Personal Branding : James Bond

1. ESCOGE UN PERSONAJE CONOCIDO, YA SEA DE LA REALIDAD O LA FICCIÓN Y REALIZA UN ANÁLISIS DAFO PERSONAL. POSTERIORMENTE HAZ UNA DESCRIPCIÓN DE SUS RASGOS FÍSICOS DISTINTIVOS Y ANALIZA QUE IDEA PROYECTAN EN LOS DEMÁS.

James Bond nació de la mano del escritor y periodista inglés Ian Fleming (Londres, 1908-1964) quien, con la intención de conseguir dinero fácil, decidió escribir una novela lo suficientemente cautivadora como para convetirla en un bestseller con relativa rapidez. Como él mismo comentó una vez: "éstas novelas no pretendían cambiar a la gente ni hacerlas reflexionar (....). Estaban escritas para hombres heterosexuales de sangre caliente, para ayudarles a pasar un buen rato durante sus largas travesías en tren, en aeroplanos o en camas de hotel. Nada más".

Ian Fleming cumplió algo más que su objetivo. No solamente consiguió vender unas cuantas de sus dos novelas sinó que, además, consiguió llevarlas al cine. Y es más, aunque en el fondo James Bond no es más que un antihéroe neurótico, desplazado de la sociedad, con un gran talento para la violencia (que le sirve de medio para integrarse en el mundo), ha conseguido alzarse como el referente heterosexual por excelencia.

Pero, ¿por qué resulta tan cautivador este personaje? Según un estudio de la Universidad Estatal de Nuevo México (Estados Unidos), posee la “tríada oscura: rasgos psicopáticos, narcicistas y maquiavélicos”. Y según el mismo estudio hay una razón evolutiva por la cual esta tríada resulta tan atractiva para el resto, especialmente para las mujeres: son rasgos relacionados con la capacidad de supervivencia. Eso explica porque la personalidad de James Bond provoca que los hombres se proyecten en él, y las mujeres se enamoren de él. Y si esta frase te parece demasiado contundente...piénsalo: ¿Cuántos de tus amigos heterosexuales se negaría a vivir en una orgía incesante de aventuras, dinero y mujeres? Ninguno de mis conocidos del sexo masculino (y heteros) ha sido capaz de rechazar la oferta. ¿Alguno de los tuyos lo haría?

James Bond es un héroe que encaja en la fantasía que todos tenemos, porque conjuga fuerza y sofisticación. Sabe cómo llevar un esmoquin, como tomar un martini con vodka como nadie y, por supuesto, domina el arte de la seducción. Tiene confianza sexual, profundidad de conocimiento y sofisticación (1).

(1) Fuente: James Bond Unmasked, Desowitx Bill

Una clave que potencia esta característica es su nacionalidad inglesa. Bond representa el imaginario británico: es patriota y admirador de la corona inglesa. La elegancia que todos asociamos a este país está perfectamente encarnada en este personaje.

Y todo, absolutamente todo lo que le rodea no hace más que potenciar su atractivo. Conduce un Aston Martin (sólo al alcance de unos pocos millonarios), luce trajes Brioni hechos a medida (últimamente Tom Ford), relojes de lujo.... Y no muestra, precisamente, lo peor de cada ciudad. James Bond viaja, viaja mucho, y lo único que vemos de cada lugar donde pone los pies es lujo, casinos, caviar y mujeres (¡qué mujeres!). James Bond ama el lujo y la buena vida, de esto no cabe la menor duda.

James Bond encarna características que determinan al sexo masculino: no sufre (los hombre no lloran, ¿recuerdas?), tiene una gran potencia sexual (potenciado por su físico apolíneo y sus rasgos duros y masculinos), es inteligente y perspicaz. Ante este “prototipo” sólo cabe esperar que los hombres deseen ser como él (¡qué triste!) y las mujeres deseen un hombre como él (¡qué triste!....¡qué triste!). Pero curiosamente, y según el estudio que anteriormente citaba, lo que más nos atrae e identifica de este personaje es su frialdad. James Bond no sufre con la soledad y no necesita estar con otras personas. No tiene necesidad de apego.

Volvamos de nuevo a la “tríada oscura”. ¿Como se muestra esta tríada en Bond? El matar con poco remordimiento es un rasgo típicamente psicopático; el hecho de que siempre esté bien vestido y su imagen sea impecable (llevado al extremo) es compatible con un transtorno narcicista y la precisión con la que manipula a su entorno con el fin de conseguir sus objetivos manifiesta, sin duda, una personalidad de rasgos maquiavélicos. Estas tres características, a pesar de ser independientes, se relacionan entre sí: facilitan los objetivos de las personas que tienen estrategias sociales explotadoras,

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