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Postulados Básicos Del Análisis Macroeconómico


Enviado por   •  20 de Octubre de 2014  •  1.617 Palabras (7 Páginas)  •  311 Visitas

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Postulados Básicos del Análisis Macroeconómico

El sistema económico capitalista ha estado sujeto en el pasado a severas fluctuaciones económicas caracterizadas por situaciones alternadas de gran prosperidad en el nivel general de vida, seguidas por períodos de baja producción y crónico desempleo. Esta realidad que no podía escapar a los ojos de los grandes teóricos de la Economía, formados en la escuela del pensamiento económico clásico, necesitaba una explicación, que ciertamente había que buscarla recurriendo a un enfoque más realista de los procesos económicos de producción, distribución y consumo del régimen capitalista. Los problemas de baja producción, desempleo, sobreproducción e inflación, y sobre todo, la gran crisis económica de la década del 30, obligaron a revisar los postulados del análisis económico clásico.

Fue el economista británico John Maynard Keynes quien, rompiendo decididamente con la escuela clásica del pensamiento económico, de la que él mismo era producto, lanzó una nueva teoría que habría de producir lo que más tarde se ha conocido como la “revolución keynesiana”. Su obra, publicada en 1936 bajo el título de Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, fue recibida con gran escepticismo por muchos (los antikeynesianos); pero no tardó en crearse una escuela de pensamiento económico (los keynesianos) que se dio a la tarea de estudiar y revisar críticamente los postulados esbozados por Keynes, con miras a adaptarlos al estudio de los problemas de estabilidad e inestabilidad del sistema económico. Keynesianos y antikeynesianos terminaron por aceptar como punto de partida que los cambios ocurridos en la estructura económica de la sociedad capitalista moderna exigían un reexamen de los viejos postulados económicos. En el afán de Keynes de buscar una explicación a los graves problemas económicos, creados por las continuas fluctuaciones en los niveles de producción, ocupación e ingresos, surge la Teoría General.

La aparición de la Teoría General constituyó un ataque frontal contra los postulados clásicos, produciendo un marcado debate entre los defensores de las doctrinas clásicas y los que acogieron eufóricamente el nuevo enfoque, sugerido por Keynes, de los problemas del desempleo y la inestabilidad económica. El debate dividió a los economistas de dos escuelas claramente definidas. De un lado los clasistas, que apegados al esquema teórico elaborado por la Escuela Clásica, se negaron a recibir los postulados de la Teoría General. Los clasicistas se aferraron a la idea de que el sistema económico era capaz de alcanzar y mantener los niveles de ocupación deseados sin necesidad de la intervención del gobierno.

La Nueva Economía, como luego se llamó al conjunto de doctrinas comprendidas en la Teoría general, negaba toda posibilidad de que el libre juego de las fuerzas económicas pudiera alcanzar el nivel de ocupación plena y con ello eliminar las continuas fluctuaciones económicas. Para mejor comprender las bases de la abierta discrepancia entre clasicistas y keynesianos, conviene que hagamos un breve análisis de los postulados básicos en que se apoyaba la teoría de la ocupación de la escuela clásica, y examinar en qué medida discrepa de los postulados básicos del análisis macroeconómico moderno.

Teoría Clásica de la Ocupación, Equilibrio General

El punto de controversia entre la teoría clásica y el análisis keynesiano puede resumirse en los siguientes términos: ¿Es el sistema capitalista capaz de alcanzar y mantener el nivel de ocupación plena de los recursos económicos y evitar las fluctuaciones caracterizadas por la inflación y la depresión? La noción prevaleciente entre los economistas clásicos, por lo menos hasta la aparición de la Teoría general, era de que, mediante el mecanismo de precios, el sistema capitalista tendía hacia un equilibrio general con ocupación plena de los recursos productivos. Se aceptaba la posibilidad de pequeñas fluctuaciones de corta duración; pero se sostenía que cualquier desviación del nivel de ocupación plena, era prontamente corregida en forma automática por el mecanismo de precios. Se descartaba rotundamente la posibilidad de un desequilibrio general causado por el posible desequilibrio entre la producción y el consumo.

Insistentemente se negaba la posibilidad de una congestión general de los mercados como consecuencia de una deficiencia del consumo o exceso de producción. John Stuart Mill, uno de los más vigorosos defensores de las doctrinas clásicas,

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