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Reseña El Alma De La Toga


Enviado por   •  20 de Abril de 2013  •  2.499 Palabras (10 Páginas)  •  1.739 Visitas

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EL ALMA DE LA TOGA

Ángel Ossorio y Gallardo nació en Madrid el 20 de junio de 1873. Curso sus estudios de derecho en la universidad central, donde se licencio en 1849. Se afilio al partido que acaudillaba el señor maura milito casi toda su vida en forma tan leal que provoco el respeto de sus adversarios políticos. Fue concejal y teniente de alcalde del ayuntamiento de Madrid, fue diputado a cortes en varias legislaturas. Fue gobernador civil de Barcelona en 1909. En 1930 fue decano del colegio de abogados de Madrid. Durante la república fue diputado, fue embajador en Brúcelas, parís y buenos aires.

Publicaciones, obras y escritos de Ángel Ossorio y gallardo.

Manual del perfecto periodista. (Madrid año 1909)

Monografía, historia del pensamiento político catalán durante la guerra de España con la república francesa, año 1913.

Cartas a una señora sobre temas de derecho político, España año 1932.

Los derechos del hombre ciudadano y del estado y el prologo a la primera edición del alma de la toga.

Ossorio no fue solo un abogado, también dedico gran parte de sus energías a la política y a la historia. Murió en 1946.

Ángel Ossorio al hacer éste libro nos quiso hablar un poco de lo que está pasando con todos los abogados, de la inconsciencia que existe, del amor que le han perdido a la abogacía, un tanto para que hagamos conciencia y corrijamos todos esos errores que manchan la reputación del abogado y de la carrera de Derecho. Que nos dediquemos a ser realmente abogados y no caigamos en lo que algunos abogados han caído, en la corrupción en la falta de ética profesional. Ser licenciados en derecho no significa ser abogados. El escrito que Ossorio realiza no es científico, ni narración amena. Es la expresión de un estado de conciencia, refleja que siguen no solamente los aspectos técnicos del derecho, pretende ilustrar todo aquello que da dignidad al ejercicio del mismo.

El alma de la toga es un libro que contiene 28 capítulos, en el cual antor nos relata el verdadero ser del abogado. En el primer capítulo el autor nos señala quien es el verdadero abogado, dice que la abogacía no es una consagración académica sino una concreción profesional, el título universitario refleja que somos licenciados en derecho mas no abogados, el verdadero abogado es quien dedica si vida a dar concejos jurídicos y pedir justicia en el tribunal, debe ser bueno, firme, prudente, ilustrado y tener pericia. Abogado es aquel que permanentemente ejerce la abogacía, pero los demás solo serán licenciados en derecho y nada más. Para poder ser buenos abogados Ossorio dice que hay que tener una fuerza interior que nos ayuda a fiar en uno mismo, vivir la propia vida, seguir los dictados que se impongan y desatender los comentarios de los demás. Solo en nuestro propio ser podemos encontrar la fuerza de las convicciones, la definición de la justicia, el aliento para sostenerla, el noble estimulo para anteponerla al interés propio, el abogado tiene que comprobar a cada minuto si tiene esa fuerza interior que lo hace superior a todo lo que lo rodea, porque en cuanto tenga dudas tendrá que cambiar de oficio. Ser abogados no significa saber Derecho, sino conocer la vida, cada abogado debe de tener una sensación de la justicia. El derecho positivo lo encontramos en libros, pero lo que la vida reclama no lo encontramos escrito en ninguna parte, la justicia no es el fruto del estudio sino de una sensación, de una sensación que es el vehículo de la justicia, por eso hay que procurar apegarse tanto a lo que la ley dice, hay que utilizar los conceptos que consideramos buenos, equitativo, prudente, cordial y sobre todo justo. La abogacía no ce cimienta en la lucidez del ingenio, si no en la rectitud de la conciencia, un buen abogado es necesario que tenga moral, pero hay que defender lo que en realidad es bueno, una parte muy fundamental para el abogado es que tiene que saber guardar un secreto, ¿Cómo se guarda un secreto? No diciéndole a nadie. La abogacía no es un oficio, es un ministerio por ello debe guardar el secreto a todo trance, cueste lo que cueste. Dentro de los abogados se puede distinguir el término chicana, que no es más que una triquiñuela, enredo, arteria, embuste el cual el verdadero abogado debe abstenerse, la chicana es la cosa más vil que puede existir en un abogado, la misión del abogado está encaminada en ganar los pleitos usando argumentos de buena fe. Todo abogado debe ser sensible, no debe ser frio, pero tampoco debe dejarse llevar por sus emociones, un abogado debe actuar sobre las pasiones, las ansias y los apetitos el que se consume la humanidad. El abogado debe tener dolo y ambicionar la felicidad ajena, ya que nuestros clientes tienen derecho a nuestra palabra y sobre todo a nuestra prudencia en el consejo y serenidad de la acción. Ossorio nos menciona el desdoblamiento psíquico como el fenómeno por el cual el abogado se compenetra con el cliente de tal manera, que pierde toda su postura personal, en la abogacía es sustancial renunciar a los intereses propios para entregarse al bien de otro. Ossorio menciona que el abogado no depende de nadie es decir es INDEPENDIENTE de todos. Las profesiones liberales son las que se ejercen con libertad y en libertad tienen el más importante atributo. El Abogado no depende más que de sí mismo. Es el hombre libre, en toda la extensión de la palabra. Solo pesan sobre él servidumbres voluntarias; ninguna autoridad exterior detiene su actividad individual, a nadie da cuenta de sus opiniones, de sus palabras ni de sus actos. De ahí en el Abogado un orgullo natural, a veces quisquilloso, y un desdén hacia todo lo que es oficial y jerarquizado. El abogado debe estar orgulloso de su TRABAJO y desempeñarlo con inteligencia y pasión, La inteligencia es insustituible, pero más insustituible aun son la conciencia y el carácter. La regla del trabajo: hay que trabajar con gusto. Logrando acertar con la vocación y viendo en el trabajo no sólo un modo de ganarse la vida, sino la válvula para la expansión de los anhelos espirituales, el trabajo es liberación, exaltación, engrandecimiento. De otro modo es insoportable esclavitud. El abogado debe tener buena PALABRA

Ya que es la fuerza del verbo, si no tiene palabra ¿en qué fiara? el verbo es todo: estado de conciencia, emotividad, reflexión, estado de conciencia, efusión, impulsos y freno, estimulo y sedante, decantación y sublimación. Por la palabra se enardecen o calman ejércitos y turbas; por la palabra se difunden las religiones, se propagan teorías y negocios, se alienta al abatido, se doma y avergüenza al soberbio,

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