Todos Santos, día De Muertos

En este capitulo de la obra “Todos santos, día de muertos” de Octavio Paz nos relata como los mexicanos aman las fiestas, los festejos y aprovecha cada ocasión posible por reunirse y darse cuenta que cualquier situación es buena para celebrar para hacer una pequeña pausa a sus actividades cotidianas. México es uno de los pocos lugares donde se pueden vivir este tipo de espectáculos con sus comidas tradicionales, sus dulces de temporada, sus colores fuertes, llamativos pero también puros y sinceros, sus juegos artificiales que iluminan el cielo.

Donde el calendario esta lleno de festejos que son el pretexto para rezar, comer, emborracharse, bailar, gritar y porque no hasta pelear donde las plazas se llenan y por espacios largos la multitud llena de euforia expresa lo que lleva por dentro porque tal vez son los únicos momentos donde lo puede hacer.

En México celebramos cada una de nuestras fechas importantes marcadas en el calendario desde el día de la independencia con nuestros juegos artificiales hasta el día de muertos con nuestras ofrendas hacia los que ya no nos acompañan en vida, hasta el que menos tiene no se queda fuera, no importa que no haya ni para comer ni si cae entre semana ya que estas son nuestro único lujo y es el medio por el cual el mexicano descarga su alma, solo los ricos que son minoría no tienen tiempo ni ganas para ello, no es necesario ya que sus reuniones son frías por nada perderían sus modales. Nos dice Paz “Recuerdo que hace años pregunté al Presidente municipal de un poblado vecino a Mitla”:

“¿A cuánto ascienden los ingresos del Municipio por contribuciones?” “A unos tres mil pesos anuales. Somos muy pobres. Por eso el señor Gobernador y la Federación nos ayudan cada año a completar nuestros gastos”. “¿Y en qué utilizan esos tres mil pesos?” “Pues casi todo en fiestas, señor. Chico como lo ve, el pueblo tiene dos Santos Patrones.”

Esos días en que las personas se allegan mas y de un saludo de cortesía que durante días se ofrecen terminan tomando, llorando compartiendo juntos sus secretos, se llevan serenatas a las jovencitas, entre gritos. silbidos, las luces por los cohetes, las peleas se vuelve un ambiente que de igual manera forma parte de la celebración. Ya que el mexicano no solo se divierte se sobrepasa rebasando ese muro que lo tiene incomunicado, la soledad.

A través de la fiesta podemos romper las reglas hacer lo que queramos, “No hay nada más alegre que una fiesta mexicana, pero también no hay nada más triste”. “La noche de fiesta es también noche de duelo”. “La Fiesta es una de las formas económicas más antiguas, con el don y la ofrenda” Mientras la fiesta es esta experiencia de desorden, euforia, el renacimiento de la vida por otro lado esta la muerte.

Otra celebración muy importante que nos habla de muerte es la del día de muertos, la muerte es simplemente la consecuencia de lo que hiciste en vida, “Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida”. Cada quien busca su propia muerte ya sea una muerte digna o una muerte violenta, ella representa lo que hicimos o fuimos en vida.

Los antiguos mexicanos creían que la vida se continuaba con la muerte, y que la vida misma se alimentaba de la muerte. Y se sentían privilegiados al ser sacrificados

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