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Nueve Consejos Para Hechar A Perder Un Nino


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2013  •  851 Palabras (4 Páginas)  •  186 Visitas

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Nueve consejos para echar a

perder a un niño

La licenciada Mónica Coronado, autora del libro "Padres en Fuga. Escuelas

Huérfanas", repasa, con ironía, las diversas maneras en que los adultos

convierten a un niño que podría ser "sano" y "feliz" y en un chico terrible, incapaz

de convivir en un entorno reglado.

1) El niño REY, tirano,

dictador:

Cuando nazca dejá de lado

todo: pareja, salud, otros

familiares, hobbies o

actividades deportivas.

Dedicate al niño en forma

exclusiva y excluyente. Tu

pareja puede esperar, lo

mismo tu salud, tu vida

personal... ¿Qué es eso? Eso

que hacías y te hacía feliz, como hacer ejercicio, leer, tener un hobby, charlar con

amigos, etc. Tu objetivo de vida debe ser estar pendiente del niño. Hacé de tu

maternidad/paternidad una cruzada.

2) "Lo que quieras con tal que dejes de chillar": Los niños, todos, tienen

berrinches. Si querés echarlo a perder no dejes que el berrinche llegue, apenas frunza el

ceño tratá de concederle todo lo que desea, aunque sea inadecuado. Apenas ensaye

unos pucheros porque no le comprás ese juguete, corré a conseguirlo, no vaya a ser

que el niño sufra por no tener lo que el 0,02% de los niños tienen.

3) No...pero: Si considerás que lo que el niño quiere es descabellado (como, por

ejemplo, jugar con el florero de cristal de tu tía Clarita), intentá parecer una buena madre

o un buen padre y decile un NO adornado de excusas, explicaciones e intentos de

razonamiento. Indudablemente el niño hará un berrinche de proporciones

descomunales, con cortes de respiración y sofocos fríamente calculados como para

causarte la suficiente ansiedad, inquietud o culpa como para que, finalmente cedas real

o vicariamente a sus deseos.

4) No quiero traumatizarte: Los límites verbales, penitencias, retos o cualquier

medida de sanción no le van a funcionar cuando quieras echarlo a perder, todo lo

contrario. Insistí en que el niño debe desarollarse según su "naturaleza", sin que le

pongas restricciones de ningún tipo. Si quiere dormirse a las 12 y media de la noche,

dibujar las paredes recién pintadas, comer en el piso, hacer pis en una maceta,

acariciar abofeteando a padre y abuelos, atropellar a otros niños para obtener un

juguete, tenés que dejarlo que actúe a sus anchas, o ¿no son así todos los niños/as?

No permitas que ninguna frustración, por pequeña que sea, nuble su esplendorosa

infancia.

5) El niño florero: en cualquier reunión social, tu niño debe ocupar un lugar

preeminente. Las conversaciones, por más elevadas que sean, deben interrumpirse para

escuchar primero sus balbuceos, luego sus gritos, canciones o lo que el niño haga,

incluyendo, por supuesto, sonidos indecorosos.

...

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