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Proceso Histórico Social


Enviado por   •  24 de Mayo de 2013  •  3.741 Palabras (15 Páginas)  •  880 Visitas

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PROCESO HISTÓRICO SOCIAL

Régimen de la comunidad primitiva.

El régimen de la comunidad primitiva es, históricamente, la primera forma que la sociedad adopta después de que el hombre se separa del mundo animal, cuando en un largo proceso de trabajo adquirió las cualidades que le diferencian del resto de los seres vivos.

Los instrumentos de trabajo con que la humanidad contaba en las fases iníciales del régimen de la comunidad primitiva no podían ser más rudimentarios: el palo, el hacha de piedra, el cuchillo de pedernal y la lanza con punta del mismo material; más tarde son inventados el arco y la flecha. Los medios de subsistencia procedían de la caza y la recolección de frutos silvestres, mucho más tarde surgió la agricultura a base de trabajo con azada.

La única fuerza motora que se conocía era el músculo del hombre. El nivel de las fuerzas productivas se encontraba en concordancia con las relaciones de producción que existían entre los hombres. Con aquellos instrumentos de trabajo en común (la caza, la pesca, etc.) de todos los miembros de la comunidad primitiva, su solidaridad y recíproca ayuda podían asegurar la obtención de los recursos necesarios para su vida. El trabajo en común traía consigo la propiedad en común de los medios de producción, que era la base de las relaciones de producción en aquella época. Todos cuantos integraban la comunidad hallábase en relaciones iguales, respecto de los medios de producción; nadie podía despojar de ellos al resto y atribuírselos en propiedad privada.

Al no existir propiedad privada no podía haber explotación del hombre por el hombre. Los rudimentarios instrumentos de trabajo, aún utilizándose en común, proporcionaban tan pocos medios de existencia que apenas si cada individuo podía sustentarse. No quedaba excedente alguno que se pudiera quitar al productor en beneficio de otros miembros de la sociedad. Y como no había explotación de trabajo ajeno, no se sentía la necesidad de un aparato especial de coerción. Las sencillas funciones del gobierno de la comunidad eran ejercidas colectivamente o encomendadas a los hombres más respetados y expertos.

Las particularidades de la comunidad primitiva venían determinadas, pues, por el bajo nivel de desarrollo de la producción y por la impotencia en que el hombre se veía ante una naturaleza temible. La dependencia de los hombres respecto de la naturaleza, extraña e incomprensible, que se oponía a ellos, se reflejó en sus concepciones religiosas de una ingenuidad infantil. El hombre se sometía a la autoridad de la comunidad, de la gente o de la tribu, seguía ciegamente las tradiciones y costumbres. La colaboración y la ayuda mutua se extendían entonces sólo a los miembros de una tribu: las tribus mantenían a veces entre sí cruentas guerras.

El régimen de la comunidad primitiva, aunque sin las informaciones ni los repelentes rasgos de la explotación, trajo posteriormente a la sociedad y a los hombres, estuvo muy lejos de ser la “Edad de Oro” del género humano.

Con el tiempo el régimen de la comunidad primitiva entra en la fase de su desintegración. Las causas de decadencia y desaparición residían en el desarrollo de las fuerzas productivas. Los hombres llegan poco a poco a aprender el arte de fundir el metal. Se propaga el empleo del arado con reja metálica, las hachas de metal, las puntas de flecha y lanza de bronce y de hierro, etc., siguió progresando la agricultura. La domesticación de animales y su empleo como fuerza de tiro para cultivar la tierra elevaron considerablemente el rendimiento del trabajo. El desarrollo de las fuerzas productivas de los instrumentos de trabajo y de los hábitos y experiencia de los trabajadores, da lugar a importantes cambios sociales. Produciéndose la división social del trabajo: el pastoreo se separa de la agricultura; luego las industrias artesanas se constituyen como ocupaciones independientes.

Comienza a ampliarse el intercambio de productos de trabajo, primero entre las tribus, después en el seno de la propia comunidad. Gradualmente se hace innecesario el trabajo en común de la comunidad entera. La tribu y la gens se descomponen en familias, cada una de las cuales se convierte en una unidad económica, autónoma. El trabajo se concentra en dichas unidades, aparece la propiedad privada y se hace posible la explotación: la producción había progresado tanto que la fuerza de trabajo humana rendía más de lo necesario para el simple sustento del propio trabajador.

La necesidad y el deseo de los hombres de aliviar su trabajo y de disponer de reservas para hacer frente a las calamidades naturales movieron a perfeccionar los instrumentos y desarrollar los hábitos de trabajo. Más, al cambiar los instrumentos de trabajo, los hombres al margen de su voluntad, inconscientemente, sin adivinar siquiera las consecuencias sociales a que esto conduciría, preparaban una transformación radical de la sociedad: el paso de la comunidad primitiva al esclavismo. Las fuerzas productivas de la sociedad, al acrecerse, exigía nuevas relaciones de producción entre los hombres.

El régimen de la esclavitud.

La base de las relaciones de producción de este régimen era la propiedad privada del esclavista, no sólo de los medios de producción, sino también de los propios trabajadores: los esclavos. Esta propiedad del esclavista sobre los esclavos y cuanto ellos producían, venía impuesta por el nivel del desarrollo de las fuerzas productivas de la época, suficientemente alto para que fuese posible la explotación de los trabajadores, apropiarse parte del producto por ellos producido, sólo reduciendo su consumo al mínimo, dejándose lo estrictamente imprescindible para que no se muriesen de hambre. Esto no podía hacerse sino privando a los explotados de toda clase de derechos, reduciéndolos a la situación de “instrumentos parlantes” y aplicándoles las medidas de coerción más feroces. El cambio de las relaciones de producción revolucionó asimismo, las esferas restantes de la vida social.

Las relaciones de colaboración y solidaridad propias de la comunidad primitiva, dejaron paso a relaciones de dominación de un aporte de la sociedad sobre la otra, a relaciones de explotación, de opresión y hostilidad irreducible. La sociedad se escindió en clases antagónicas: la de los esclavistas y de los esclavos.

La época de la esclavitud aportó a los trabajadores terribles calamidades y sufrimientos. Los intereses más viles, la baja codicia, la brutal avidez por los goces, la sórdida avaricia, el robo egoísta de la propiedad común inauguran la nueva sociedad civilizada, la sociedad de clases; los medios más vergonzosos, el robo, la violencia, la perfidia, la traición

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