Problemática Educativa

La problemática educativa del país

Año tras año se publican noticias relacionadas con los bajos niveles de educación en el país, por ejemplo en las revistas especializadas abundan los estudios de caso, y la preocupación debido a los bajos índices de escolaridad se extiende por todo el continente. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que en América Latina el 37% de los adolescentes de entre 15 y 19 años abandonan la escuela antes de completar el ciclo secundario, y la tasa global de deserción en zonas urbanas en México es del 35%; de este porcentaje, la mitad ni siquiera termina la educación primaria (CEPAL, 2002) En el caso de Puebla, y a pesar de los programas anuales de alfabetización que lleva a cabo la Secretaría de Educación Pública, la cantidad de personas que no saben leer ni escribir se ha incrementado en diecisiete mil, con lo cual, nuestra entidad ocupa el cuarto lugar a nivel nacional con mayor cantidad de analfabetos (Alfaro Galán, 2001) Además, el promedio de años escolares cursados en el estado únicamente llega a ocho, es decir, a segundo año de secundaria.

Ante el panorama expuesto es prudente preguntarse en qué consiste exactamente la deserción escolar y cuáles son las concepciones asociadas a ella. Según el diccionario de la Real Academia Española deserción es la acción de desertar, y desertar (en su segunda acepción) significa “abandonar las obligaciones o los ideales” (RAE.es, 2011) Por lo tanto, a manera de esbozo, podemos decir que la deserción escolar es la acción de abandonar las obligaciones escolares. Esta precisión de términos es muy importante porque impone la idea del derecho a la educación y su obligatoriedad. De esta manera podemos ver más claramente los dos lados de la deserción escolar, por uno está la obligación del estado a garantizar el acceso a la educación y por otro la del individuo a usar ese derecho: “no es una situación que atañe sólo al desertor y su familia, sino al sistema educativo”

Como hemos visto, no son únicamente las características del individuo (inseguridad, baja autoestima, etc.) los factores que influyen de manera determinante en el abandono escolar. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), vivir en un sector rural, repetir años, prolongar el trayecto escolar, comenzar la vida laboral, provenir de una familia de bajos recursos, tener antecedentes paternos de baja escolarización y el embarazo precoz, son algunos agentes añadidos que incrementan la probabilidad de abandono. También se pueden agregar “la falta de adecuación del sistema escolar a las particularidades de los diferentes grupos sociales y culturales” (CEPAL, 2002) y las escasas oportunidades de empleo que existen, según la Academia Mexicana de Ciencias, sólo uno de tres doctores consigue empleo y la llamada “fuga de cerebros” se incrementa

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