Rendimiento Académico

ENSAYO

REFLEXIONES EN TORNO AL RENDIMIENTO ACADEMICO

Las personas exitosas nunca dejan de aprender. La vida se convierte en una aventura maravillosa cuando estoy dispuesto a aprender cada día algo nuevo. ¡Cuánto bien me hace vivir siempre en actitud de aprender! Así recorreré nuevos caminos de superación y de éxito en la vida.

Para desarrollar un buen aprendizaje y tener un buen rendimiento académico se hace necesario fomentar la disciplina, la voluntad, la fe y de todos los valores que dispone la persona para explotarlos en pro de su propia formación y realización como persona.

Creamos en nosotros mismos, autoestimémonos, animémonos a seguir estudiando, a canalizar todas las posibilidades y oportunidades que nos brinda la institución educativa, los docentes y los planes de estudio.

Evitemos un aprendizaje y rendimiento académico mediocre porque nos despersonaliza y nos conduce al fracaso; pensemos en la posibilidad de que si hacemos el esfuerzo por un rendimiento académico excelente, los éxitos humanos llegarán solos y la realización humana y profesional será patente en nuestra vida cotidiana.

Seamos responsables para cumplir los deberes y respeto de los derechos. Si somos responsables nos volveremos reflexivos, pensaremos antes de actuar y asumiremos las consecuencias de nuestros actos. Por tanto eduquémonos en los valores porque no aleja de la inconsciencia y nos hace personas sensatas, sociables y con el querer de superarnos para ser artífices de cambio en nuestra sociedad putumayense.

En el proceso de aprendizaje que realiza el niño, se hace necesario facilitarles la construcción de aquellos conocimientos requeridos para el dominio de su medio y para su crecimiento personal y social. Esta orientación didáctica por parte del maestro o maestra permite que desarrolle todas sus potencialidades o talentos humanos y así favorezca su propia formación integral.

Para que esto se haga presente en el aula y fuera de ella, se hace necesario partir de un diagnóstico de los intereses, necesidades, problemas y recursos de la comunidad educativa que facilitarán al maestro o maestra elaborar planes de estudio de acuerdo a la región donde esté situada la escuela.

Esta adaptación de los planes de estudios a la realidad de la escuela, para que el niño los afronte con sus aspectos cognoscitivos, emocionales y comportamentales y así se enriquezca integralmente como persona.

Para que este proceso tenga los resultados positivos, se necesita que para la construcción del conocimiento que realiza el niño acorde a los programas curriculares regionales o locales o planes de estudio acordes con la realidad, de un maestro o maestra que se haya preparado sobre el tratamiento de los diversos temas que implica insertarse en el ámbito del constructivismo.

Esto implica que un maestro debe insertarse en el ámbito de la didáctica constructivista y así podrá generar en el niño aquellas potencialidades que posee y que está dispuesto a producirlas en contacto con los objetos del entorno o de los objetos que se le presentan por parte del generador del aprendizaje.

Esta información que ofrece el maestro en el ámbito del aprendizaje que realiza el niño, es solo insumo como la llaman los expertos en este tema; esta verdad que aparece no es absoluta e inmodificable, sino que está sometida a los puntos de vista de cada ser humano frente a ella. Estos conceptos surgen de acuerdo a la racionalidad del niño; en este momento es necesario que en el proceso de enseñanza aprendizaje que realizan los niños, se necesita de la orientación por parte del maestro para que los significados, experiencias y vivencias tengan sentido para el niño que las afronta.

En este sentido, se necesita de que el maestro tenga una experiencia o esté insertado en el ámbito de la didáctica constructivista, en la interdisciplinariedad para que ayude al niño o alumno o estudiante a fortalecer, construir los aspectos, que nos habla Piaget: Cognoscitivos, emocionales y actitudes comportamentales.

Una persona docente, que no haya eclectizado el constructivismo o que no lo tenga como una de las alternativas vitales en su proceso de aprendizaje que realiza en el aula dejará muchas dudas en el manejo de la creatividad y de sus manifestaciones en el proceso de aprendizaje.

Para que el niño pueda producir conceptos y esquemas conceptuales frente al tema a desarrollar; es necesario que el maestro o maestra diagnostique qué conceptos y esquemas mentales posee el niño frente al tema puesto en común por parte del maestro.

Es importante que en este constructivismo de retos, el maestro o maestra crea que el alumno no tiene la mente en blanco como se cree, sino que trae un currículo oculto, generado por una serie de experiencias cotidianas vivenciales que a veces lo predeterminan en este proceso de aprendizaje. Por tanto, cuando el niño da una serie de explicaciones fruto de su construcción mental es necesario que el orientador del aprendizaje lo tome seriamente y de acuerdo a su experiencia pedagógica, mire en qué casos ha construido acertadamente y en qué casos ha fallado para que sepa proporcionar las alternativas pedagógicas o estrategias pedagógicas y lo induzcan a construir otras construcciones mentales, conceptuales y así sucesivamente.

En este proceso de diagnóstico que realiza el maestro o maestra, le permite ver también las experiencias previas que tiene el niño frente al tema que va a desarrollar. Esto le posibilitará al orientador de tener una idea aproximada de las construcciones previas y de la manera como se han ido evolucionando en el transcurso del proceso.

Para que el niño construya conocimientos que son importantes en el medio donde está situado, es necesario ubicarlo en las situaciones dentro o fuera del aula, para que se constituya en necesidad prioritaria de construcción por parte del que afronta la información.

Es por eso que los maestros construyan currículos locales para que el niño sumergido en el medio, use la información que procesa para dominar las situaciones que afronta y así darle sentido de crecimiento personal, cognoscitivo, emocional y comportamental para su vida o quehacer cotidiano.

El constructivismo exige que el docente constructivista posea la capacidad para generar alternativas pedagógicas y así el alumno podrá buscar, construir conceptos, teorías, manejar las experiencias, generar experimentos, desarrollar actividades lúdicas y actividades prácticas, que favorecerán su formación integral y fortalecerán

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