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ORGANOS DE LOS SENTIDOS


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  2.221 Palabras (9 Páginas)  •  264 Visitas

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Introducción

Los seres humanos poseemos cinco sentidos con los cuales podemos relacionarnos con nuestro entorno, estos sentidos son: la visión, el gusto, el tacto, el olfato y la audición.

Estos sentidos funcionan o se relaciona directamente con un órgano: el olfato, con la nariz; el gusto, con la lengua; la visión, con el ojo; el tacto, con la piel y la audición, con el oído.

Los órganos de los sentidos captan impresiones las cuales son transmitidas al cerebro y éste las convierte en sensaciones.

Con la vista notamos lo que pasa a nuestro alrededor; con el gusto reconocemos los sabores; con el olfato olemos lo que está en el entorno; con el oído sentimos todos los sonidos y con el tacto reconocemos las cosas cuando las tocamos.

Los sentidos

Los sentidos son las vías de comunicación que tiene nuestro organismo con el mundo exterior, sin ellos viviríamos en un estado semejante al coma, sin saber lo que pasa a nuestro alrededor, y también estaríamos en constante peligro, al no percibir los riesgos que están a nuestro alrededor; ya que los sentidos son quienes nos entregan la información que nos permite relacionarnos con el entorno de manera segura e independiente. Estos avisos se producen por medio de las sensaciones, que son el mecanismo que tiene el cuerpo para procesar todos los estímulos que llegan al cerebro. Estos estímulos pueden llegar en forma de luz, sonido, sabor, frío, calor, olor o dolor.

Los seres humanos poseemos cinco sentidos: la vista, cuyo órgano sensorial es el ojo, y que nos posibilita la visión; la audición, cuya función es captar los sonidos y participar en la función del equilibrio por medio del oído; el olfato, que nos ayuda a percibir los olores a través de la nariz; el gusto, que nos permite distinguir los sabores que llegan a la lengua, y el tacto, cuyo órgano sensorial es la piel, a través de la cual podemos recibir diversas sensaciones.

Hay muchos receptores en todo el cuerpo, listos para detectar señales tanto interiores como exteriores, capaces de producir una señal o impulso nervioso como respuesta a un estímulo, que puede ser táctil, auditivo, visual, de temperatura, etc.

El estímulo es conducido a la médula espinal o directamente al cerebro, donde se genera la sensación: olor, sabor, sonido, temperatura, presión, imagen, en base al análisis de la información recibida. Cuando es necesario, se produce una respuesta, que puede ser el movimiento de la parte del cuerpo afectada ejemplo: alejar las manos de una fuente de calor excesivo, o la secreción de una glándula: lágrimas, saliva. Este proceso es tan rápido que pareciera que nuestras reacciones son automáticas.

Los receptores que captan los estímulos provenientes del exterior se denominan exteroceptores o receptores externos, mientras que los que captan los provenientes del propio cuerpo se llaman interoceptores o receptores internos. Los exteroceptores son los que nos permiten tener nuestros cinco sentidos.

Las cualidades o características de los receptores son tres:

• Especificidad: cada receptor solo responde, o lo hace con más facilidad, a un tipo de estímulo en particular. Así, los del ojo reaccionan ante la luz, los del oído a las ondas sonoras.

• Excitabilidad: esta característica se pone en marcha apenas el estímulo pasa el llamado "umbral de excitación", que es el nivel mínimo de estimulación necesario para desatar las reacciones químicas que movilizan el impulso hacia el cerebro, que genera la respuesta o sensación.

• Adaptación: ya dijimos que los receptores se ponen en acción apenas reciben hasta el más leve estímulo. Sin embargo, en la medida en que este se mantiene constante, la excitabilidad va desapareciendo y se produce un acostumbramiento, una adaptación. Por ejemplo, un olor penetrante nos deja de molestar después de un rato, ya que nos acostumbramos hasta prácticamente dejar de percibirlo.

Sentido del tacto: la piel

El sentido del tacto es el primero de los cinco sentidos que se manifiesta, y lo hace desde la gestación. Este es el encargado de la percepción de los estímulos que incluyen el contacto y presión, los de temperatura y los de dolor. Su órgano sensorial es la piel, que, además, tiene el mérito de ser el órgano más grande del cuerpo. La percepción de estos estímulos externos se realiza a través de las células receptoras específicas que tiene cada una de estas señales en la piel.

La piel tiene como función protegernos contra las agresiones físicas y químicas, ya que es la primera barrera que tenemos para resguardarnos contra las fricciones y golpes, y porque brinda protección contra las infecciones y los rayos ultravioleta. También sintetiza la vitamina D, esencial para el crecimiento y la calcificación de los huesos. Gracias a los vasos sanguíneos que la irrigan y a la secreción de sudor, la temperatura de nuestro cuerpo se mantiene constante.

En sí, la piel es una membrana ligera, resistente y flexible que reviste nuestro cuerpo. Su superficie, en un adulto, fluctúa entre 1,5 y 2 metros cuadrados; su peso puede superar los 4 kilos. Sus zonas más sensibles están en la punta de la lengua, en los labios, en la palma de las manos y la planta de los pies.

La piel está compuesta por tres capas:

• La epidermis: capa externa y visible de la piel, contiene una proteína llamada queratina que junto al aceite segregado por las glándulas sebáceas la hace impermeable. También se encuentra la melanina, pigmento responsable del color de la piel.

• La dermis: capa media responsable de la resistencia y flexibilidad. También se encuentran los vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas y glándulas sudoríparas.

• La hipodermis: también llamada capa subcutánea, es un tejido adiposo, cuya función es reserva energética, aislante térmico y amortiguador de golpes.

También forman parte de este órgano llamado piel, los anexos cutáneos: los pelos, uñas, las glándulas sebáceas y sudoríparas.

La vascularización cutánea controla la temperatura corporal, condiciona la presión sanguínea y transporta los nutrientes a la piel, como también todos los elementos, que responden frente a procesos infecciosos, inflamatorios e inmunes.

La red vascular

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