Vivir Para Contarlo

Vivir para contarlo, de mis memorias en Roma.

Todo empezó tras recibir la participación a la vigésima cuarta reunión de la TASK FORCE FOR THE PROTECTION OF CHILDREN IN TOURISM, que se desarrolló en el marco de la ITB de Berlín en Alemania. En 2009, Casi sin ser realmente consciente de ello, me habían concedido la oportunidad de conocer toda la Unión Europea y al conjuntar además una cita otorgada en el vaticano, decidí hacer mi base en concreto Italia. Perplejo al recibir tan inesperada noticia, me plantee una serie de interrogantes que delataban una cierta mezcla de inseguridad y miedo ante lo desconocido; ¿haré bien?, quizás me esté equivocando y debiese quedarme..., no conozco a nadie... Eran inquietudes que rondaban mi cabeza constantemente por el miedo al cambio, pero quizás el “qué seria si...” me hizo cambiar de actitud y mantener la cabeza fría que de hecho esto no era difícil debido a que nos encontrábamos 18 grados bajo cero, para plantearme que seria una oportunidad única, irrepetible e inigualable. Adoptar esta postura mucho más positiva hizo que me tomase esta experiencia como un reto personal, conmigo mismo, del cual debía salir victorioso. Acepté dicho reto y llegó la hora de partir con las maletas cargadas de ilusiones, ambiciones y sueños para medio año... Destino: Roma (Italia).

El inicio, a decir verdad, no fue todo lo bueno que esperaba porque el estar en un país extranjero donde el idioma no lo dominas bien, con la necesidad imperiosa de buscar una casa donde instalarte definitivamente y de adquirir una serie de hábitos y costumbres que te hagan integrarte un poco en la vida de dicho país, no es tarea fácil.

Fue el tiempo, el juez supremo de todo, el que hizo que poco a poco todos y cada unos de estos inconvenientes iniciales pasasen a ser puro tramite y empezase lo que seria en realidad mi verdadera estancia en Roma.

Fue un periodo muy eclíptico en todos los sentidos; pude alternar de manera satisfactoria y con buen resultado foros, trabajo con diversión, fiestas y viajes por toda Europa é incluso cruzar al África (marruecos). Estuvo realmente genial, pues se está constantemente en contacto con una realidad paralela a la que diariamente vivimos en América, desarrollada en un ámbito donde el conocer a gente de otros muchos países, contrastar opiniones, culturas, experiencias, risas y lagrimas con todos ellos te hace evolucionar mucho a nivel personal, pues te otorga el privilegio del ver el mundo desde un punto de vista mucho más objetivo y apreciar la realidad que nos rodea de una manera mucho más cercana.

Sin lugar a dudas, fue un año decisivo en mi vida, debido no tanto a la adquisición de conocimientos que fueron muchos; idioma, arte, cultura... sino a aprender a vivir en un país diferente al tuyo y sentirte “como en casa”, aprender a manejarte por ti mismo ante situaciones

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