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Paradigma Del Humanismo


Enviado por   •  1 de Julio de 2011  •  2.504 Palabras (11 Páginas)  •  1.632 Visitas

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¿QUÉ ES EL PARADIGMA HUMANISTA

EN LA EDUCACIÓN?

Jorge Luis García Fabela

Académico de la Escuela de Diseño

de la Universidad de Guanajuato

«Humanismo» es un término que para nadie resulta hoy extraño, pues en la vida

ordinaria se lo escucha con relativa frecuencia. No obstante, este hecho no implica un

conocimiento cierto de sus rasgos y alcances. En ello radica tal vez la pertinencia de

esta sucinta revisión, que además está enfocada en el ámbito educativo.

1. Los primeros humanistas

El humanismo surgió como una imagen del mundo al término de la Edad Media

(Villalpando, 1992). Los pensadores humanistas fueron entonces intérpretes de

nuevas aspiraciones humanas impulsados por la decadencia de la filosofía escolástica,

cuyo centro de gravedad era la vida religiosa y la inmortalidad ultraterrena. El

humanismo vino a sustituir esa visión del mundo con la reflexión filosófica abundante

en productos racionales, en la que primaba la idea del hombre como ser humano,

verdadero e integral.

Así, a partir del Renacimiento se instaura un nuevo pensamiento pedagógico: ideas y

doctrinas de elevado sentido humanista definen desde este momento el carácter y el

valor de la educación, que adquiere de ese modo las cualidades de liberalismo,

realismo e integridad. En ese caso, el liberalismo reconoce el valor de la persona del

educando como la parte más significativa en su formación tanto como la autenticidad

del hombre. Dicho reconocimiento se vuelve patente, entre otras formas, con la

supresión de los castigos corporales. A su vez, el realismo reconoce la naturaleza del

educando como punto de partida para su educación, además de tomar en cuenta el

ambiente donde éste se desenvuelve. Por último, la integridad se refiere a la amplitud

de la educación y a la consideración del educando no solamente como un ser que

debe adquirir brillo para su persona o para cultivar aquello en lo que tenga capacidad,

sino que también lo contempla como un ser con alma, como un conjunto de

potencialidades, las cuales es preciso hacer que se desarrollen.

Entre los humanistas más destacados, cuya mirada se centró en lo educativo,

encontramos a Tomás Campanella (1568-1639), autor de La ciudad del sol, obra

utópica en la que señala a la educación como un medio para ennoblecer a los

hombres. Al tiempo de indicar que para el aprendizaje se requiere observación y

práctica directas, recomienda formar al hombre en las artes y procurar el

fortalecimiento de su vigor físico. En Francia descuella Francisco Rabelais (¿1494?-

1553), quien escribe Gargantúa y Pantagruel clamando por una educación útil, y

Miguel de Montaigne (1533-1592), autor de los Ensayos, donde asevera que la

educación debe formar al hombre mejor, librarlo de prejuicios sociales y de falsos

orgullos, hacer del educando un ser reflexivo, humanamente formado, antes que

repleto de conocimientos.

También es importante mencionar al español Juan Luis Vives (1492-1540). Autor de

El tratado de la enseñanza y La pedagogía pueril, considera a la sabiduría como la

diosa que gobierna la educación y al maestro como un padre amoroso de sus

discípulos con quienes comparte su saber. Vives también concibe a la educación, en

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¿Qué es el paradigma humanista en la educación?

Jorge Luis García Fabela

su Tratado del alma, como un medio constructivo para alcanzar una vida plena, digna

y edificante, cuya meta final son los valores morales.

Por su parte, Juan Amós Comenio (1592-1671) en su obra Didáctica magna aborda

dos cuestiones cruciales: la generalidad y la generalización, a través de las cuales

asegura que debe enseñarse de todo a todos, pues el objetivo del aprendizaje no

consiste en obtener un saber profundo y perfecto de todas las disciplinas, sino en

apropiarse de los fundamentos y el fin de cada una de ellas. Propone animar en el

alumno el cultivo de sus sentidos, para terminar más tarde en el cultivo de la

voluntad, pues el alumno desarrolla, así, sus propias facultades y llega a formarse una

personalidad original

Criticaba también, por impropio, convertir al educando en una bestia de carga

forzándolo a llevar a cuestas un fardo de mercancías ajenas; en lugar de ello, decía,

es mejor cuidarlo como un árbol para que rinda sus propios frutos.

2. El humanismo en el siglo XX

Vinieron después no pocos humanistas, con aportaciones igualmente notables (y cuya

relación excede los límites de esta revisión), quienes allanaron el camino hasta

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