Naturalización De Las Prácticas Educativas

¿QUÉ SE ENTIENDE POR PROCESOS DE NATURALIZACIÓN Y LA DESNATURALIZACION DE LAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS?

Muchas prácticas de la vida cotidiana que experimentamos como naturales, son de carácter social, es decir, las hemos aprendido en nuestra participación e interacción con la vida social y con la cultura del lugar.

Cuando salimos de nuestro lugar y conocemos una sociedad diferente de la nuestra, nos cuesta adaptarnos a sus características. También es sabido que en otros tiempos y lugares existieron otros modelos y prácticas diferentes, y alejadas de las que hoy conocemos.

Pero, remitiéndonos a las instituciones educativas ¿qué significa que “algo” se ha “naturalizado” ? (por ejemplo, las formas de organizar los espacios institucionales y del aula, una concepción determinada sobre la infancia o la adolescencia, un modo particular de pensar las instituciones educativas, etc.)

Principalmente, significa que se ha tornado como algo familiar, que ya ha dejado de sorprendernos o de extrañarnos, y ya no preguntamos sobre el porqué ese “algo” se siga sosteniendo cotidianamente en la escuela.

Abordar la naturalización de las prácticas o las concepciones (que también determinan ciertas modalidades en las prácticas) contribuye a pensar, siguiendo a Larrosa, la desnaturalización como, “conseguir un efecto de extrañeza, de desfamiliarización ”. Se trata de intentar “pensar las prácticas pedagógicas de otro modo, a otra escala, con otras conexiones ”

Esto requiere pensar los límites de nuestras propias razones por las que realizamos tales prácticas, y además, conocer la historia para analizar el origen de las mismas y su despliegue en el tiempo. Esto nos llevará comprender las condiciones de posibilidad de dichas prácticas.

Se trata, como afirma Larrosa, de una historia que aparece orientada por la interrogación sobre nosotros mismos y sobre ciertas familiaridades que nos habitan.

P. Bourdieu afirma: “Debido a que es el resultado de un proceso que la instituye a la vez en las estructuras sociales y en las estructuras mentales adaptadas a esas estructuras, la institución instituida hace olvidar que es fruto de una larga serie de actos de institución y se presenta con todas las apariencias de lo natural. Por este motivo, no hay sin duda ningún instrumento de ruptura más poderoso que la reconstrucción de la génesis: al hacer resurgir los conflictos y las confrontaciones de los primeros comienzos y, con ello, las posibilidades descartadas, reactualiza la posibilidad de que las cosas hayan sido (y sean) diferentes y, a través de esta utopía práctica, vuelve a poner en tela de juicio la posibilidad por la que, entre todas las demás, se ha optado ”

¿Qué cuestiones nos permiten interrogarnos, acerca de la “naturalización” de ciertas prácticas educativas?

Se podrían pensar en los siguientes aspectos los cuales tienen una relación muy estrecha entre sí, por los cuales el trabajo docente está marcado, citamos como ejemplo: la configuración de las formas de agrupamiento de los alumnos, la organización de los tiempos y los espacios, el pasaje de uno a otro ciclo y de uno a otro nivel, el establecimiento de los contratos didácticos, la relación con el conocimiento escolar, la problemática de la progresión en los aprendizajes de los alumnos, las prácticas de evaluación, la construcción de la idea de excelencia escolar, entre otros.

El filósofo Michel Serres señala al respecto: “salir del camino más que preparar un camino. Para entender algo de lo que está en juego en la complejidad bullente del mundo contemporáneo hay que abandonar aquellos estereotipos que encauzan de antemano los canales de lo pensable, resistirse a la cómoda guía preestablecida por los puntos de referencia que ofrece la inercia de la tradición o rechazar las pautas forzadas por los tópicos de la comunicación mediática. Asumir el riesgo de perderse. Pero no cabe duda de que también se impone el requisito de volver reflexivamente sobre el camino, a veces sorpresivo, que va abriendo el éxodo. El ancho paisaje del universo teórico exige, para ver algo, un ángulo de mira y un modo de mirar: un tema y una forma de abordarlo”.

La presentación de esta temática puede ser considerada como un ejercicio de reflexión con el fin de brindar una mejor educación que cumpla con su propósito. Paulo Freire supo decir: "Soñamos y trabajamos para recrear el mundo, porque nuestro sueño es un sueño con una realidad menos malvada, menos perversa, en que uno pueda ser más gente que cosa. Pero, al mismo tiempo trabajamos en una estructura de poder que explota y domina. Y esto nos plantea esta dualidad que nos hace mal. (..) Todo trabajo renovador tiene que tener tácticas coincidentes con el sueño estratégico. Si salimos demasiado de las posibilidades de la práctica, perdemos el sueño. Hay que ser disciplinado, hay que ser sabio. Un liderazgo revolucionario que no se empapa de tal sabiduría, fracasa. … yo debo entonces empezar a medir qué puedo hacer" .

Las formas de educación que una sociedad se da sí misma y la manera en que las prácticas educativas se institucionalizan se relacionan estrechamente con los saberes que se hayan producido en el interior de esa sociedad.

Dado que la educación es necesaria para la producción y reproducción de la cultura de una sociedad, los saberes considerados apropiados son transmitidos a quienes han de contribuir a que la sociedad continúe y se proyecte en el tiempo. Por esto, la educación suele concebirse como una inversión a futuro.

LA EDUCACIÓN SEGÚN ANTELO.

A lo largo del tiempo, las diversas sociedades se han preocupado por establecer distintos procedimientos de humanización, para que el individuo crezca y se desarrolle dentro de los cuadros sociales que serán, para él y los suyos, sus soportes principales. Y la educación es uno de los nombres de estos procedimientos que operan sobre las personas desde su más corta edad.

La educación es, según la define Estanislao Antelo, "el conjunto que se reúne alrededor de las operaciones históricas tendientes a la acogida, cuidado, formación y modelado del cachorro humano a partir de la transmisión más o menos programada de un fondo cultural común de conocimientos ”.

Donde el conocimiento, tomando las ideas de Norbert Elías, “es el significado social de símbolos construidos por los hombres, en una época dada, que tienen como característica relevante ser intercambiables, adquiridos de otros mayores mediante aprendizajes, y que proporcionan medios de orientación en el mundo” . Sin esta vinculación entre cuidado y conocimiento (...) no

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