejaron cosas importantes.Curiosa casualidad, dos de las maestras que recuerdo mucho, tiene el nombrede Minerva, que en su versión griega se relacionan con Atena, la Diosa de lasabiduría y la guerra, probablemente sus actitudes eran una especie de tributoa una de las pocas diosas, que se les tiene respeto en la historia y en los mitos.Mi primera maestra de Teoría política, también se llamaba Minerva, la mayoríade mis compañeros y yo sufrimos con ella, por las lecturas que rayaban en lofilosófico y político, desde Aristóteles, Platón, Engels, Marx, hasta la lectura delos principales periódicos y la escritura de ensayos y más ensayos.Alguna vez me pregunté ¿por qué me estresaba, por qué me esforzaba tanto, ynunca pude sacar un diez con ella? Tal parecía que nunca satisfacíamos susexigencias, como dejando en claro que no éramos buenos estudiantes, y quedebíamos rayar en la genialidad.Debimos hacerle caso, debimos aspirar a eso, la medianía en el conocimientono es placentera cuando te das cuenta de tus muchas carencias, de tuperpetuo principio socrático, ‘yo sólo sé que no sé nada’.El segundo fue el maestro de periodismo. Un tipo bien plantado en suexperiencia, en su puntualidad, en su pragmatismo, siempre repitiendo a másde la mitad del grupo que éramos casos perdidos, que debíamos dedicarnos aotra cosa.En verdad que era terrorífico verlo, soportar sus críticas ácidas, su indolencia,su inquebrantable franqueza. Hasta recuerdo que me hizo llorar, sí, llorar (deboadmitir que soy una sentimentalona barata), pero si algo detestaba en eseentonces era ir mal en una materia, no me importaba número, pero lo que meimportaba era haber herido mi orgullo, mi capacidad escribana.Todavía recuerdo su ejercicio de nota informativa… ‘traumatismo cráneoencefálico, con fractura de tibia y peroné, de fulanito de tal…’, después del

terrorismo en su clase, dije que nunca sería periodista, que nunca, nunca,escribiría notas.Hoy publico en revistas, en periódicos, suplementos, tengo un blog en Internet,y no he podido evitar mi vena periodística, mi acérrima crítica a transcribir voces y juicios de otro que tiene ‘autoridad o legitimidad’ de opinar.Ismael Ríos, actualmente trabaja para el ‘Gober precioso’, nos dijo que éramosel peor grupo en nivel académico, que tuvo en sus veinte años de dar clasesen la Ibero.Al concluir el semestre sólo invitó a unos cuantos para realizar nuestrasprácticas en TV Azteca Oaxaca, yo y Miriam, la niña genio, a la queparadójicamente invitó a trabajar con él en Puebla.

2. La buena imagen y la ruletería docente

La política es un área que me ha gustado. El curso de comunicación política,fue crucial para el grupo de irresponsables universitarios que éramos. Nos tocóhacer un cuarto de guerra, donde simularíamos ser equipo encargado de lacomunicación institucional del gobernador del estado, en ese entonces, JoséMurat.Hasta el séptimo semestre, nuestra organización fue absolutamenteindividualista, fue en esa práctica donde nos dimos cuenta de la importancia dela unión y el apoyo mutuo. Aprendimos a decir en quien no confiábamos, enquien si, y qué debíamos hacer para que todos los compañeros trabajaran deigual forma. Si bien los modelos escolares, los trabajos individuales, sonefectivos, pero cuando tenemos que depender de otros, siempre habráconflictos en el plano personal que serán inevitables. Mi experiencia me hadicho que los trabajos donde el grado de responsabilidad es alto, siempreexisten más posibilidades de conflicto entre los alumnos.Por ejemplo, en los proyectos de video, donde las jornadas de trabajo sonmortales, si no se planifica hasta el control del café y los recesos, la realizacióndel proyecto audiovisual, en lugar de ser una experiencia enriquecedora serátoda una tortura.Monserrat, la catedrática de la materia, desde el inicio planteó su forma detrabajo: lecturas, ensayos y exposiciones (¡vaya, qué original!). La diferencia de

esto es que, todo lo aprendido teóricamente, fue llevado a la práctica en unejercicio donde todos tuvimos que involucrarnos, todos estábamos en riesgo,nos sentíamos en riesgo, aunque la maestra era adorable, no se iba a tentar elcorazón para mandarnos a extraordinario, fue intolerante con las inasistenciasy retardos, y aprendimos a ser menos

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