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Vínculos Familiares Y Sociales Del Niño Como Sistema Articulado De Relaciones.


Enviado por   •  10 de Julio de 2014  •  1.786 Palabras (8 Páginas)  •  951 Visitas

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Vínculos familiares y sociales del niño como sistema articulado de relaciones.

La familia juega un papel protagonista en el desarrollo de las personas, no solo porque garantiza su supervivencia física, sino también es dentro de ella donde se realizan los aprendizajes básicos que serán necesarios para el desenvolvimiento autónomo dentro de la sociedad (aprendizaje del sistema de valores, del lenguaje, del control de la impulsividad, etc.). A través de distintos mecanismos (recompensas y castigos, observación e imitación, identificación), la familia va moldeando las características psicológicas del individuo durante el tiempo que permanece bajo su custodia.

Sin embargo, la familia no tiene un poder absoluto e indefinido sobre el niño; es decir, ni los padres podrán <<tallar>> en sus hijos las características cognitivas, sociales y de personalidad que rígidamente y a priori deseen, ni los rasgos que caractericen al niño a lo largo de su desarrollo se deberán exclusivamente a las experiencias vividas al interior de la familia. En primer lugar, porque ciertas características pueden estar al menos parcialmente definidas cuando el niño nace (ej. Su salud o ciertas características de temperamento infantil como son su nivel de actividad o el de adaptabilidad a nuevas circunstancias o personas). En segundo lugar, porque otros contextos socializadores (escuela, compañeros), desde el momento en que el niño accede a ellos, influyen sobre él de forma paralela a la acción de los padres, en unos casos con mayor convergencia que en otros. Por último, porque la familia, a su vez, se encuentra bajo la influencia de un conjunto de factores que condicionan y determinan su funcionamiento (situación socioeconómica de los padres, coyuntura política y económica de la sociedad en general, etc.). Esto hace que, por un lado, cada familia se encuentre expuesta a características o determinantes propios (ej., número de personas que la componen, características de la vivienda donde residen, cantidad de ingresos familiares, nivel educativo y características de personalidad de los padres, etc.) y, por otro, que la familia como institución esté sujeta a cambios: el paso de la familia extensa a la familia nuclear, el trabajo de la mujer, el divorcio, la influencia de los medios de comunicación, etc. Son ejemplos de tal evolución. La familia juega un papel protagonista en el desarrollo de las personas, no solo porque garantiza su supervivencia física, sino también es dentro de ella donde se realizan los aprendizajes básicos que serán necesarios para el desenvolvimiento autónomo dentro de la sociedad (aprendizaje del sistema de valores, del lenguaje, del control de la impulsividad, etc.). A través de distintos mecanismos (recompensas y castigos, observación e imitación, identificación), la familia va moldeando las características psicológicas del individuo durante el tiempo que permanece bajo su custodia.

Sin embargo, la familia no tiene un poder absoluto e indefinido sobre el niño; es decir, ni los padres podrán <<tallar>> en sus hijos las características cognitivas, sociales y de personalidad

que rígidamente y a priori deseen, ni los rasgos que caractericen al niño a lo largo de su desarrollo se deberán exclusivamente a las experiencias vividas al interior de la familia. En primer lugar, porque ciertas características pueden estar al menos parcialmente definidas cuando el niño nace (ej. Su salud o ciertas características de temperamento infantil como son su nivel de actividad o el de adaptabilidad a nuevas circunstancias o personas). En segundo lugar, porque otros contextos socializadores (escuela, compañeros), desde el momento en que el niño accede a ellos, influyen sobre él de forma paralela a la acción de los padres, en unos casos con mayor convergencia que en otros. Por último, porque la familia, a su vez, se encuentra bajo la influencia de un conjunto de factores que condicionan y determinan su funcionamiento (situación socioeconómica de los padres, coyuntura política y económica de la sociedad en general, etc.). Esto hace que, por un lado, cada familia se encuentre expuesta a características o determinantes propios (ej., número de personas que la componen, características de la vivienda donde residen, cantidad de ingresos familiares, nivel educativo y características de personalidad de los padres, etc.) y, por otro, que la familia como institución esté sujeta a cambios: el paso de la familia extensa a la familia nuclear, el trabajo de la mujer, el divorcio, la influencia de los medios de comunicación, etc. Son ejemplos de tal evolución.

En cualquier caso, la familia es un contexto de socialización especialmente relevante para el niño, puesto que durante muchos años es el único y/o principal en el que crece y, además, actúa como llave o filtro que selecciona la apertura del niño a otros contextos: son los padres quienes deciden el momento de incorporación del niño a la guardería, son ellos quienes en los primeros momentos posibilitan los contactos sociales del niño con personas ajenas a la familia, más adelante elegirán el tipo de colegio al que irán sus hijos,

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