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PERFIL DEL DOCENTE BOLIVARIANO


Enviado por   •  29 de Abril de 2013  •  2.824 Palabras (12 Páginas)  •  4.645 Visitas

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EL PERFIL DEL DOCENTE BOLIVARIANO

La educación bolivariana ha tratado de redimensionar la acción o praxis del ejercicio de la docencia. Está en cada uno de nosotros darle el valor necesario a lo expresado en nuestra Constitución, artículo 102: “La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria...”, y el artículo 104 nos llama profundamente a la reflexión: “La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad de comprobada idoneidad académica...”, y les dejo como interrogante el leer y reflexionar la Reforma del Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, en sus artículos 6 y 7, sobre los deberes y derechos de los docentes.

Hace 37 años Paulo Freire, a través de su hermoso libro La pedagogía del oprimido, alertaba a las sociedades latinoamericanas sobre la “cultura del silencio” y esa educación que mantiene y estimula la contradicción y la opresión, y decía que de ahí ocurra lo siguiente: A) el educador es siempre quien educa; el educando, es el que es educado. B) el educador es quien sabe; los educandos quienes no saben. C) el educador es quien piensa; el sujeto del proceso, los educandos son los objetos pensados. D) el educador es quien disciplina; los educandos quienes escuchan dócilmente. E) el educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados. F) el educador es quien opta prescribe su opción; los educandos quienes siguen la prescripción, G) el educador es quien actúa, los educandos son aquellos que tienen ilusión de que actúan, en la actuación del educador. H) el educador es quien escoge el contenido programático, los educandos a quienes jamás se escucha, se acomodan a él. I) el educador identifica la autoridad del saber con su autoridad funcional, la que se opone antagónicamente a la libertad de los educandos. Son éstos quienes deben adaptarse a las determinaciones de aquél. J) finalmente, el educador es el sujeto del proceso; los educandos son meros objetos. Cuán razón hay todavía en la visión del maestro Fleire.

Ojo: Por eso la revolución educativa bolivariana tiene como protagonista del hecho educativo y de su propia historia al educando, por ello el docente bolivariano debe asumir: 1) Al educando como el valor fundamental en la construcción del conocimiento. 2) Ser activo, creativo, crítico, investigador e innovador. 3) Constructor de proyectos que se ajusten a la necesidad real del educando y su comunidad. 4) Darle el rol protagónico y constitucional a la comunidad y su incorporación en los diferentes proyectos. 5) Tener ética, valores morales y espirituales, capaz de promover la justicia, el amor, la solidaridad, el sentido de pertenencia y el amor a la humanidad. 6) Revolucionario por convicción, no por interés. 7) Comprometido con los lineamientos de la educación bolivariana en todos sus aspectos. 8) Difundir el pensamiento liberador de Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Luis Beltrán Prieto Figueroa y de los héroes y mártires de la patria. 9) Educar en libertad para la libertad. 10) Crear espacios para la construcción de los sueños y esperanzas por un mundo más humano. 11) Resaltar los valores culturales de las comunidades. 12) Planificar y evaluar siempre pensando en el lado humano del educando. 13) Promover nuevas estrategias pedagógicas en el proceso de lectura, escritura y resolución de problemas matemáticos elementales. 14) Creer en la educación bolivariana, como una educación integral de calidad al servicio de todos los seres humanos, liberadora y humanista. 15) Promover la equidad de género como un ejemplo de unidad en los educandos. 16) Difundir el respeto a la vida y los derechos humanos. Es ésto solamente parte de ese perfil del docente bolivariano de hoy.

Todo se puede con amor como lo decía Fleire: “El amor es un acto de valentía, nunca de temor, el amor es compromiso con los hombres”. Y el Ché Guevara, como amante de la libertad, nos dijo: “Cada vez nos convencemos más de la necesidad de que los verdaderos revolucionarios reconozcan en la revolución un acto de amor, en tanto es un acto creador y humanizador” (Panorama, 06/11/2006).-

OTRAS CARACTERÍSTICAS DEL DOCENTE BOLIVARIANO

• El perfil del docente bolivariano, debe estar sustentado en su capacidad de líder, pero no solamente en su escuela, sino además en la comunidad donde se ubica la escuela; para ello es necesario profundizar su investigación que parta desde la historia local de la misma, que seguro lo llevará a establecer contacto con todas las organizaciones de carácter social.

• El docente además debe tener el compromiso del deber ser: responsable, honesto, solidario, amoroso, motivador, tolerante, amigable, investigador, estudioso del contexto histórico social, revolucionario, pues ese es el ingrediente necesario para lograr los cambios, es decir la transformación social y educativa.

• El docente es el que dirige el aprendizaje, que siembre la nueva visión de país, que clarifique su amor por los otros y luego transmitir esos sentimientos a todos los miembros de la conformación de la Contraloría Social, justa y necesaria en la fiscalización y resumen es crear la nueva conciencia, el nuevo docente, amante del trabajo, la libertad, la justicia, la equidad de género y social, es comprometerse con el país, con la patria, con el pensamiento bolivariano y la praxis revolucionaria, como garante de la participación protagónica del poder popular

PERFIL DEL DOCENTE DE ESCUELAS BOLIVARIANAS EN VENEZUELA

Debe de ser Docentes comprometidos con la filosofía de Escuelas Bolivarianas y el proyecto de nuestro país que se quiere construir. Comprometidos en generar la interacción entre las comunidades, entes gubernamentales e instituciones educativas.

Un Personal egresado con estudios técnicos o superiores en educación, que estén preparados pedagógicamente y formados en valores y ética educativa y que su deber sea hacer, haciendo, crear, creando. Construir, construyendo, educando con una teoría constructivista, donde el alumno sea su propio actor y autor de su proceso de enseñanza aprendizaje, en todas las áreas académicas del currícula bolivariano.

Se requiere de un docente innovador, creativo, orientador, solidario, cooperativo, pertinente, perpiscas, objetivo, creador. Que enarbole la bandera de los valores nacionales y regionales de cada espacio donde se encuentra, que sea un maestro guía, y que ponga en práctica su código oncológico como PERFIL del profesional de la educación capaz de diseñar y generar actividades innovadoras para el proceso de enseñanza aprendizaje en todos los espacios para el crecimiento y el desarrollo integral del colectivo

Un Docente que genere investigaciones en el área y sea participe de la divulgación de los mismos. Para que logre así un aprendizaje significativo en el discente. Y alcanzar los objetivos propuestos por el Sistema Educativo Nacional

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y DEPORTES COORDINADORA NACIONAL DE CULTURA. ESCUELA BOLIVARIANA CARACAS - VENEZUELA

La Constitución de 1999 de la República Bolivariana de Venezuela asume la educación y el trabajo como los procesos fundamentales para alcanzar los fines esenciales del Estado. La educación, entonces requiere refundarse en coherencia con el proceso revolucionario y ello pasa por el debate para construir una nueva pedagogía nacional, sustentada en lo que Simón Rodríguez planteó como la originalidad y no en modelos de dominación que fueron copiados de una manera descarada, profundizando el desarraigo, la desidentidad y que crearon sociedades de exclusión.

Por ello, la escuela necesita nuevos modos de concebir el trabajo docente y metodológico, que formen en la participación y el protagonismo al ciudadano de la nueva república. Avanzamos hacia una estructura educativa centrada en lo humano, que permita concretar el saber, el hacer y el convivir para la formación de un ser social, creador, productivo y solidario y asumir la educación como un proceso de formación permanente, deber social fundamental y función indeclinable y de máximo interés del Estado, según establece el artículo 102 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Si queremos hacer REPÚBLICA, debemos emplear medios… ¡TAN NUEVOS! Como es NUEVA la idea de ver por el BIEN de TODOS”; ‘y TODAS’ le agregamos hoy a esa sabiduría del maestro Simón Rodríguez.

Este método novedoso es particularmente importante en la formación del nuevo maestro en una nueva escuela, donde los actores que han estado relegados y excluidos puedan irrumpir a la vida ciudadana, en la construcción de una nación que se sostenga sobre el diálogo y el reconocimiento de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de todos y todas. Los lenguajes y formas de las mayorías y de las minorías, deben ser también protagonistas en los espacios públicos.

El compromiso tiene que traducirse en las aulas, en una práctica pedagógica abierta, reflexiva y constructiva. Igualmente, en una relación amplia con la comunidad, signada por la participación auténtica y en un cambio efectivo del sistema escolar, sus concepciones, procedimientos y estilos, acordes con el propósito de construir una nueva ciudadanía.

La propia comunidad es un espacio legítimo para los aprendizajes, con acervo histórico y cultural susceptible de ser aprendido. Los libros vivientes y las casas de la cultura, los ateneos, las bibliotecas, los parques, el mercado, las plazas, los sitios históricos, los nichos indígenas, los zoológicos, las canchas deportivas, los huertos escolares, entre muchos, son espacios donde se pueden promover actividades escolares significativas.

Se asume el Desarrollo Endógeno como política educativa para el desarrollo de la educación y trabajo para la liberación, pedagogía robinsoniana que tiene como fin armonizar cuerpo-espíritu y mente para el desarrollo pleno de niños, niñas y adolescentes. En este sentido, la producción cultural, agrícola, pecuaria, avícola, etc., se concreta en la escuela a través de los Proyectos productivos, P.E.I.C. y P.A. que cuentan con la participación de la comunidad.

La apertura al trabajo pedagógico desde lo comunitario contribuye a que el maestro y la maestra además de su formación didáctica, asuman el rol de activista social. En este sentido, es preciso conocer la comunidad en sus orígenes, historia, acervo cultural para luego programar sus necesidades y características en función del contexto de una organización comunal activa, participativa y protagónica. Además, en la praxis, la integración se traduce en que la comunidad haga buen uso de los espacios físicos de la escuela, tome parte en las decisiones sobre la actividad escolar en general, para que apoye, refuerce y enriquezca el trabajo del aula. La escuela, por su parte, también se integra a los proyectos comunitarios en un proceso de interacción dinámico, todo ello para mejorar la calidad de la educación y el entorno social.

Es necesario un currículo flexible y estratégico, enriquecido por la práctica y las nuevas informaciones que resulten pertinentes con las necesidades educativas y las características de los educandos, en cuanto a la atención de sus diferencias individuales y ritmos del aprendizaje. Esto supone la consideración del currículo como una propuesta abierta de experimentación y adaptación, que se ajusta en la medida en que se pone en práctica. El currículo tiene que ser construido por los colectivos docentes de cada escuela, quienes a través de un proceso en espiral de revisión teórica, análisis de su propia práctica, rediseño de experiencias, evaluación y contraste de opiniones, vayan restableciendo un conjunto de criterios didácticos que lo conformen. Éste tiene que perfeccionarse continuamente, para adaptarse al contexto particular de cada escuela e incorporar los aportes de la comunidad. Estos conceptos necesitan de la formación de un docente con competencias para desarrollar las acciones necesarias y atender eficazmente lo planteado. En este sentido, se requiere de un sistema de formación permanente que tenga como centro la escuela y cuyo eje articulador sea la investigación.

La renovación de la gestión educativa está dirigida a la adaptación de las prácticas escolares a las necesidades y características de los estudiantes y a la sustitución de los sistemas tradicionales centralizados. Se trata de desarrollar una gestión compartida que permita ejercer mecanismos de evaluación y coevaluación de la escuela, en las determinaciones curriculares y organizativas dentro de un ambiente democrático, propiciar la incorporación de los miembros de la comunidad educativa, las organizaciones vecinales, deportivas, culturales y autoridades locales para fortalecer los canales de comunicación institucional y así construir un clima que incentive la participación ciudadana y la ejecución de proyectos que fomenten experiencias innovadoras. En este sentido, juegan un papel primordial los proyectos que desarrolla cada escuela: P.A., Proyectos Educativos Integrales Comunitarios. Proyectos Productivos, entre otros, como expresión colectiva de cada escuela, como espacios para el diálogo y la participación de toda la comunidad y como formas de articulación de la gestión escolar. Igualmente es indispensable un cambio en las formas y sistemas de supervisión, que sean concebidos como auxiliares y asesores en la construcción de los proyectos pedagógicos que pasan a ser eje central de la actividad y de las relaciones sociales escolares. Se está desarrollando una nueva cultura de supervisión que tiene como sentido fundamental garantizar el derecho de los niños, niñas y adolescentes a una educación de calidad.

Entendida la necesidad de concretar a la escuela dentro de la concepción de la “Educación Integral en función del Continuo Humano y de Desarrollo del Ser Social Integral” las Escuelas Bolivarianas asumen su papel de “Escuela Transformadora de la Sociedad”, desarrollando nueve espacios en cada institución.

- Espacio para la formación integral

- Espacio para las innovaciones pedagógicas

- Espacio del quehacer comunitario

- Espacio de salud y vida

- Espacio para la producción y productividad

- Espacio para la cultura y creatividad

- Espacio para la comunicación alternativa

- Espacio para las TICs.

- Espacio para la paz y la justicia social

La práctica docente así concebida demanda la formación de un maestro o una maestra desde la escuela, con el acompañamiento de un maestro tutor o una maestra tutora. Como docente en ejercicio, el maestro tutor establece contacto directo y sistemático con el docente en formación, con quien establece una relación afectiva que influye positivamente en su formación integral como el ser social, creador y solidario que la República Bolivariana de Venezuela requiere, al tiempo que lo estimula para la continuidad de sus estudios superiores.

El maestro tutor orienta al docente en formación para que conozca y fortalezca sus propias capacidades y potencialidades y fortalezca sus habilidades docentes, científicas, culturales y deportivas, como una visión humanista armónica con el proyecto de país que expresa la Constitución de 1999 de la República Bolivariana de Venezuela y el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007.

El maestro tutor y el maestro en formación interpretan a la institución escolar y a la acción educativa como espacio y proceso integrales, para asumir el rol social de transformación, mediante acciones de creación colectiva. Se desarrollan estrategias metodológicas para la planificación de proyectos que respondan a las necesidades materiales y espirituales de la comunidad a la cual pertenecen y en la cual conviven. Son entonces la realidad y su interpretación correcta, los elementos claves para la elaboración de los proyectos de aprendizaje.

La escuela se convierte en un espacio donde se facilita la interacción del maestro en formación con los miembros de la escuela y su entorno. Así, la escuela cumple la función de espacio para la formación no sólo de niños, niñas y adolescentes, sino también de los maestros, quienes aprenden en el hacer en una relación de convivencia con sus tutores. En esta concepción, el maestro tutor debe desaprender lo que ha aprendido porque ya no se trata de que él deposita una serie de conocimientos en el maestro en formación, sino que dispone de elementos para apropiarse de los saberes locales y ponerlos a dialogar con los propios para construir su aprendizaje desde la realidad. Es un proceso en el que todas y todos aprenden. Al estudiante en formación no debe serle extraña esta metodología ya que él es miembro de esa comunidad y participa de sus manifestaciones culturales, sus conocimientos de salud, producción, etc., y esa comunidad va a tener la oportunidad de apropiarse de un espacio que le corresponde por su propia naturaleza y que le había sido secuestrado. El maestro tutor facilita la comprensión e integración del estudiante en formación en la escuela como espacio de la comunidad, promotora de producción y centro de desarrollo local y su inserción en el contexto nacional, latinoamericano y mundial. Se consolida el modelo de desarrollo endógeno y soberano, con la filosofía de “aprender haciendo y enseñar produciendo”.

Sólo un maestro formado en la escuela, entendida como un espacio del quehacer comunitario, con una práctica de participación, formación crítica, integración a la comunidad, arraigo en nuestra historia, nuestras costumbres y nuestros mejores valores, puede cumplir su función de construir una sociedad justa y amante de la paz, promover la prosperidad y el bienestar del pueblo, el ejercicio de la voluntad popular y defender el desarrollo y defensa de las personas y las comunidades para que sean protagonistas de la transformación del país.

La consolidación del Sistema de Educación Bolivariana demanda del Ministerio de Educación y Deportes la tarea de participar de manera activa y más directa en la formación del educador de este sistema.

Documento presentado en el Congreso Nacional Bolivariano desarrollado en junio 2006 en Caracas, bajo el auspicio y la promoción del Ministerio de Educación y Deportes.

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