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RESUMEN EL LABERINTO DE LA SOLEDAD


Enviado por   •  30 de Junio de 2014  •  3.933 Palabras (16 Páginas)  •  254 Visitas

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EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS

El adolescente se asombra de ser. Y al pasmo sucede la reflexión: inclinado sobre el rio de su conciencia se pregunta si ese rostro que aflora lentamente del fondo, deformado por el agua, es el suyo. La singularidad de ser –puro sensación en el niño- se transforma en problema y pregunta, en conciencia interrogante. Al iniciar mi vida en Los Estados Unidos residí algún tiempo en Los Ángeles, ciudad habitada por más de un millón de personas de origen mexicano. A primera vista sorprende al viajero –además de la pureza del cielo y la fealdad de las dispersas ostentosas construcciones- la atmósfera vagamente mexicana de la ciudad, imposible de apresar con palabras o conceptos. Lo que parece distinguirlos del resto de la población es su aire furtivo e inquieto, de seres que se disfrazan, de seres que temen la mirada ajena, capaz de desnudarlos y dejarlos en cueros. Cuando se habla con el los se advierte que su sensibilidad se parece a la del péndulo, un péndulo que ha perdido la razón que se oscila con violencia y sin compás. Este estado de espíritu o de ausencia de espíritu- ha engendrado lo que se ha dado en llamar el “pachuco”. Como es sabido, los “pachucos” son bandas de jóvenes, generalmente de origen mexicano, que viven en las ciudades del Sur y que se singularizan tanto por su vestimenta como por su conducta y su lenguaje. Rebeldes instintivos, contra él los se ha cebado más de una vez el racismo norteamericano. Todo en él es impulso que se niega a sí mismo, nudo de contradicciones, enigma. Y el primer enigma es su nombre mismo “pachuco”, vocablo de incierta filiación, que dice nada y dice todo. ¡Extraña palabra, que no tiene significado preciso o que, más exactamente, está cargada, como todas las creaciones populares, de una pluralidad de significados!

Quién ha visto la Esperanza, no la olvida, la busca bajo todos Los cielos y entre todos lo hombre y sueña que un día va encontrarla de nuevo, no sabe dónde, acaso entre Los suyo. En cada hombre late la posibilidad de ser o más exactamente, de volver a ser, otro hombre.

MASCARAS MEXICANAS

El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de Los demás Lejos, también, de sí mismo. El lenguaje popular refleja hasta qué punto nos defendemos del exterior: el ideal de la hombría consisten en no “rajarse nunca. Los que se “abren” son cobardes. Para nosotros, contrariamente a lo que ocurre con otros pueblos, abrirse es una debilidad o una traición. El mexicano puede doblarse, humillarse, “agacharse” pero no “rajarse” esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad.

Cada vez que el mexicano se confía a un amigo o a un conocido, cada vez que se “abre”, abdica. Y teme que el desprecio del confidente siga a su entrega. Por eso la confidencia deshonra y es tan peligrosa para el que la hace como para el que la escucha. El que Confía, se enajena “me he vendido con Fulano “decimos cuando nos confiamos a alguien que no lo merece. EL macho es un ser hermético, encerrado en sí mismo, capaz de guardarse y guardar lo que se le confía. La hombría se mide por la invulnerabilidad ante las armas enemigas o ante Los impactos del mundo exterior. Quizá nuestro tradicionalismo que es una de las constantes de nuestro ser y lo que da coherencia y antigüedad a nuestro pueblo –parte del amor que profesamos a la Forma.

Las máscaras del mexicano, sus mentiras, reflejan sus carencias, lo que fuimos y queremos ser. Sin embargo, de tantas posturas y tantas mentiras terminamos simulando lo que queremos ser, -la referencia a la obra El Gesticulador de Rodolfo Usigli no es gratuita- Ignorando nuestra condición, estamos condenados a representar una verdad ficticia, ajena a la realidad. El ejemplo que usa el autor es en verdad desconcertante: De niño, escuchó un ruido y al preguntar quién era, una sirvienta recién llegada le contestó: “No es nadie señor; soy yo”. Alguien se vuelve nadie y sin embargo, está presente siempre.

Todos santos, día de muertos.

El arte de la Fiesta, envilecido en casi todas partes, se conserva intacto entre nosotros. En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas religiones de México, nuestro calendario está poblado de fiestas. Ciertos días, lo mismo en lugares apartados que en las grandes ciudades, el país engero reza, grita, come, se emborracha y mata en honra de la virgen de Guadalupe. La contradicción forma parte del mexicano. “Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo” y las Fiestas populares, resultan el desagüe idóneo para tal efecto. Durante las Fiestas populares, desde el grito de independencia hasta el día de la raza, el mexicano se siente completo, seguro. La razón es sencilla, en ese instante, en ese presente, “el pasado y el futuro al fin se reconcilian”.

En todos Los rincones de México existen sus Ferias y tradiciones, aún en Los más miserables. Los ricos, la minoría que no es pueblo, no festejan, sus reuniones son frías y ni por equivocación se faltan Los modales. “Las Fiestas son el único lujo de México”.

Y una vez más, el círculo de la soledad se cierra. El mexicano derrocha esperando que el derroche mismo atraiga a la abundancia y si no la atrae, por lo menos se aparenta.

Lo importante es que, durante la Fiesta, “todo pasa como si no fuera cierto, como en Los sueños”. La gente se burla del clero, de las instituciones, del ejército y hasta del mexicano mismo.

Uno de Los festejos que más llama la atención: es el día de muertos. Ya desde antes de la llegada de Los españoles, los indígenas creían que la vida se continuaba con la muerte, y de hecho, la vida misma se alimentaba de la muerte. Nada más privilegiado en vida, que ser sacrificado para Los Dioses. Mientras que para Los cristianos la muerte es la antesala a otra vida, para Los aztecas, la manera de participar fundirse con las fuerzas creadoras. Para Los aztecas, ni la vida ni la muerte les pertenecía, todo era un capricho de Los dioses. La religión y el destino, trazaban la vida de sus hijos. “La conquista de México, sería inexplicable sin la traición de Los dioses, que reniegan de su pueblo”.

José Gorostiza y Xavier Villaurrutia, autores de Muerte sin fin y Nostalgia de la muerte respectivamente. Ambos poetas, a su manera, pretenden quitarle la máscara a la muerte, la Muerte original, la que fue antes de la vida. La entraña materna.

Los hijos de la Malinche.

Nuestro recelo provoca nuestro hermetismo ha creado la leyenda del mexicano, ser insondable. “El mexicano no quiere o no se atreve a ser el mismo” Demasiados fantasmas lo habitan: la conquista, la colonia, la independencia, las guerras contra Francia y Estados Unidos “nuestro buen vecino”, demasiados abandonos por parte de Los dioses. Sin embargo, los mexicanos tenemos una manera de exorcizar a nuestros demonios. Un grito es suficiente para afirmarnos ante lo exterior, ante Los demás: ¡Viva México hijos de la Chingada! Y ¿quién es la Chingada?, ¿a quién o quienes se dirige tal grito de guerra? No es casual por supuesto, que el 15 de septiembre, aniversario de la independencia, todo México, embriagado de seguridad y orgullo, lo grite. Y tampoco es casual que la figura materna, por un lado falsamente respetada, sea el blanco de la agresión.

La Chingada, es una de las representaciones mexicanas d ela Maternidad, como la Llorona o la sufrida madre mexicana, que festejamos el diez de mayo, la chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Sin embargo, los hijos de la Chingada son los otros, los no mexicanos, los malinchistas.

La Malinche, encarna al mito, nadie en México le perdona su colaboración con el invasor y también, nadie en México negaría a la Virgen de Guadalupe su lugar como madre suprema de todos Los mexicanos; seres provenientes de la soledad “fondo de dónde brota la angustia y que empezó el día en que nos desprendimos del ámbito materno y caímos en un mundo extraño y hostil”. Tonantzin, la virgen india, es la madre que vino a cuidarnos de nuestra orfandad.

Y Así, la Chingada y la Virgen de Guadalupe, ambas figuras pasivas, representan el amor -odio del mexicano hacía sí mismo.

Al gritar, ¡Viva México hijos de la Chingada! Continuamos gritando nuestra voluntad de cerrar Los ojos al pasado.

Conquista y colonia.

Cualquier contacto con el pueblo mexicano, adí sea fugaz, muestra que bajo las formas occidentales laten todavía las creencias y costumbre, al llegar Los españoles al nuevo continente, encontraron una civilización perfectamente estructurada, compleja y refinada: Mesoamérica. La próxima Nueva España comprendía el centro y sur del actual México y parte de Centroamérica, además, se encontraba poblada con distintas culturas peleadas entre si y con enemigo común: Los últimos pobladores del Valle de México, los Aztecas

La agricultura, el uso del maíz, el juego de pelota, y Los sacrificios humanos, eran rasgos característicos de todos Los pobladores de Mesoamérica. Y todos también, se regían por un sistema teocrático y militar. Dentro del mismo culto, los dioses Tláloc, Tezcatlipoca, Huitzilopochtli, Mixcóatl etc, contemplaron sin duda, la llegada del invasor.

Al arribo de Los españoles, todos Los pueblos sometidos por Los Aztecas, vieron una posible liberación, por ello, muchos o no oponían resistencia, o se dejaban llevar por la indiferencia. Algunos más, como Los Tlaxcaltecas se aliaron incluso a Cortés. La meta, Tenochtitlan. Sin embargo, Moctezuma, emperador Azteca, (sabía o creía saber) que una era cósmica estaba por terminar, para dar paso a otra más. Todos esperaban el regreso de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que juró regresar. Moctezuma recibe a Cortés con presentes, y Cortés, con un puñado de hombres, la mayoría aventureros, realizó la conquista más absurda de la historia. Los signos, las profecías se habían cumplido y Los dioses le dieron la espalda a sus creyentes. Ningún pueblo se habrá sentido tan desamparado como ellos. Cuauhtémoc se enfrenta al invasor, pero se enfrenta sabiendo de antemano su derrota.

“Si México nace en el siglo XVI hay que convenir que es hijo de una doble violencia imperial y unitaria; la de Los Aztecas y la de Los Españoles”.

España era por ese entonces una nación medieval, que tomó su lugar en la Europa renacentista, gracias a su “descubrimiento”.

Posteriormente, el catolicismo se convierte en el corazón de la Nueva España y Los indígenas, conscientes de su orfandad, abrazan al Cristo ensangrentado, al Cristo humillado pues de alguna manera, ven un certero reflejo de su realidad. Hay que hacer notar, que la decadencia del catolicismo europeo coincide precisamente con está época.

La Nueva España, no sobresalió por un arte, mito o pensamiento originales. No poseemos a ningún reformador o místico de importancia. Pero es quizás Juana de Asbaje o Sor Juana Inés de la Cruz, la figura más representativa de la colonia. Poeta, monja Gerónima, autora dramática y profundamente adelantada a su tiempo. Feminista antes de las feministas, lectora de Platón y Aristóteles, Sor Juana representa la más pura reflexión intelectual. Cree en Dios, pero siempre busca una explicación racional de las cosas y es precisamente, en un mundo donde sólo las afirmaciones puras y las negaciones puras pueden existir, donde queda fuera la duda y el examen. “Su doble soledad, de mujer e intelectual” la coloca como la primer mujer moderna de México.

De la Independencia a la Revolución.

La independencia de la Nueva España, es tan ambigua como la conquista. No es una independencia propositiva en ideas, no hay postulados ni ideas universales. Los caudillos, es decir Los sacerdotes, no tienen una idea clara de que hacer. Su única virtud, es que escuchan de cerca al pueblo. La independencia sudamericana inicia con San Martín y Simón Bolívar. Se crean estados y promulgan leyes. Los ecos de la Revolución Francesa y la Norteamericana se escuchaban por todos lados. Los insurgentes vacilan entre la independencia total, o formas modernas de autonomía. La guerra inicia por los abusos de la burocracia española contra los latifundistas. Pero más allá estaba también el abuso de los latifundistas hacia sus campesinos. “No es una rebelión de la aristocracia contra la metrópoli, sino del pueblo contra la primera”. Hidalgo termina con la esclavitud, Morelos reparte los latifundios, pero, la iglesia y Los grandes propietarios buscan ayuda en la Corona Española. Hidalgo, Morelos y Mina, sucumben ante la alianza. Entonces, un hecho inesperado sucede. En España, los liberales toman el poder, transforman la monarquía en constitución y amenazan seriamente Los intereses del clero. En México, la iglesia y los grandes propietarios, temiendo quizá una reacción en cadena, buscan a Los insurgentes vivos y ¡consuman la Independencia de la Nueva España!

La rueda de la historia se precipita, el Virreinato se transforma en Imperio Mexicano con un Emperador: Iturbide. Efímero y ridículo. Todos esperan que con un cambio de leyes la situación cambie y, como en Europa, aparecería una nueva clase social: la burguesía. Las facciones se pelean entre sí, lo cual aprovechan los norteamericanos para quitarle a México ¡más de la mitad de su territorio! por medio de Antonio López de Santa Ana. “El arquetipo del dictador latinoamericano” los conservadores se arman, Benito Juárez responde con la Reforma; separa iglesia de estado. Nuevamente, los conservadores piden ayuda al extranjero. Napoleón III manada otro emperador Maximiliano de Habsburgo. A su vez fusilado por el liberal Juárez. La Reforma consume la independencia. Y entonces aparece la constitución de 1857. Libertad de enseñanza promulgada. El autor evita la auto complacencia y agudamente observa “La Reforma funda a México negando su pasado, rechaza la tradición y busca justificarse en el futuro”.

La Revolución mexicana, tampoco tuvo precursores ideológicos conscientes de la verdadera situación del país. De Los más radicales, los hermanos Flores Magón, que militaron desde el exterior del país, poco queda en las reformas de Los trabajadores. Francisco I Madero, un místico convencido, resumió el cambio que, según él, México necesitaba: “Sufragio Efectivo no reelección” los males del país se debían a la eterna presencia del general Díaz y sus “científicos” en el poder. Madero, de cuna terrateniente, no se daba cuenta de la naciente clase obrera mexicana y de la explotación de Los caciques hacia Los campesinos. Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa y Emiliano Zapata, ambos surgidos del pueblo mismo lo entendían. Aun así, sus limitaciones se hacían evidentes. Madero y Pino Suarez son fusilados. Villa, Zapata, Álvaro obregón y un viejo porfirista Venustiano Carranza, forman sus bandos, la guerra civil entre Los líderes revolucionarios deja un saldo trágico pues de alguna manera, todos mueren a manos de todos y a la postre, se convierten en mitos populares. “Villa cabalga todavía en el norte, en canciones y corridos; Zapata muere en cada feria popular; Madero se asoma en Los balcones agitando la Bandera Nacional; Carranza y Obregón viajan aún en aquellos trenes revolucionarios, en un ir y venir por todo el país. Todos Los siguen: ¿a dónde? Nadie lo sabe. Es la revolución, la palabra mágica, la palabra que va a cambiarlo todo y que nos va a dar una alegría inmensa y una muerte rápida”.

La “Inteligencia” Mexicana.

Incurría en una grosera simplificación de afirmarse que la cultura mexicana es una reflejo de los cambios históricos operados por el movimiento revolucionario, define de la siguiente manera a la “Inteligencia” mexicana: “sector que ha hecho del pensamiento crítico su actividad vital” aunque señala que la obra de esta “Inteligencia” no se encuentra del todo en libros, sino más bien en su influencia en la obra pública. Y es José Vasconcelos, el fundador de la educación moderna en México, el primero en citar. Miembro del grupo Ateneo, Secretario de Educación Pública que pretende continuar la obra de Justo Sierra: ampliar la educación elemental y perfeccionar la enseñanza superior. Vasconcelos funda sus principios educativos en la tradición. La nueva educación, anota Paz, “se funda en la sangre, la lengua y el pueblo”. Había que levantar al país y quién mejor que Los intelectuales para hacerlo. Los caudillos se allegaron de gente de estudios, y muy pronto: Los poetas estudiaron economía, los novelistas se hicieron abogados y ejemplos por el estilo.

Otros miembros de la “Inteligencia” que por su impacto nombra el autor serían: Samuel Ramos, autor de El perfil del hombre y la cultura en México, primer estudio del mexicano y antecedente directo de El laberinto de la soledad, Jorge Cuesta, quien dedica su obra a indagar el sentido de nuestras tradiciones, Daniel Cosío Villegas, fundador del Fondo de Cultura Económica, Textos de todo tipo al alcance de todos, José Gaos, exiliado español y filósofo, Alfonso Reyes, escritor apasionado, poeta crítico y ensayista, quien pretendía “Buscar el Alma Nacional” Leopoldo Zea, historiador, y algunos más de tipo político.

“Exceptuando la revolución hemos vivido nuestra historia como un episodio de la del mundo entero. Nuestras ideas, así mismo, nunca han sido nuestras del todo, sino herencia o conquista de las engendradas por Europa” Sin embargo, sostiene “el mundo moderno ya no tiene ideas” México, a partir de su conquista, fue influenciado por las ideas liberales, que como el mundo mismo, se tenían que actualizar. La diferencia histórica de una Europa: vanguardia de las artes, las guerras, las ideas y el pensamiento filosófico, con un México nacido de la violencia y cursando un tiempo histórico distinto, fue lo sucedido.

Pero a partir de la Revolución, México y el mundo viven al día. “Con un futuro por inventar”.

Nuestros días.

Todas las revoluciones del mundo, -la de México fue la primera del siglo veinte- ninguna ha terminado satisfactoriamente su labor. ¿y cuál sería el punto culminante de una revolución? El autor nos contesta: “En primer término, liquidar el régimen feudal, transformar el país mediante la industria y la técnica, suprimir nuestra situación de dependencia económica y política y, en fin, instaurar una verdadera democracia social”. Ahora bien, la historia va a la par para todos, el planeta, unificado desde la expansión imperialista, enredó por completo las economías de todos Los países. Desde luego, unos beneficiados y otros no. “Lo conquistado hay que defenderlo todavía”

Con la industrialización del país, surge la clase obrera, aquella que según Marx “lleva el curso de la historia”. En México, esa clase obrera y mediana burguesía, surge desde las entrañas mismas del poder. Primero se apoya a Venustiano Carranza –buen momento para recordar que también fue gobernador porfirista- luego a Álvaro obregón y finalmente a Plutarco Elías Calles. El estado desde entonces ha protegido las organizaciones sindicales. También carecemos de una industria pesquera, el turismo y Los dólares equilibran, sensiblemente, la economía pero nada más. Paz propone: “La inversión de capitales públicos ya sea en préstamos gubernamentales o por medio de las organizaciones internacionales”. Y más adelante continua: “Podríamos hacer más si nos unimos a otros pueblos con problemas semejantes a los nuestros” incluye África y los países asiáticos.

Apéndice.

La Dialéctica de la soledad.

“El hombre es el único ser que se siente sólo y el único que es búsqueda de otro”. Para el Nobel Mexicano, la soledad lleva irremediablemente a la conciencia. Nacemos y morimos solos. Pero también somos capaces de traspasar nuestra soledad mediante el amor como “elección, libre elección acaso de nuestra fatalidad, súbito descubrimiento de la parte más secreta y fatal de nuestro ser”. Las relaciones amorosas están viciadas por culpa de la sociedad, misma que impide la libre elección. La mujer es presa de su imagen; impuesta por una sociedad básicamente masculina. Tampoco el hombre puede elegir, el primer contacto sexual del niño ocurre con la madre y/o hermanas. De modo que un carácter simbólico de incesto, está presente en nuestro erotismo. Se elige por confusión, por belleza o conveniencia; por creer que “no hay de otra”, o por que “se me va el tren”. LO cierto es que la gran mayoría de mexicanos, y mexicanas, piensan al final de su existencia: “Y pensar que he perdido Los mejores años de mi vida con una mujer que no era mi tipo”.

Para la sociedad, el amor equivale a tener hijos pues la familia, es el primer reflejo de la sociedad. La doble moralidad aterriza directamente en el concepto del Matrimonio, es decir la naturaleza conservadora de la pareja. Al amor garantizado constitucionalmente.

El verdadero amor es antisocial y revolucionario, y es precisamente en la adolescencia, en dónde se expresa en su forma más pura y contradictoria. La adolescencia no implica únicamente soledad sino “Los grandes amores, el heroísmo y el sacrificio”.

Olimpiada y Tlatelolco

1968 fue un año axial: protestas, tumultos y motines en Praga, Chicago, París, Tokio, Belgrado, Roma, México, Santiago. La rebelión juvenil anuló las clasificaciones ideológicas. A esta espontánea universalidad de la protesta correspondió a una relación no menos espontánea y universal: invariablemente los gobiernos atribuyeron los desórdenes a una conspiración del exterior. Lo mismo para el gobierno de México que para el Partido Comunista Francés, los estudiantes estaban movidos por agentes de Mao y de la CIA.

Los estudiantes son el único grupo realmente internacional, todos los jóvenes de los países desarrollados son parte de la subcultura juvenil internacional. Su exasperación no brota de condiciones de vida particularmente duras sino de la paradoja en que consiste ser estudiante: durante los largos años que pasan aislados en universidades y escuelas superiores, viven en una situación artificial, mitad como reclusos privilegiados y mitad como irresponsables peligrosos. “Seres reales en un mundo irreal”. Los estudiantes pueden reflexionar sobre su estado y, asimismo, sobre el del mundo que los rodea. La universidad, el objeto y la condición de la crítica juvenil. Los jóvenes descubren que la sociedad moderna fragmenta y separa a los hombres: no puede crear una comunidad. Universidad garantía de la permanencia del objeto de la crítica. La rebelión juvenil oscila entre estos dos extremos: “su crítica es real, su acción es irreal”, su acción no puede cambiar a la sociedad e incluso provoca regresiones. La acción de los gobiernos ante esto produce los cataclismos o las decadencias.

EL DESARROLLO Y OTROS ESPEJISMOS

Apenas consumada la derrota militar del antiguo régimen, el país tuvo que hacer frente al peligro que amenaza a toda revolución triunfante: l anarquía. Las fracciones eran más personalistas que ideológicas pero representaban ya, en forma rudimentaria, los intereses y tendencia de las distintas clases y grupos: campesinos, rancheros, pequeñas burguesía, naciente clase obrera, etc.

El PNR fue una asociación de jefes militares y políticos en torno a la figura del General Calles. Agente, brazo civil del poder revolucionario. En 1938 Lázaro Cárdenas cambió el nombre del Partido, su composición y su programa. El partido de la Revolución Mexicana tuvo una base social más ancha que el PNR y lo integraron cuatro grupos: el orero, el campesino, el popular y el militar.

Tres conclusiones se desprenden: en primer término, la crisis de México es una consecuencia del cambio en la estructura social de la aparición de nuevas clases- es una crisis del México desarrollado, en segundo lugar, solo una solución democrática permitirá que se planteen los graves problemas del país, en especial el de la integración del México subdesarrollado o marginal, y que se adopte a una política de verdad nacional, los mismo en el exterior que en el interior, por ultimo si el régimen impidiese la solución democrática, el resultado nos el que terminaría por provocar una explosión y la recaída en el ciclo de la anarquía y la dictadura.

CRITICA DE LA PIRÁMIDE

A lo largo de estas páginas ha aparecido una y otra vez el tema de los dos México, el desarrollado y el subdesarrollado. Es el tema central de nuestra historia moderna, el problema de cuya solución depende nuestra existencia misma como pueblo.

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