Actividad 3. Educar en y para la democracia

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Actividad 3. Educar en y para la democracia.

Cuando Bárcena menciona el tema de la capacidad de gobernar, comenta que “nuestro problema no consiste sólo en una supuesta incompetencia de los ciudadanos para tomar decisiones políticas, sino en la incapacidad misma de los políticos y gobernantes para afrontar los retos a los que nos enfrentamos a las puertas ya de un nuevo milenio. Las condiciones de debilitamiento de la democracia poseen un rasgo especial, en el sentido de que, como hemos señalado, tienden a desnaturalizar la democracia” (Bárcena, 1997); a lo que yo me remonto al trabajo de observar dentro de una escuela o aula en específico, donde aquí menciona a los gobernantes que afrontan retos y que se enfrentan como ciudadanos y con los ciudadanos, relaciono a estos gobernantes con la maestra de grupo y porque no, con la directora también, quienes yo logre observar en este trabajo; ya que bien es cierto esto no solo se da en el gobierno, sino que lo logramos apreciar en un día a día normal dentro de una escuela, donde la maestra trabaja arduamente en mantener lo justo con lo conciso para todos, donde da los pros y contras de las diversas circunstancias y situaciones a las que nos enfrentamos todos los días, donde muchas veces los mismos alumnos pasan a desnaturalizar la democracia, ya que, se logró observar ciertas inconformidades, expresadas por los alumnos, muchas veces no se necesitan palabras para descubrirlo, simplemente con un gesto o cierto movimiento de cara o cuerpo, esto es notado y observado evidentemente; aquí la maestra se enfrenta a varios elementos, pero el principal es cambiar ese pensamiento en sus alumnos, que entiendan el porqué de las cosas, que lo que ella menciona tiene una enseñanza para ellos como alumnos y eso es lo que se busca todos los días, que se lleven consigo ese aprendizaje de vida.

Lo que logro observar en la explicación anterior es como la maestra hace énfasis en lo que les menciona a sus alumnos, dando énfasis desde lo justo a lo injusto, creando conciencia y pensamiento crítico desde esta corta edad, explicándoles de una forma u otra sobre lo que están realizando en sus actos y por ende lo que esto conlleva, ya sea bueno o malo; basándose en lo ético, cívico, las leyes (en este caso dentro de una escuela se da por medio de un reglamento escolar), relacionando todo lo anterior, para hacer entendimiento de la situación a los alumnos; tal como lo cita Bárcena, es una “consecuencia importante de esta quiebra social a la que aludo es la expansión de una configuración burocrática y tecnocrática en la que la ciudadanía se ve progresivamente marginada. Según Llano, nuestra actual situación política exige, preferentemente, un tratamiento de orden ético, esto es, un tratamiento de la verdad del hombre y la mujer de acción, de la verdad práctica. La puesta en práctica de un análisis de estas características constituye, según Llano, una apuesta inspirada en la promoción del humanismo cívico, que descansa en la convicción de que todo ciudadano, cualquier ciudadano, es capaz de distinguir lo verdadero de lo falso en la vida pública, es decir, de discernir entre las leyes justas y las leyes injustas”.

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