Politica Para Amador

EL DECALOGO DEL ABOGADO Y POLITICA PARA AMADOR.

En este trabajo discutiremos dos obras importantes, la primera trata sobre los ideales que debe perseguir el abogado acerca del valor de la ética, mientras que la segunda obra habla sobre la organización de la política a través de la historia.

La obra “Política para Amador” fue escrita por el escritor y filosofo Fernando Savater en 1992 este libro enlaza otra obra suya llamada “Ética para Amador”, al respecto hace una comparación entre la ética y la política. Nos cuenta que ambas son dos formas de considerar lo que uno va a hacer, pero que, mientras la ética tiene una perspectiva más personal, la política busca un acuerdo, una coordinación entre varios individuos afectando a todos ellos. La ética depende de uno mismo, y la política te hace depender de varios. La libertad de cada persona vista desde la ética se resuelve con puras acciones, por el contrario, en la política se crean instituciones, leyes, etc.

Por su parte Eduardo Juan Couture Etcheverry (1904-1956) desarrollo el Decálogo del Abogado, basado en diez principios, que de alguna forma deberíamos de considerar como responsabilidades que tenemos con nosotros mismos, con nuestra profesión y con la sociedad, la cual espera que aportemos lo mejor de nosotros cada día y de esta manera se logre que los ideales de justicia y libertad sean una realidad material.

El primero de estos principios es el siguiente:

Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.

El Derecho en cuanto a sus normas jurídicas, sus principios e instituciones, son productos del hombre, por lo tanto estas van a cambiar en la medida que vayan surgiendo nuevas necesidades del ser humano, hasta adecuarse a dichas condiciones sociales que día a día se vayan generando, es por eso que el abogado debe estar en constante preparación y estar actualizado en todo aquello que gire en torno a esta profesión. Esto se logra con el estudio, a través del cual se adquieren o modifican diversos conocimientos, conductas o valores.

Lo anterior se relaciona con el libro de Fernando Savater, titulado “Política para Amador” pues en su primer capítulo, nos expresa que vivimos en una sociedad que nos irá formando a diario, por medio de sus costumbres, leyes, prohibiciones, etc., las cuales no brotan de la voluntad de algún dios misterioso sino que han sido inventadas por hombres y que pueden ser modificadas o abolidas por un nuevo acuerdo entre los humanos, por eso es que debemos estar en constante progreso.

La sociedad es exigente, si no te preparas, sino estudias, sino obtienes más conocimientos, serás un ser ignorante dentro de una sociedad que cada día es más severa, los individuos somos la herramienta principal de la sociedad, ya que de nosotros surge el cambio y el crecimiento de nuestra comunidad.

El segundo mandamiento del decálogo es:

Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

En el anterior punto hablamos de la importancia que tiene el estudiar, lo cual nos sirve para entender o comprender algo, ahora continuaremos con la importancia que radica en pensar o razonar, el cual en amplio sentido se entiende como la facultad humana que permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos. En el Derecho esto es de suma importancia, dado que dicho razonamiento nos permite como abogados, por ejemplo, dar muestras de nuestra convicción, es decir, presentar de manera objetiva y en aplicación de las normas jurídicas vigentes, una cadena de argumentos que tienen como fin sustentar sólidamente una posición.

Dicho punto se relaciona igual que el anterior, con el capítulo “Henos aquí reunidos” del libro “Política para Amador”, este apartado expresa que estamos dotados de capacidad racional, lo cual nos hace diferentes que al resto de los seres vivos. El autor dice que la razón es la capacidad de establecer convenciones, o sea, leyes que no nos vengan impuestas por la biología sino que aceptemos voluntariamente. Usamos la razón para conseguir mayores beneficios, mejores resultados. Debido a esta capacidad nunca dejamos de inventar cosas nuevas, de hacer hallazgos nunca antes vistos pero cuando dejamos de pensar y razonar nos equivocamos constantemente hasta en lo más elemental.

En esta profesión debemos de pensar las cosas, razonar en que es lo justo y lo injusto y en base a eso actuar de la forma correcta. Y siempre conducirnos por el camino de la justicia y de la verdad.

El tercer mandato es:

Trabajo. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de las causas justas.

El trabajo es la base del éxito, es por ello que debemos trabajar arduamente para alcanzar lo que nos proponemos.

Sera la constancia y el esfuerzo diario lo que hará la diferencia entre nuestro trabajo y el de los demás, debemos tener como objetivo en nuestro trabajo a la justicia para poder establecer el Estado de Derecho.

Trabajemos juntos para seguir inventando y progresar, dejando a un lado el estancamiento de nuestra sociedad. Trabajemos para no seguir en la miseria y la ignorancia, tal y como nos lo dice Fernando Savater en su libro el cual examinamos.

El cuarto mandamiento es el que a continuación se transcribe:

Procura la justicia: Tu deber es luchar por el derecho; pero el día en que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.

En el derecho la misión y objeto para creación de las normas es la justicia. El abogado se identifica como el medio para obtenerla, debe ser un colaborador y no debe olvidar que la esencia de su deber profesional consiste en defender los derechos de su cliente, sujetándose a las normas jurídicas y a la ley moral. En un sentido más social, debemos buscar justicia y resistirnos a lo incorrecto con el objeto de que construyamos una sociedad funcional. Lo anterior se relaciona con el libro de Fernando Savater en su primer capítulo, al decirnos que al ser seres racionales, creamos una serie de compilaciones jurídicas (código penal, código civil, entre muchos otros) para garantizar nuestra vida en la sociedad. La creación de infinidad de leyes, obedecen a la justicia, a la racionalidad de los individuos, cuyo objetivo de su creación es para regular la conducta de los mismos, pensados en el respeto de las normas, de la ética,

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