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Nuevo Orden Mundial, Democracia, Biodiversidad Y El Problema Energético


Enviado por   •  23 de Mayo de 2012  •  33.198 Palabras (133 Páginas)  •  1.417 Visitas

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Nuevo orden mundial

La expresión nuevo orden mundial se ha usado para referirse a un nuevo período de la historia pretendiendo de este modo que hay pruebas de cambios dramáticos en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes. El primer uso de esta expresión aparece en el documento de los Catorce Puntos del Presidente Wilson haciendo un llamado después de la Primera Guerra Mundial para la creación de la Liga de Naciones, antecesora de las Naciones Unidas.

La frase fue usada con cierta reserva al final de la Segunda Guerra Mundial cuando se describían los planes para la creación de las Naciones Unidas y los Acuerdos de Bretton Woods debido a la asociación negativa resultante del fracaso de la Liga de Naciones.

El uso más amplio y reciente de esta expresión se origina sobre todo con el final de la Guerra Fría. Los presidentes Mikhail Gorbachev y George H. W. Bush usaron el término para tratar de definir la naturaleza de la posguerra fría y el espíritu de cooperación que se buscaba materializar entre las grandes potencias.

En una referencia a las hostilidades en Irak y Kuwait, la revista Time del 28 de enero de 1991 dijo: “Mientras caían las bombas y se disparaban los misiles, las esperanzas de un nuevo orden mundial cedieron lugar al desorden común”. Añadió: “Nadie debe forjarse ilusiones pensando que el nuevo orden mundial, del que tanto alarde se hace, se ha establecido o está cerca”.

Nunca se ha logrado la cooperación entre las naciones, y esto perjudica los esfuerzos por establecer un nuevo orden mundial. En un informe en la revista The World & I de enero de 1991, unos peritos examinaron “las políticas exteriores que van surgiendo entre las superpotencias y el efecto que probablemente tengan en el nuevo orden mundial”. El editor llegó a esta conclusión: “La historia nos lleva a pensar que en el mejor de los tiempos se puede pasar muy fácilmente de la paz a la guerra. La cooperación internacional, particularmente entre las potencias principales, es crucial para una transición de éxito de la Guerra Fría a un nuevo orden mundial”.

Los problemas ambientales también son un obstáculo al nuevo orden mundial que muchos visualizan. En State of the World 1991 (un informe sobre la situación mundial por el instituto Worldwatch), Lester R. Brown dijo: “Nadie puede decir con certeza cómo será el nuevo orden. Pero si queremos forjar un futuro prometedor para la generación siguiente, entonces el gran esfuerzo que tomará contrarrestar la degradación ambiental del planeta dominará los asuntos mundiales por décadas”. Este informe señaló que la contaminación del aire había “alcanzado niveles que amenazan la salud en centenares de ciudades y que dañan las cosechas en veintenas de países”. Añadió: “Mientras aumenta la población humana en el planeta, disminuye el número de las especies vegetales y animales. La destrucción de hábitats y la contaminación hacen que disminuya la diversidad biológica de la Tierra”.

El Nuevo Orden Mundial como conspiración.

Esquema General y Algunos Casos Concretos

El Club de los 300 es el no va más de las sociedades secretas. Está integrado por una clase dirigente intocable a la que pertenece la reina de Inglaterra, la de los Países Bajos, la de Dinamarca y las diversas familias reales europeas. A la muerte de la reina Victoria, dichos aristócratas llegaron a la conclusión de que la única manera de hacerse los amos del mundo era asociarse con poderosísimos magnates de la industria internacional, que no pertenecían a su linaje. De esta forma, ganaron acceso al máximo poder aquellos a quienes la reina de Inglaterra gusta llamar plebeyos.

¿Quiénes son los conjurados que integran el todopoderoso Club de los 300? Los ciudadanos mejor informados tienen conocimiento de que existe una conspiración, la cual se presenta bajo una diversidad de nombres, entre ellos los illuminati, la Francmasonería, la Tabla Redonda y el grupo Milner. Lo malo es que resulta extremadamente difícil encontrar información fidedigna sobre las actividades de quienes integran el gobierno invisible.

A fin de hacerse una idea del enorme alcance de la conspiración a la que nos referimos vendría bien enumerar en este momento algunos de los objetivos trazados por el Club de los 300 con vistas a su conquista y dominio del mundo. Es preciso entender claramente las razones por las que la energía nuclear es tan detestada en la mayoría de los países, y por qué al falso movimiento ambientalista (creado y costeado por el Club de Roma) se le pidió que declarara la guerra a dicha fuente energética. Generando fuerza eléctrica barata y abundante a partir de reactores nucleares, los países en vías de desarrollo se volverían poco a poco independientes de la ayuda externa norteamericana y podrían consolidar su soberanía. La electricidad producida a partir de la energía atómica es la clave para que los países atrasados salgan del subdesarrollo en el que el Club de los 300 les ha ordenado permanecer.

A menor ayuda externa, menor sería el control de los recursos naturales de los diversos países por parte del FMI. La idea de que las naciones en vías de desarrollo rigieran su propio destino era anatema para el club de Roma y su Club de los 300 que dirige el mundo. Hemos visto la oposición a la energía nuclear utilizada con éxito para bloquear el progreso, de conformidad con los planes del Club para el crecimiento cero en la era post-industrial.

Al tener que depender de la ayuda exterior procedente de EE.UU. esos países de hecho se hallan sometidos en servidumbre al Consejo de Relaciones Exteriores. Al pueblo de las naciones beneficiarias le llega una parte ínfima del dinero, que por lo general termina en las arcas de dirigentes gubernamentales que permiten que el FMI despoje brutalmente al país de sus recursos naturales y bienes de producción.

En Mugabe, el presidente de Zimbabwe, la antigua Rodesia, tenemos un claro exponente de hasta qué extremo se pueden manipular los recursos naturales de un país, en este caso el mineral de cromo de alta ley. LONRHO, el gigantesco conglomerado de empresas presidido en nombre de su prima, la reina Isabel II, por Angus Ogilvie (figura importante del Club de los 300) es actualmente dueño y señor absoluto de tan valioso insumo. Mientras tanto el pueblo zimbabuo se sume cada vez más hondo en la miseria, a pesar de percibir ayuda económica de los Estados Unidos por un monto superior a los 300 millones de dólares.

Al presente, LONRHO tiene el monopolio de la producción nacional de cromo, y cobra precios arbitrarios, lo cual no estaba permitido durante el gobierno de Smith. Antes de la llegada del régimen de Mugabe,

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