El mundo de Arguedas y el mundo arguediano

EL MUNDO DE

ARGUEDAS

Y EL MUNDO ARGUEDIANO

INTRODUCCIÓN

     Al leer a José María Arguedas, por convicción, por curiosidad o por una recomendación cualquiera y sin conocer su biografía, dirás que fue un gran escritor y poseedor una prosa excelsa, pero a la vez triste, de esas personas que conocieron el lado retrógrada de la humanidad, que aún se conserva en mentes atrofiadas, de los escritores que si no vivieron en carne propia esos maltratos, estuvo muy, pero muy cerca de ellos.

     Dirás que tiene un sentimentalismo tal, que en su vida debió haber carencia de afecto, pero a la vez te darás cuenta que ese escritor supo de donde conseguirla e incluso afianzarla más a su vida, quizás no conseguirla, quizás fue providencia de la vida.

     Así que sin conocer su biografía te dará un afán incontrolable por conocer a tal personaje que escribió esas increíbles obras, que te pusieron en vilo página tras página y ahí te enteraras que su vida no fue fácil, fue sufrida, pero supo no solo salir de la adversidad, sino que supo cómo ponerla a su favor.

     Así que José María Arguedas tuvo un mundo despiadado, y a base de ese formo otro. Nunca hay mal que por bien no venga.

DESARROLLO

     Así que se debería saber que José María Arguedas fue un escritor, poeta, traductor, profesor, antropólogo y etnólogo. Nació el 18 de mayo de 1911, en la ciudad de Andahuaylas. Indigenista, uno de los principales en dar la reivindicación al «indio», no solo verlo como un ser que vive de sentimientos, y de esos sentimientos hace que no piense, sino como una persona que razona, piensa y sigue ideales como todos e incluso más acérrimamente, pero siempre conservando un punto, un nudo que se arraiga, quizás pequeño, pero de suma importancia, ese lugar donde se conserva lo inmaterial, lo esencial, donde el humano sin ese hito, dejaría de llamarse humano; como un nudo de costura: sin ese nudo no se mantendría el hilván.

     Hijo de Manuel Arguedas Arellano y Victoria Altamirano Navarro, vivía en una pudiente familia. A la edad de dos años fallece su madre y pasa a vivir con su abuela paterna. En 1915 su padre es nombrado juez en provincia de Lucanas, en el departamento de Ayacucho. Y en 1917 su padre se casó con Grimanesa Arangoitia Iturbi. En ese mismo año el niño Arguedas se traslada junto con su hermano Arístides y  vivieron con su madrasta y su hermanastro Pablo Pacheco, de los cuales recibió desde el primer momento una reacción desdeñosa, mandándolo a comer, vivir y creerse como los criados nativos. En 1921 Arguedas se escapó de su casa y fue a vivir a la hacienda de su tío Manuel Perea Arellano, donde se sentía dichoso con la compañía de los indígenas. Desde ahí es donde empieza el mundo de Arguedas, que daría paso a la expresión arguediana. En 1923 recogido por su padre y conociendo más de 200 pueblos y terminando en Abancay, lo matriculan Miguel Grau de los Padre Mercedarios. En 1924 se traslada a Lima y ahí vive el menosprecio del costeño al serrano, y el en forma de venganza se vuelve el mejor alumno. Y en 1930 acabó sus estudios en el colegio Nuestra señora de la Merced en Lima. Todo ese tiempo le sirvió de ayuda para crear su obra Ríos Profundos, considerada la gran obra de Arguedas, su opus magnum. Le sirvió, pues como se sabe el arte imita a la vida, y este caso estuvo arraigado te tal manera que contó su historia de una forma sutil, con los recovecos de la adolescencia y el abandono del padre, con los maltratos de los compañeros de escuela y sus aventuras que siempre tenían una reprimenda,  que hizo interesar al lector, con el mundo andino, lleno de injusticia y en lo poco los indígenas conservan alegría, pero también la vida amargada de los colonos que vivían peor que animales y se volvieron coléricos y huraños.

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