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Principio De Peter


Enviado por   •  11 de Abril de 2013  •  1.353 Palabras (6 Páginas)  •  549 Visitas

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PRINCIPIO DE PETER

El principio de Peter es un principio axiomático también conocido como el principio de Incompetencia de Peter y está basado en el estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas, o lo que Lawrence J. Peter denomina “hierachiology” (jeraquiología) este se relaciona con la capacidad de ascenso con el nivel personal de incompetencia.

Según algunas fuentes, el primero en hacer referencia a este concepto fue José Ortega y Gasset quien en la década de 1910 dio forma al siguiente aforismo: "Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes".

Como corolario de su famoso principio, Lawrence J. Peter deduce los dos siguientes:

a. Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.

b. El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia.

Este principio es tan cierto como destructivo dentro de la propia organización empresarial y por extensión, dentro de cualquier estructura social dominada por personas. Y fue deducido del análisis de cientos de casos de incompetencia en las organizaciones y da explicación a los casos de acumulación de personal, según el cual el incremento de personal se hace para poner remedio a la incompetencia de los superiores jerárquicos y tiene como finalidad ultima mejorar la eficiencia de la organización, hasta el proceso de ascenso eleve a los recién llegados a sus niveles de incompetencia.

El desarrollo de promoción interna o la adecuación del perfil del trabajador va íntimamente vinculada con el grado de incompetencia que todos nosotros tenemos. En pocas palabras ¿dónde está nuestro límite? ¿dónde tenemos el nivel máximo de eficacia?

La capacidad humana es limitada y las principales técnicas de motivación y desarrollo profesional están ligadas al ascenso dentro de la organización empresarial. Por un lado, tenemos las ambiciones propias de cada persona, en donde prosperar y ocupar mejores puestos dentro de la estructura empresarial es más beneficioso para nosotros.

Pero por otro lado, siempre vamos a tener una posición limitante dentro de nuestra capacidad que nos va impedir seguir desarrollando nuestras habilidades, capacidad de gestión o asumir responsabilidades.

Si extrapolamos este principio al autónomo, podemos relacionar el principio de Peter con el propio volumen de su empresa. Muchas personas se ven desbordadas para gestionar empresas a partir de un determinado volumen. Por ejemplo, autónomos cuya cifra de negocio exceda de unos límites o tengan a su cargo más de un número determinado de trabajadores.

Cuando el principio de Peter se manifiesta en el máximo responsable de una empresa ocurren desastres como los que estamos viendo en la actualidad. Se difuminan las asunciones previas de riesgo, se pierde la consciencia de la dimensión real y capacidad de desarrollo de nuestra empresa y entramos en una espiral descendente que aboca nuestra empresa al fracaso.

¿Cómo se vence al principio de Peter? Se conoce una forma para el caso de autónomos y pymes. La fórmula para superarlo pasa por la integración de nuestra empresa en estructuras más complejas en donde se produzca una redistribución de la responsabilidad entre el resto de miembros que integren la dirección de la nueva empresa que nace.

Este paso de fusión empresarial, rara vez se lleva a cabo en la pyme y es una más que probable explicación de la poca trayectoria temporal que tienen muchas pymes en nuestro tejido empresaria

UN FENÓMENO UNIVERSAL

La incompetencia ocupacional se halla presente en todas partes. Vemos político sin decisos que se las dan de resueltos estadistas, y a la "fuente autorizada “que atribuye su falta de información a "imponderables de la situación".

Es ilimitado el número de funcionarios públicos que son indolentes e insolentes; de Jefes militares cuya en ardecida retórica queda desmentida por su apocado comportamiento, y de gobernadores cuyo innato servilismo les impide gobernar realmente. En nuestra sofisticación, nos encogemos virtualmente de hombros ante el clérigo inmoral, el juez corrompido, el abogado incoherente, el escritor que no sabe escribir y el profesor de inglés que no sabe pronunciar. En las Universidades vemos anuncios redactados por administradores cuyos propios escritos Administrativos resultan lamentablemente con fusos, y lecciones dadas con voz que es un puro zumbido por inaudibles e incomprensibles profesores.

Viendo incompetencia en todos los niveles de todas las jerarquías, políticas, legales, educacionales e industriales, se formuló la

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