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Proteccion Juridica Del Medio Ambiente


Enviado por   •  1 de Agosto de 2012  •  3.615 Palabras (15 Páginas)  •  660 Visitas

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LA PROTECCIÓN JURÍDICA DEL MEDIO AMBIENTE EN LA CONTRATACIÓN ADMINISTRATIVA. PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS.

Alvaro Ledo Nass[1]

Sumario. I.- Introducción. II.- Los principales aspectos a considerar para el desarrollo sostenible en la contratación pública. 1.-) La integración de aspectos medioambientales en las distintas fases de la contratación administrativa. 1.1.-) La influencia del medio ambiente en la delimitación del objeto contractual. 1.2.-) La inclusión de parámetros medio ambientales en la adjudicación de los contratos. 1.3.-) La ejecución de los contratos públicos bajo criterios medio ambientales. 2.-) La erradicación del proteccionismo radical y la necesaria conjugación de criterios ambientales, sociales y económicos en la contratación administrativa. 2.1.-) El problema de la proliferación de autorizaciones ambientales y su influencia en la eficacia de la contratación pública. 2.2.-) La autorización ambiental integrada como solución. III.- Conclusiones.

I.- Introducción.

El problema de la protección y de las agresiones al medio ambiente, está de moda en el mundo. Ciertamente, desde hace ya algunos años se asiste a escala internacional a una especie de «era ambiental» -donde todo gira alrededor del «verde»-, donde ha quedado de manifiesto la preocupación de los cultivadores de múltiples disciplinas y de numerosos organismos internacionales y la aparición de nuevas responsabilidades públicas[2] que se centran en intervenciones administrativas y legislativas tendentes a prevenir, eliminar o paliar la contaminación y la generalidad de las agresiones ambientales. Este, es otro de los nuevos capítulos, que apenas empieza a escribirse. Se trata de un tema gigante, multiforme y relativamente novedoso sobre el cual sólo podemos hacer aquí unas breves referencias.

En efecto, nos resulta imposible estudiar aquí todas las implicaciones del tema, sobretodo considerando los conocimientos y cuestiones científicas que requieren a veces estos casos. Las múltiples agresiones ocasionadas a la atmósfera y al clima, han creado una fuerte corriente de opinión y nos ha llevado a hablar del «planeta amenazado», y en virtud de que todos «compartimos el sistema climático», se ha generado una ola internacional de conferencias, tratados, convenciones e investigaciones a toda escala.[3]

En relación a esto último, tres espectaculares y preocupantes fenómenos atmosféricos pueden mencionarse con fines ilustrativos. Por un lado, está el fenómeno de destrucción progresiva de la capa de ozono en buena medida debido a causas humanas como son el uso de halones y principalmente de los denominados fluorocarbonos o cloro-flúor-carbonos (CFC), cuya transmisión a la atmósfera se produce a través de aerosoles, equipos de refrigeración y climatización, espumas y otros usos como la limpieza de material electrónico y disolución de estirilizantes farmacéuticos. Este fenómeno de destrucción de la capa de ozono por causas antrópicas tiene ya un carácter serio en las zonas polares en especial en la antártica hasta el punto que se habla del «agujero antártico del ozono». De acentuarse y ampliarse este proceso de disminución de la capa de ozono, se produciría una mayor irradiación ultravioleta y con ello más cáncer en la piel, aumento de las enfermedades oculares, menor rendimiento de los cultivos y plantaciones, desequilibrios en la ecología química y degradación de pinturas y plásticos.

Por otro lado, puede mencionarse también el fenómeno conocido como greenhouse effect o «efecto invernadero» (esto es, el efecto resultante del atrapamiento en la atmósfera de irradiaciones térmicas, las cuales al no poder salir al espacio producen un recalentamiento) el cual puede también tener «repercusiones trascendentales». Este efecto invernadero, que ciertamente tiene también causas naturales, se ha visto incrementado por causas humanas, tales como la producción de gases como el anhídrido carbono (CO2) generado en los procesos de obtención de energía que utilizan combustibles fósiles: automóviles, industrias, entre otros; y también otros gases incrementados también por causa del hombre como el metano (CH4), el óxido nitroso (NO2), cloro-flúor-carbonos (CFC) y el ozono (03).

Las consecuencias del efecto invernadero van entre otras desde alteraciones del clima, susceptibles de producir alteraciones en la geografía física, en el régimen de precipitaciones y en otros aspectos, lo que puede tener repercusiones en los comportamientos humanos productivos (agricultura, ganadería, cultivos marinos) y no productivos (diseños de viviendas, planificación), hasta serios efectos sobre las costas debido al aumento del nivel del mar, como serían la pérdida de áreas habitadas, el incremento de inundaciones y el deterioro o supresión de playas.

Finalmente hay que mencionar otro grave trastorno atmosférico: la lluvia ácida,[4] la cual pone también de relieve problemas de contaminación transfronteriza. La lluvia ácida se produce principalmente a partir del anhídrido sulfuroso proveniente de la utilización, en procesos industriales y de obtención de energía, de combustibles fósiles -especialmente el carbón- (al parecer también contribuyen a la lluvia ácida los escapes de los vehículos, los cuales contienen hidrocarburos sin quemar y óxidos de nitrógeno y que dan lugar a contaminantes). El SO2 -y de forma análoga los óxidos de nitrógeno- reaccionan con la humedad de la atmósfera, convirtiéndose en ácido sulfúrico cayendo luego con la lluvia.

Las consecuencias son sin duda serias y a veces catastróficas: por una parte, se producen daños en materiales y superficies vegetales y también en la composición del suelo, cuya acidificación altera el mecanismo de nutrición vegetal. [5]

Se trata, pues, de fenómenos y problemas sumamente interesantes y, sin duda, con repercusiones tremendas, los cuales -junto a muchos otras cuestiones de derecho ambiental-, por cierto, han originado en Venezuela estimables reacciones normativas (así, por ejemplo, además de la Ley Orgánica del Ambiente, la Ley Penal del Ambiente, la Ley Forestal de Suelos y Aguas y sus respectivos Reglamentos, hay que mencionar la inclusión en la reciente Constitución de 1999, de todo un Capítulo relativo a “los derechos ambientales”,

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