Ensayo: yo, el lápiz

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA Y TECNOLOGICA DE COLOMBIA

SEDE SECCIONAL CHIQUINQUIRA

NOMBRE: JULIANA MATEUS AGUILAR

ENSAYO: YO, EL LÁPIZ

Después de encontrarnos con tan maravillosa lectura de Leonard Read “Yo, el lápiz” nunca más volveremos a ver un lápiz de la misma manera como antes lo hacíamos, porque la perspectiva que hemos descubierto con esta exposición ha sido extraordinaria, yendo más allá de lo que a simple vista se alcanza a observar en ese trocito de madera que a muchos nos ayudó para escribir nuestros primeros garabatos.

Descubrir la innumerable cantidad de personas que se involucran en cada proceso de la elaboración de un lápiz, cada parte que lo conforma se ve tan pequeña y sencilla que es inimaginable pensar la cantidad de gente que estuvo detrás de la fabricación de este maravilloso producto. Ahora es más fácil detenerse a pensar en otros procedimientos que pasan muchas cosas que conocemos y consumimos, una tortilla de maíz por ejemplo,  lleva  nuestra mente desde el preciso instante donde se seleccionó la semilla correcta, se realizó la siembra, luego se lleva a cabo la cosecha, se realiza la distribución con los diferentes comerciantes,  la tortillera lo convierte en masa y por último, entrega en nuestras manos una tortilla recién sacada del comal, la cual nosotros llevamos a nuestra mesa como un producto ya terminado para el consumo, no podríamos contar con exactitud cuántas personas estuvieron involucradas para llevar a cabo todo este proceso.

Es asombroso y llama mucho la atención también como el escrito estudiado, hace referencia a la “mano invisible” que menciona Adam Smith, aquí vemos un punto de vista donde solo Dios puede realizar procesos para crear materias primas que el hombre es incapaz de entender y de hacer, como el ejemplo que se mencionaba sobre lo que ocurre en la vida de un árbol, nadie puede crear uno. Ni siquiera algo tan pequeño como un grano de maíz es capaz de crear al hombre.

No hay mente capaz de crear todo lo que existe, unos necesitando siempre de los otros para llegar a un propósito final y beneficiarse mutuamente. Es de reconocer que existen tantas personas que se dedican de forma muy creativa a estudiar y realizar productos que son muy importantes para cubrir las necesidades humanas, y que se ponen de acuerdo y se organizan para aportar sus ideas y ponerlas en práctica entrelazándose e involucrando así a numerosos colaboradores en procesos productivos para llevar a cabo la finalidad de lo que se ha pensado. Todo lo anteriormente expuesto nos hace inclinarnos de acuerdo con el pensamiento sutil, ya que es normal y es común que las acciones individuales sucedan en las personas y que estas acciones puedan coordinarse con otras personas sin tener que estar ligadas a un plan complejo, simplemente son acciones que no se pueden contemplar en una planificación o por una sola mente. (Read, 1958)

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