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PRINCIPIOS BÁSICOS EN LA ETICA PROFESIONAL


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2014  •  5.297 Palabras (22 Páginas)  •  894 Visitas

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INDICE

• INTRODUCCIÓN 4

• CONTENIDO 5

1. EL PRINCIPIO DE LA BENEFICIENCIA 6

2. EL PRINCIPIO DE LA AUTONOMÍA 7

3. EL PRINCIPIO DE LA EQUIDAD 9

3.1. Antecedentes Históricos 6

3.1.1. Justicia como justeza o exactitud 10

3.1.2. Justicia como cumplimiento de los contratos 11

3.1.3. Justicia como igualdad 12

3.1.4. La concepción de J. Rawls 12

4. LA INTERRELACIÓN DE LOS PRINCIPIOS EN LA ÉTICA PROFESIONAL 16

• CONCLUSIÓN 18

• BIBLIOGRAFÍA 19

INTRODUCCIÓN

Todos tenemos una noción aproximada acerca de la ética, del mismo modo que hasta la persona menos ilustrada es capaz de percibir la diferencia entre lo bueno y lo malo.

El vocablo ética proviene del griego "Ethos", que significa costumbre; su sinónimo latino es la voz "More", de donde deriva el término moral. Ambas voces aluden a un comportamiento humano ordenado conforme a ciertos principios, postulados y normas prescritos por la cultura imperante en cada sociedad. Ellos señalan la línea demarcatoria entre lo lícito y lo ilícito, lo correcto y lo incorrecto, lo aceptable y lo inaceptable.

Los principios éticos básicos formales interactúan entre sí y "manifiestan", "revelan", "muestran" cómo debe ponerse en práctica la dignificación de la persona humana.

Así, los tres principios éticos básicos formales de la relacionalidad interpersonal son: el Principio de Beneficencia, el Principio de Autonomía, y el Principio de Equidad.

PRINCIPIOS BÁSICOS EN LA ETICA PROFESIONAL

Una vez que hemos tratado el tema del valor moral supremo que es la dignificación de la persona humana, corresponde ahora ver cuáles son los "caminos" o "vías" éticas por las cuales ese valor máximo puede canalizarse o concretizarse en la interacción profesional-persona. A esos "caminos" o "vías" nos referimos con el tema de los principios y normas éticas, ya que estos posibilitan que el Valor supremo se defienda y se acreciente en su realidad.

Puede definirse a los principios morales como aquellos imperativos morales, categóricos y formales que:

• Ayudan a entender lo que implica, en cualquier tiempo y espacio, la dignificación de la persona humana. Metafóricamente, podríamos decir que los principios éticos básicos tienen el mismo efecto que un "faro", puesto que iluminan las formas de la práctica humana que puedan estar impidiendo o deteriorando la dignificación del hombre.

• Ayudan a iniciar el proceso de la acción humana en orden a defender e incrementar la realización del valor ético máximo. Son como decíamos recién, los "caminos" o las "vías" por las cuales debe ponerse en práctica dicho valor.

Afirmamos que son formales por cuanto carecen de un contenido concreto como lo tiene la siguiente proposición: "debes evitar dañar al consumidor” En este caso, el contenido está dado por dos elementos. Por un lado, es un imperativo específico: “evitar dañar”. Por otro, el objeto de la acción es un tipo de individuo definido: “el consumidor”. Muy excepcionalmente las reglas éticas tienen contenidos materiales como los de este ejemplo. Al contrario, muchas de ellas son formales, es decir, apuntan a un ideal ético que cada individuo tiene luego que discernir cómo ponerlo en práctica.

Los principios éticos son el ejemplo contrario al que acabamos de dar. No tienen contenido sino sólo forma. El enunciado del Principio de autonomía: "toda persona debe ser respetada en su autodeterminación", no prescribe ni manda que se haga nada específico en un caso determinado. Al contrario, respetar la autonomía implica algo que tiene que estar subyacente a toda interacción humana, en cualquier tiempo y espacio.

Los principios éticos básicos formales interactúan entre sí y "manifiestan", "revelan", "muestran" cómo debe ponerse en práctica la dignificación de la persona humana.

Así, los tres principios éticos básicos formales de la relacionalidad interpersonal son:

1. EL PRINCIPIO DE BENEFICIENCIA

El deber de hacer el bien, -o al menos, de no perjudicar- fue formulado desde antiguo con la máxima latina: "primun non nocere" (primero que nada, no dañar). Expresa de forma negativa, el imperativo positivo de beneficiar o hacer el bien a otros. Tal es concepto del Principio de bene-ficencia.

Hacer el bien, no significa que yo haga a otro lo que "yo creo" que es su bien. Por el contrario, este imperativo me obliga a hacer el bien esencial que le corresponde a la persona por el mismo hecho de ser persona. Esto significa que para garantizar la dignidad humana es necesario promover en la persona la conciencia, la libertad, y la capacidad para convivir armónicamente con los demás.

El contenido del Principio de Beneficencia es pues, llevar a cabo todas las conductas que incrementan la conciencia, la libertad, y la equidad con los demás.

Puede decirse pues que el Principio de Beneficencia tiene tres niveles diferentes de obligatoriedad, en lo que tiene que ver con la práctica profesional:

• 1° NIVEL: debo hacer el bien al menos no causando el mal o provocando un daño. Es el nivel más imprescindible y básico. Todo ser humano, -y un profesional con más razón- tiene el imperativo ético de no perjudicar a otros intencionalmente. De esa forma cuando una persona recurre a un empresario, un abogado, a un médico, a un ingeniero o a un comunicador, tiene derecho a exigir que por lo menos no sea perjudicado con la acción de estos profesionales.

• 2° NIVEL: debo hacer el bien ayudando a solucionar determinadas necesidades humanas. Este nivel es el que corresponde a la mayoría de las prestaciones de los profesionales, cuando responden a las demandas de ayuda de sus clientes a partir de sus conocimientos y habilidades. El abogado, el psicólogo, el trabajador social, el médico, el comunicador social, o cualquier

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