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Y Colorin Colorado Este Cuento Aun No Se Ha Acabado


Enviado por   •  11 de Junio de 2012  •  1.103 Palabras (5 Páginas)  •  1.188 Visitas

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Era una noche muy fría, tal vez la más fría de todas las noches. Alice se encontraba sentada en la ventana de la torre más alta del castillo, observando las estrellas con su vestido azul de gasa casi transparente. Como todas las noches, esperaba ansiosa la señal milagrosa que deseaba desde hace tiempo. Soñaba con lo que su propia vida podría ser si tan sólo llegara esa señal…

El ruido de la puerta para entrar a la torre y los pasos en la gran escalera, que conducía hasta su habitación, la hicieron regresar a la realidad.

Ahí viene de nuevo –pensó angustiada.

La puerta se abrió, y el gran dragón negro "Emmett" del miedo asomó la cabeza.

¿Qué estás haciendo, princesa Alice? –le dijo el dragón con esa voz hosca, desconfiada y dudosa pero siempre imponente que caracteriza a los dragones negros "Emmetts" del miedo.

Espero la señal para salir de aquí –respondió Alice, temerosa ante la presencia de Emmett.

El dragón se expresó con mucha fuerza. –No debes salir de aquí, no puedes hacerlo hasta estar segura de haber escuchado la señal.

Pero debe de haber una manera –dijo Alice desesperada.

Emmett sólo la observó detenidamente, sus ojos rojos contrastaban de manera impresionante con su cuerpo negro, y resaltaban notablemente en el centro de su negra cara. Alice se sentía intimidada siempre ante su presencia.

Alguien muy importante –le dijo el dragón.- Tuvo mucho cuidado al encargarte conmigo, yo soy el mejor guardián.

-Pero no puedes tenerme encerrada para siempre.

¡No podrás salir de aquí hasta haber entendido la señal! –El dragón Emmett del miedo rugió de manera aterradora. El pavor tomó presa a Alice, quien se quedó petrificada.

¡Hay demasiados peligros afuera! –concluyó el dragón dando la vuelta para salir.

-Pero yo…

Hay demasiados peligros afuera y aquí te quedarás. –El dragón del miedo salió azotando la puerta. No se oyó cerradura ni candados, nada que asegurara la puerta. El dragón del miedo sabía que Alice estaba muy asustada como para escapar.

Y así, Alice regresó a la ventana a mirar las estrellas, suspiró profundamente y esperó de nuevo ansiosa por esa señal. Era una noche muy fría, tal vez la más fría de todas las noches.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

¡Un momento!

¿Perdón?

¡Dije un momento! ¿Eso es todo? ¿Me voy a pasar toda la vida sentada en la ventana de la torre esperando la señal?

Este, yo…

Tú siempre cuentas la misma historia, exactamente la misma historia y yo aquí espero ansiosa a que un día cambie, que un día aparezca la maldita señal, que caiga una estrella fugaz, que se obscurezca la luna o que por lo menos salga el sol, pero no, ¡nooooo!... ¿Sabes que esta noche es una noche muy fría, tal vez la más fría de todas? ¡Pero claro que lo sabes! Tú eres la escritora y lo repites DOS veces en la historia.

Eso cierra el círculo de la historia.

¡Qué me importa a mí el círculo de la historia! Estoy cansada, harta, aburrida y muerta de frío… ¿Por qué sabes qué? Esta noche no sólo es muy fría, no sólo es tal vez la más fría de todas las noches… ¡Está helando! Y yo aquí sentada con un vestido azul de gasa casi transparente. ¡Por el amor de Dios! ¿No me pudiste haber escrito aunque sea una frazada?

El lector

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