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Politicas Nacionales De Desarrollo Industrial


Enviado por   •  16 de Marzo de 2014  •  4.694 Palabras (19 Páginas)  •  285 Visitas

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2 Políticas nacionales de desarrollo industrial

2.1 Plan nacional de desarrollo industrial

2.1.1 Introducción

Con fundamento en el decreto publicado en el diario oficial de la federación el 31 de mayo de 1995, en virtud del cual se aprobó el plan nacional de desarrollo 1995-2000, documento rector del sistema nacional de planeación democrática, en el cual se fijan los objetivos y las estrategias que norman las políticas sectoriales de los programas nacionales; así como en los artículos 16, 20, 22, 23, 28, 29, 30 y 32 de la ley de planeación, y 9 y 34 de la ley orgánica de la administración pública federal, el ejecutivo federal, a través de la secretaria de comercio y fomento industrial, presenta el programa de política industrial y comercio exterior.

El artículo 3o. del decreto que aprueba el plan nacional de desarrollo 1995-2000 preveía la elaboración de programas independientes de política industrial y desregulación económica, por una parte, y de comercio exterior y promoción de exportaciones, por otra. No obstante, de un diagnostico preliminar se desprendió la necesidad de unificar estos programas, pues en el contexto de apertura comercial y de creciente globalización de la economía mundial en el que ineludiblemente tendrá que desenvolverse la industria nacional, el diseño de las políticas de promoción industrial y de comercio exterior son inseparables. En reconocimiento de este hecho de fundamental importancia, y en congruencia con los lineamientos del plan nacional de desarrollo 1995-2000, ambos programas se han integrado.

El contenido y alcance del programa de política industrial y comercio exterior responde a los objetivos del plan nacional de desarrollo 1995-2000. Por consiguiente, las acciones que supone se desarrollaran de acuerdo con los criterios de disciplina fiscal y ejercicio eficiente del gasto público.

El programa recoge los planteamientos presentados en los foros de consulta popular del plan nacional de desarrollo por organizaciones sociales, laborales y empresariales, gobiernos estatales y municipales, organismos financieros, instituciones de educación superior y colegios de profesionistas. Asimismo, el programa se enriqueció con las propuestas desarrolladas en muy diversas instancias por cámaras, organismos y asociaciones industriales y comerciales, empresas e individuos particulares. Éste es, por tanto, un programa no solo para el sector productivo, sino del propio sector.

Para hacer frente al crecimiento de la población económicamente activa, mejorar las oportunidades de empleo y reducir los rezagos históricos, el plan nacional de desarrollo 1995-2000 establece la necesidad de alcanzar altas tasas de crecimiento. Solo en condiciones de dinamismo económico será posible que una proporción creciente de la población se incorpore al sector formal de la economía y "tenga un empleo bien remunerado, niveles de bienestar crecientes y, por ende, se promueva el apego a la legalidad del comportamiento social y se sienten bases de justicia distributiva que favorezcan un desarrollo político armónico y democrático".

El plan nacional de desarrollo indica que este dinamismo económico solo será posible si las tasas de inversión total son mayores a 24 por ciento del producto interno bruto (PIB). Por ello, es importante promover condiciones de certidumbre y estabilidad que estimulen la inversión nacional y extranjera a través de políticas generales y sectoriales. Estas políticas exigirán una activa interacción con el resto del mundo a través del comercio, la inversión y la transferencia de tecnología. El comercio exterior, según indica el propio plan, permitirá "alentar la creación de más y mejor empleo, promover la distribución mas equitativa del ingreso, y elevar la competitividad de nuestra economía".

Las exportaciones desempeñaran un papel fundamental como motor del crecimiento económico, y, durante el resto de la presente administración, deberán aumentar a tasas anuales cercanas al 20 por ciento, en promedio. Por ello, en los próximos años, el gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales, en coordinación con los sectores productivos, habrán de crear condiciones para que un número cada vez mayor de empresas dejen de considerar la exportación, así como la proveeduría a esta, como intereses marginales o coyunturales, atendidos en función de las fluctuaciones del mercado interno. Ello requiere crear condiciones de rentabilidad elevada y permanente en la exportación directa e indirecta, para que esta se convierta en foco central de la estrategia de negocios de la industria nacional.

El esfuerzo exportador sostenido difícilmente puede provenir solo de un núcleo reducido de empresas altamente competitivas. Requiere ser complementado con la sustitución eficiente de importaciones y la consolidación del mercado interno. Es indispensable integrar agrupamientos industriales de alta competitividad, con proveedores mexicanos capaces de aumentar el contenido nacional de las exportaciones y de competir exitosamente en un mercado interno abierto. Por estas razones, el desarrollo del mercado interno y la sustitución eficiente de importaciones serán también fuentes fundamentales del crecimiento económico.

La política industrial actuara a partir de un entorno caracterizado por retos y oportunidades sustanciales. En el frente internacional, en los próximos años la competencia por los mercados mundiales de productos intensivos en mano de obra poco capacitada se intensificara. México tendrá que responder a este desafío mediante una política industrial activa, que incremente su capacidad de competir en los mercados internacionales sobre bases de calidad elevada y fortaleza tecnológica. Por otra parte, las posibilidades de exportación derivadas de las negociaciones comerciales internacionales y, en particular, de los tratados de libre comercio han creado un marco atractivo para expandir la inversión orientada a generar capacidad de producción a escala internacional. El pleno aprovechamiento de las posibilidades generadas por el libre comercio con América del norte y otros países exigirá grandes esfuerzos.

En el frente interno, la apertura económica ha generado la simiente de una planta productiva de competitividad mundial, como resultado de la modernización de la industria nacional durante los últimos años. La alta productividad alcanzada por los obreros y el avance registrado en diversos segmentos de la industria en materia de modernización empresarial y productividad, así como la privatización y los progresos alcanzados en sectores de servicios que proporcionan insumos clave a la industria, constituyen bases solidas para extender las condiciones de competitividad

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