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Normas De Ortografia


Enviado por   •  19 de Octubre de 2011  •  2.049 Palabras (9 Páginas)  •  595 Visitas

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LOS MARCADORES Y LOS CONECTORES ( )

El sistema de la lengua pone a disposición de los hablantes unas piezas lingüísticas que relacionan de forma explícita segmentos textuales, sean enunciados o secuencias de enunciados, estableciendo entre ellos diversos tipos de relaciones semánticas: se trata de los llamados marcadores discursivos y los conectores (Ducrot, 1980a, 1983; Cortés, 1991; Martín Zorraquino, 1990, 1991, 1994; Montolío, 1992, 1993; Martínez, 1997; Portolés, 1993, 1998; Pons, 1995, 1998). Ello no implica que necesariamente tengan que aparecer para que se establezca esta relación semántica. Efectivamente, la disposición lineal, necesaria para el desarrollo textual, pone en relación unos enunciados con otros, permitiendo que sean los propios hablantes los que vayan estableciendo los enlaces necesarios entre enunciados. Se puede decir que, de forma general, en un estilo más expresivo los conectores están implícitos: así se suele dar en el uso coloquial, con el apoyo del entorno entonativo, o en el uso estilístico escrito, con yuxtaposición de segmentos cortos, sin conectores (asíndeton). En un estilo más elaborado y neutro, los conectores se expresan para evitar malentendidos y para asegurar una adecuada conexión. Pero la base de las relaciones semánticas se da fundamentalmente a través de la interrelación de elementos léxicos y prosódicos, los cuales proporcionan suficiente contenido y orientación conceptual para activar las inferencias en los hablantes.

Ejemplo de ausencia de marcadores de relación:

a) La calle estaba desierta. Cruzamos sin peligro.

(causa-consecuencia: por eso)

b) Subimos las escaleras. Vimos mucha gente en el rellano.

(sucesión temporal: y luego)

Cuando la relación entre enunciados se expresa a través de un conector, éste manifiesta lazos preexistentes - en la mente de los interlocutores, en su conocimiento compartido - que se expresan a través de un elemento sintáctico-semántico para indicar de forma más precisa y clara la relación que se intenta comunicar.

Los marcadores y los conectores tienen unos rasgos propios que los caracterizan:

Desde el punto de vista de su forma son muy variados: pueden ser piezas simples o compuestas, conjunciones, adverbios y locuciones, sintagmas nominales, verbales o preposicionales. En la historia de la lengua se atestigua una progresiva gramaticalización de elementos léxicos para adaptarse a la nueva función adquirida; también es recurrente la presencia de deícticos en dicho proceso, cosa que reafirma el papel cohesivo de estas unidades. Esta tendencia sigue productiva en una serie de elementos dispares gramaticalmente, pero coincidentes en la misma función.

Por ejemplo:

(- gramaticalizado): de todos modos, en cualquier caso, en otras palabras.

(+ gramaticalizado): a fin de que, sin embargo, a pesar de que, bueno, veamos.

Su función es relacionar y poner en contacto dos enunciados o secuencias de enunciados; en otras palabras, su presencia enlaza un segmento textual previo con el siguiente, estableciendo una relación semántica; algunos de ellos tienen la doble función de ser relacionantes de enunciados (en el plano local, oracional) y de relacionar conjuntos de enunciados (en el plano global, textual). Otros se usan exclusivamente como relacionantes textuales.

Su finalidad discursiva se centra fundamentalmente en proporcionar cohesión y estructura, y en servir de guía o instrucción para la interpretación del sentido. Algunos de ellos se especializan en adjudicar una orientación argumentativa, es decir, dirigida hacia una conclusión a partir de los enunciados puestos en contacto.

Nos detendremos, en primer lugar, en los marcadores que contribuyen a la organización global del texto. Para ello basta recordar que el discurso se puede entender metafóricamente como un “camino” o un “recorrido” - Greimas habla del “recorrido semiótico” - según se apunta en la introducción a la obra de Lakoff y Johnson (1980): así es como el uso lingüístico ha ido fijando modos de aludir al fluir del habla, como hay un punto de partida, uno puede perderse, divagar, ir desencaminando, dar un rodeo, volver atrás, irse del tema, volver a lo que estaba, recorrer los puntos principales, saltarse algo, detenerse en un punto…

Los marcadores de ordenación del discurso suelen recibir el nombre de conectores metatextuales porque no se orientan a la conexión del contenido de los enunciados sino al desarrollo mismo de la enunciación. Ésta se desenvuelve a partir de un inicio, un desarrollo y una conclusión y además se despliega en el tiempo. Por esta razón se usan las siguientes expresiones que proporcionan pistas de la organización del discurso:

- Iniciadores: para empezar, antes que nada, primero de todo…

- distribuidores: por un lado, por otro; por una parte, por otra; éstos, aquellos…

- ordenadores: primero, en primer lugar, en segundo lugar…

- de transición: por otro lado/parte, en otro orden de cosas…

- continuativos: pues bien, entonces, en este sentido, el caso es que, a todo esto…

- aditivos: además, igualmente, asimismo…

- digresivos: por cierto, a propósito…

- espacio-temporales:

• de anterioridad: antes, hasta el momento, más arriba, hasta aquí…

• de simultaneidad: en este momento, aquí, ahora, al mismo tiempo, a la vez…

• de posterioridad: después, luego, más abajo, seguidamente, más adelante…

• conclusivos: en conclusión, en resumen, en suma, en resumidas cuentas, total…

• finalizadores: en fin, por fin, por último, para terminar, en definitiva…

En segundo lugar, tomaremos en consideración los marcadores que introducen operaciones discursivas particulares. En este caso se trata de elementos que en general se sitúan en posición inicial de enunciado, o como preámbulo al segundo miembro de la relación. Estos procedimientos o bien indican la posición del Enunciador ante su enunciado o bien orientan hacia un tipo concreto de

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