Planificación Y Evaluación Constructivista

Planificación y Evaluación Constructivista. La Educación Tradicional

ENSAYO

Cuando una actividad se institu¬cionaliza, gana en economía de esfuerzos y energía, pero pierde en cuanto a frescura y libertad: las cosas ya no pueden hacerse de cualquier forma, sino en el modo que dicta la institución. La tarea de quienes enseñan no sólo está condicionada por el esta¬blecimiento escolar dentro del cual se desempeñan, sino también por aquellas otras organi¬zaciones con las cuales aquella se relaciona. Es decir que no se planifica según el antojadizo parecer el docente, sino dentro de ciertos parámetros pauta¬dos por la institución que los al¬berga como trabajadores de la edu¬cación, que a su vez responde a cri¬terios establecidos en niveles supe¬riores de competencia educativa.

Tanto si les solicitan que planifi¬quen hasta el último detalle co¬mo que elaboren una planifica¬ción que cumpla sólo con los re¬quisitos formales para que la su¬pervisión quede conforme, o que programen en forma de red conceptual, o que planifiquen por proyectos, cada una de esas directivas, al emanar de la autori¬dad institucional, responderá a la idiosincrasia de la escuela en la que se desempeñan.

Reflexionar con respecto a la planificación, su utilidad o su forma no es un tema menor. Implica la búsqueda de respuestas a interrogan tales como: "¿Para qué planificar?,"¿Debemos adecuamos siempre al estilo de enseñanza que la organiza¬ción impone?" "¿Somos nosotros quienes venimos a modificar el modo de enseñanza de la institución? "¿cómo debemos movernos en el marco de tensiones entre nuestros ideales pedagógicos y el encuadre restrictivo?" "¿Qué contenidos de¬bemos incluir en nuestra planifica¬ción?" "Este año me toca nueva¬mente el mismo grado, ¿es necesa¬rio que vuelva a planificar?" "¿O presento la misma planificación, cambiándole sólo las fechas?"

La idea de programación o planifi¬cación está ligada a la dimensión instrumental de la tarea de enseñar. Si bien no es un rasgo prestigioso en las actuales tendencias educati¬vas (por vincularla simplificada¬mente con la racionalidad técnica y los enfoques tecnocráticos), la dimensión instrumental se impone y resulta ser fundamental en mate¬ria de educación. La planificación en sí es un tipo de proceso que nos permite pa¬sar de la selección general del currículum al trabajo en clase.

La evaluación no siempre aparece como interrogante en la práctica escolar. Sin embrago, debería ser un punto concomitante con la relación tanto al proceso de enseñanza como al proceso de aprendizaje. De este modo, la evaluación debe ser parte de la planificación docente y, por ende, debe ser coherente en relación con el estilo de enseñanza propuesto y manifiesto.

El aspecto donde el docente pone el acento al momento de evaluar define su trabajo; no es lo mismo evaluar determinados contenidos desde la comprensión que evaluarlos desde lo memorístico. Tampoco es lo mismo retomar los errores visualizados para propiciar un entorno de reflexión y de retroalimentación, que asignar una calificación y devolver la evaluación sin más.

Se debe entender que la evaluación es un instrumento que provee retroalimentación tanto al docente como al alumno, y permite modificar aspectos relacionados con la planificación y, especialmente, con el proceso de aprendizaje. La evaluación solo cobrará sentido si, a partir de ella, el alumno puede de manera activa y consciente revisar y mejorar su propio proceso de aprendizaje.

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