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Relación Entre VPH Y cáncer De Cuello Uterino


Enviado por   •  17 de Julio de 2013  •  2.507 Palabras (11 Páginas)  •  438 Visitas

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Relación entre VPH y cáncer de cuello uterino

La infección por virus de papiloma humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más común, por lo que constituye un problema de salud pública a nivel global. Existen fuertes evidencias que indican que el VPH es capaz de causar cáncer de cuello uterino, vaginal, de vulva, anal, de pene, y verrugas genitales. Con frecuencia, el virus de papiloma humano produce en la boca y garganta el papiloma oral y el papiloma laríngeo, también se han reportado casos de papiloma de la conjuntiva del ojo y de papiloma nasal.

Los genotipos de VPH se clasifican de acuerdo a su capacidad para causar cáncer en bajo riesgo (no oncogénicos) y alto riesgo (oncogénicos). Hasta la fecha han sido identificados los siguientes:

Transmisión del VPH:

Se estima que al menos 50% de los hombres y mujeres de todo el mundo han estado en contacto con VPH en algún momento de sus vidas, siendo el hombre el principal transmisor asintomático de este virus. La prevalencia de infección por VPH es mayor entre las mujeres y hombres sexualmente activos, pero estas infecciones son generalmente transitorias, y los individuos infectados son capaces de eliminar el virus sin intervención médica y sin el desarrollo de algún tipo de cáncer. De esta forma, una respuesta inmunitaria efectiva, las características genéticas individuales, y el chequeo ginecológico anual, pueden ser determinantes en la progresión de un cáncer de cuello uterino inducido por VPH (Simonetti, 2009; Vajdic, 2006).

La forma más común de transmisión del VPH es a través del contacto de piel con piel, sin implicar necesariamente el coito, por lo que el sexo oral también es un mecanismo de contagio. Algunas investigaciones sugieren que los objetos de uso personal como prendas de vestir (fómites), así como los “juguetes sexuales” pueden constituir un reservorio o foco de infección (Bailey, 2000; Marrazzo, 2004; Moscicki, 2005). Una mujer embarazada con infección por VPH genital puede transmitir el virus a su bebé durante el parto vaginal, siendo la causa más común de infección por VPH en la boca, laringe o garganta, por lo que en estos casos se recomienda realizar una cesárea (Tenti, 1999).

Diagnóstico de VPH:

Las lesiones por VPH pueden afectar de forma aislada, multicéntrica o multifocal a cualquier parte del tracto genital inferior y a la región perineoanal, por lo que ante cualquier lesión detectada, debe hacerse un estudio exhaustivo del cuello uterino, vagina, vulva, uretra, perineo y ano, así como el estudio de la pareja o parejas sexuales.

La exploración clínica de la mujer, deberá incluir una inspección minuciosa con buena iluminación de toda la vulva y región perineoanal, y un examen detallado con espéculo del cuello uterino y la vagina, dada la frecuente multicentricidad de la infección. En el hombre se inspeccionará cuidadosamente el glande y el meato uretral, el prepucio y el surco balanoprepucial, el tallo del pene, el escroto y la región perianal (OMC, 2009).

Métodos morfológicos:

Citología: La citología mediante la tinción de Papanicolaou, es un método de cribado, no de diagnóstico ya que permite detectar alteraciones celulares (coilocitolosis), que son indicativas de una infección por VPH. De obtenerse una citología compatible con infección por VPH, debe practicarse una colposcopia en todo el tracto genital inferior.

Colposcopia: La colposcopia detecta todas las lesiones subclínicas como epitelios blancos de morfología y extensión variables, que aparecen tras la aplicación de ácido acético al 5%. Esta prueba por sí sola es bastante inespecífica en la vulva, dado que el vestíbulo se puede blanquear ante cualquier proceso inflamatorio, y algo inespecífica en el cuello uterino, razón por la que siempre debe ser valorada por el colposcopista.

Biopsia: Toda lesión sospechosa debe ser biosiada, a pesar que las verrugas genitales en muy pocas ocasiones precisan una confirmación histológica, dado a su escaso porcentaje de asociación con lesiones preneoplásicas. Sin embargo, se recomienda biopsia en todos los condilomas cervicales localizados en la conjunción escamosocilíndrica, y en el resto, solo en casos de duda, cuando la lesión no responde al tratamiento o incluso empeora durante el mismo, en pacientes inmunosuprimidos o cuando son pigmentados, fijos y ulcerados, y en todo caso de condiloma gigante o de lesiones papulares masculares, debido a la posible patología neoplásica o preneoplásica añadida. La biopsia a partir de la lesión sospechosa es una forma rutinaria y establecida de confirmar el diagnóstico histopatológico, y permite un diagnóstico de gran precisión sobre el grado de lesión precursora o malignidad (OMC, 2009).

Microscopia electrónica: esta técnica no es asequible a muchos patólogos, sólo permite diagnosticar los viriones en las células maduras, y es escasamente útil en las lesiones precursoras.

Métodos inmunohistoquímicos:

En el método clásico para detección de anticuerpos anticápside, se emplean anticuerpos policlonales frente a un antígeno común de proteínas tardías. Sin embargo, presentan una baja sensibilidad (positivos sólo en 30-50% de los condilomas), ya que los anticuerpos solo tiñen células que expresan proteínas tardías, y no detectan infecciones latentes y probablemente tampoco la mayoría de las infecciones subclínicas, por la escasa cantidad de antígeno presente en las células infectadas. No son de utilidad como métodos de pronósticos de la enfermedad debido a la ausencia de correlación con la evolución clínica (OMC, 2009).

Métodos moleculares:

Los métodos de biología molecular tienen como ventaja que permiten detectar el ADN incluso cuando está integrado al genoma de la célula hospedadora; son los únicos métodos fiables para detectar la mayoría de las infecciones (incluso las subclínicas y latentes); presentan una elevada sensibilidad y especificidad, y son los únicos métodos que permiten conocer el tipo de VPH y la presencia de infecciones mixtas.

De bajo riesgo: 6, 11, 40, 42, 43, 44, 54, 61, 70, 72, 81 y CP6108.

De alto riesgo: 16, 18, 31, 35, 33, 39, 45, 51, 52, 58, 59, 68, 73 y 82.

1. Técnicas de hibridación molecular: Todos los ensayos de hibridación se basan en la mezcla de hebras sencillas de ácido nucleico muestra o diana, no marcado, con una sonda de secuencia conocida, marcada, bajo condiciones experimentales que permitan el apareamiento de bases complementarias (Luque, 2002). Entre los métodos empleados para el diagnóstico y detección de VPH se pueden citar: la hibridación de Southern, el “Dot-blot” e hibridación en fase líquida. La mayoría de estos métodos sólo se utilizan en investigación científica, y presentan la desventaja de necesitar grandes concentraciones de ADN.

2. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): esta técnica consiste en efectuar una replicación repetitiva in vitro de genes o secuencias de ADN polimórficas. Amplificar o copiar varias veces una misma secuencia de ADN, aumenta de forma proporcional la sensibilidad de esta técnica, de forma que el tiempo para la realización del estudio se reduce considerablemente, así como la cantidad de muestra biológica o tejido por analizar (Sambrook, 2001). Otra de las ventajas que presenta la PCR es su utilidad a partir de, prácticamente, cualquier muestra (cortes parafinados, raspados cervicales, exudado vaginal, orina en casos de papilomas en meato uretral, etc.)

3. Técnica de captación de híbridos de segunda generación (HCII): la captación de híbridos se basa en una hibridación en microplaca con amplificación de señal por quimioluminescencia, que permite detectar ADN del VPH (Luque, 2002). El procedimiento es fácilmente automatizable y más asequible que las técnicas de PCR. La captación de híbridos de segunda generación (HCII), detecta de forma simultánea un coctel de 13 genotipos de alto riesgo en una primera reacción, y 5 genotipos de bajo riesgo en una segunda reacción. Esta tecnología permite identificar a las mujeres con genotipos oncogénicos y, por lo tanto con un mayor riesgo de progresión.

Vacuna contra el VPH:

La vacuna contra el VPH es una mezcla de las principales proteínas de la cápside del virus (partículas similares al virus – VLPs −), que no son capaces de causar infección, ya que no contienen el ADN viral, pero que son altamente inmunogénicas y ofrecen protección contra el virus (Govan, 2008).

Actualmente, pueden encontrarse dos vacunas contra los genotipos más frecuentes de VPH en el mercado internacional, siendo ésta una herramienta fundamental en la lucha contra el cáncer de cuello uterino. Su permisología en el país aun está en trámites.

Eficacia de la vacuna:

La eficacia de esta vacuna, ha sido demostrada en las mujeres que todavía no han estado expuestas al VPH, por lo que se recomienda en las mujeres que no hayan tenido un primer contacto sexual. Ofrece protección durante un mínimo de 5,5 años, y se están realizando estudios para determinar si se requiere una dosis de refuerzo. Esta vacuna no protege contra los otros genotipos de VPH, ni contra las otras infecciones de transmisión sexual, por lo que se debe continuar utilizando el preservativo en cada contacto sexual, como principal método de protección (Govan, 2008).

Recomendaciones de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela:

• Toda mujer que haya iniciado su vida sexual debe acudir al ginecólogo una vez al año para realizarse una citología o Prueba de Papanicolaou.

• Evitar el contacto sexual con múltiples parejas.

• Utilizar el preservativo (condón) durante el acto sexual, ya que éste ayuda a minimizar el riesgo de contraer VPH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). No obstante, vale resaltar que el uso del condón no es 100% eficiente para estos efectos.

• Mantener una buena higiene.

Adicionalmente, hay que tener en cuenta que otras herramientas para el control de la natalidad como el diafragma, las píldoras anticonceptivas y los dispositivos intrauterinos no brindan protección contra la infección por VPH ni por otras ITS.

Cáncer de cuello uterino

La primera causa de muerte de las mujeres venezolanas es el cáncer de cuello uterino. Se estima que, en promedio, cuatro mujeres mueren diariamente por este tipo de afección. Una de las cifras más graves es que de 244 mujeres a las que se les detecta el mal, 100 mueren. En la mayoría de estos casos, el desenlace fatal es consecuencia de un diagnóstico tardío de la enfermedad. Por ello, las autoridades hacen énfasis en la necesidad de crear conciencia sobre el despistaje oportuno. El 26 de marzo se estableció como Día Nacional de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino.

Cuadro clínico

Las principales molestias son ardor y comezón. Se asocia al cáncer de cuello uterino en la mujer. Su tamaño puede aumentar obstruyendo pene, vagina y ano. Debido a que son producidas por un virus no existe tratamiento efectivo ya que las verrugas reaparecen frecuentemente después del tratamiento, por lo que es necesario mantener control médico.

Cuando las verrugas han crecido mucho se necesitan tratamiento quirúrgicos

¿Qué es el virus de papiloma humano (VPH)?

El virus del papiloma humano es un virus común que afecta tanto a hombres como a mujeres . Existen más de 100 diferentes tipos de VPH. (1) La mayoría de los tipos de VPH no causan ningún signo o síntoma y desaparecen sin tratamiento (1)

Sin embargo, ciertos tipos de VPH causan verrugas comunes en manos y pies.(4) Alrededor de 30 tipos de VPH se conocen como VPH genitales debido a que afectan el área genital.(1) Algunos tipos causan cambios en las células del revestimiento del cuello uterino.

Si no se tratan, estas células anormales pueden convertirse en células cancerosas. Otros tipos de VPH pueden causar verrugas genitales y cambios benignos (anormales pero no cancerosos) en el cuello uterino. Muchos tipos de VPH pueden causar resultados anormales en las pruebas de Papanicolau. (1)

¿Qué tan común es el VPH?

El VPH probablemente es más común de lo que usted piensa. En el 2001, la Organización Mundial de la Salud calculó que alrededor de 630 millones de personas en todo el mundo (9%-13%) estaban infectadas con el VPH.(2) Para el año 2002, la Agencia Internacional para la investigación del Cáncer (IARC), registró 65,493 nuevos casos y 29,526 muertes por este padecimiento en América Latina (6), es decir, 81 mujeres mueren diariamente por cáncer cervical.

¿Quiénes se contagian con el VPH?

Cualquier persona con algún tipo de actividad sexual que implique contacto genital podría contagiarse por el VPH. Es posible contagiarse con el virus sin tener relación sexual con penetraciónl . (1) Debido a que muchas personas que tienen el VPH no presentan ningún signo o síntoma, pueden transmitir el virus incluso sin saberlo(1)

El VPH es altamente contagioso, así que es posible contagiarse al exponerse al virus una sola vez. Se calcula que mucha gente se contagia con el VPH en los primeros 2 a 3 años de haber iniciado su actividad sexual. (7) De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud dos terceras partes de las personas que tienen contacto sexual con una persona infectada desarrollarán una infección por el VPH en 3 meses. (2)

¿Todas las personas que tienen el VPH presentan cáncer cervical o verrugas genitales?

No, en la mayoría de las personas que tienen el VPH, las defensas del cuerpo son suficientes para eliminar el virus. Sin embargo, para algunas personas, ciertos tipos de virus pueden convertirse en verrugas genitales o cambios benignos (anormales pero no cancerosos) en el cuello uterino. (1)

Las mujeres que no eliminan ciertos tipos de virus pueden presentar cambios anormales en el revestimiento del cuello uterino. Si estas células anormales no son detectadas o tratadas, pueden avanzar hacia precáncer y cáncer. (1) Frecuentemente, el desarrollo del cáncer cervical puede tardar varios años, aunque en casos raros puede ocurrir en un año. (8) Por esta razón la detección temprana es muy importante. Platique con su médico acerca de la prueba de Papanicolau (también conocida como frotis de Papanicolau) que puede ayudar a detectar cambios celulares sospechosos en el cuello uterino.

Si el VPH no tiene signos o síntomas, ¿cómo puedo saber que lo tengo?

Debido a que el VPH generalmente no muestra ningún signo o síntoma, probablemente usted no esté enterado de que lo tiene. (1) La mayoría de las mujeres se enteran que tienen el VPH después de un resultado anormal de la prueba de Papanicolau. (1) Una prueba de Papanicolau (también conocida como frotis de Papanicolau) es parte de una exploración ginecológica y ayuda a detectar células anormales en el revestimiento del cuello. Los doctores realizan pruebas de Papanicolau para detectar y tratar estas células cervicales anormales antes de que puedan convertirse en células precancerosas o cáncer. (1) Muchas células anormales relacionadas con el VPH y células cervicales precancerosas pueden tratarse exitosamente si se detectan en una etapa temprana. (1) De hecho, el cáncer cervical es uno de los cánceres más prevenibles. (8) Por eso es importante seguir la recomendación de su médico sobre las pruebas de Papanicolau.

Hay otra prueba (la prueba del DNA del VPH) que puede detectar ciertos tipos de VPH que pueden causar cáncer cervical. Los resultados de esta prueba pueden ayudar a los médicos a decidir si es necesario hacer más pruebas o dar más tratamiento. (1)

¿Cómo puedo disminuir el riesgo de contagiarme con el VPH genital?

Para ayudar a prevenir la infección por el VPH genital, se encuentra la abstinencia sexual o la practica de sexo seguro, que consiste entre otras cosas, el limitar el número de parejas sexuales, la utilización de condones los cuales . sin embargo, debido a que no cubren todas las áreas de la región genital, no previenen la infección por completo (1). Evite cualquier actividad sexual que incluya contacto genital .

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