Proyecto Vida Del Hombre Cooperativo

PROYECTO DE VIDA DEL HOMBRE COOPERATIVO

El hombre cooperativo es un hombre que está animado por el espíritu cooperativo.

Es un hombre honesto, que respeta la personalidad del prójimo y la igualdad en la dignidad de todos. Obra en conformidad con la justicia y la solidaridad y tiene sentido de la responsabilidad en general y de las responsabilidades particulares que asume.

Este hombre cooperativo es la base del éxito económico y humano de una cooperativa y está determinado no solo por la formación intelectual y personal sino también moral, es decir que está ligado al espíritu cooperativo y a la calidad de las relaciones humanas en su interior. El espíritu cooperativo de aquel hombre cooperativo, es el que lo impulsa a sentir esa esencia cooperativa y que lo lleva a buscar e inventar el comportamiento adecuado para las situaciones en las que se halla.

La debilidad o el gran problema que se tiene aun en la sociedad es el hombre considerado en forma individual. De ahí parte el fracaso de la gran mayoría de empresas, pues tienen hombres incapaces de pensar más allá del beneficio de sí mismos, es por esto que hay que evitar crear “cooperativas sin cooperativistas”; es decir, hombres del sector cooperativo que alcanzan la calidad humana.

El hombre cooperativo surge mediante la falta de hombres de tipo nuevo “que no sean como los demás” para la creación o caracterización de las empresas que afirman no “ser como las demás”. De ahí que la historia o evolución del hombre cooperativo empieza con los pioneros de Rochdale, creadores de la primera cooperativa basada en 5 principios pero fundamentalmente en el principio de la educación para llegar hacia el éxito, preparando a cada uno de sus asociados y así acabar con el analfabetismo. Luego del ejemplo de los pioneros de Rochdale, el filósofo León Tolstoi hace un estudio del hombre cooperativo y concluye que los verdaderos procesos que no contienen ninguna clase de falencias, son todos aquellos los cuales las cosas se comentan y se aclaran para no llegar a ninguna clase de discusión, y por ello se ve reflejada la educación de cada una de las personas para un perfeccionamiento moral.

Se definió al hombre cooperativo como aquel que es incorruptible; que la riqueza no puede seducir; que es igualmente honesto en las grandes como en las pequeñas cosas; que no se deja desanimar por los fracasos; que no tiene doble conducta, es decir, que es totalmente transparente; que cuyas preocupaciones van mas allá de su bienestar personal y que mantiene su palabra.

Luego la cooperativa fundada en Valence por Marcel Barbu, genera un documento con 16 artículos, como reglas para la formación de todas aquellas personas que buscaban ser socios y se puede denotar que estas reglas o más bien características proporcionadas por esta cooperativa de producción, no serían una tarea fácil de cumplir para aquella persona que no estuviera dispuesta a entregarlo todo de sí mismo, sino solo para aquellos que buscaran el interés general de su grupo de trabajo o de la cooperativa a la cual pertenecían.

El hombre cooperativo cuenta con características contundentes que lo hacen ser una persona que marca la diferencia ante los demás, ya que consigo tiene características formadoras, específicas y esenciales que no solo lo muestra como persona capacitada sino además dispuesta a desempeñar un gran rol ante toda la comunidad, es decir el hombre cooperativo no tiene hacia los demás complejos de superioridad ni de inferioridad, siendo esto un marcador referencial para tratar con equidad, igualdad y correlatividad a los demás, evitando de esa forma todo pensamiento y actitud de autoritarismo y humillación para sus subordinados.

Es indispensable

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