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El Español que se habla en Yucatán


Enviado por   •  20 de Junio de 2023  •  Monografías  •  1.821 Palabras (8 Páginas)  •  31 Visitas

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El  Español Yucateco                  

El Español Yucateco: Perspectiva Histórica, Etnocultural, Fonética, Morfológica y Sintáctica


Titulillo: EL ESPAÑOL YUCATECO Y SUS PARTICULARIDADES

El Español Yucateco: Perspectiva Histórica, Etnocultural, Fonética, Morfológica y Sintáctica

Juan C. Solís Rivera

Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, Yucatán 

Martes, 20 de noviembre de 2012


Entre aquellas características naturales y climáticas que enamoran frecuentemente a los visitantes existe algo aún más particular y cautivador en la península: el habla del yucateco.

Es común escuchar a los paisanos de otras entidades federativas expresarse de esta particular forma de hablar, desde elogios, hasta críticas, y por qué no, una que otra broma por la forma en la que los peninsulares azotan el idioma al hablar aporreado (sic.) (Martín Briceño, 1997).

Muchas han sido las influencias que se han permeado en el castellano peninsular. Por tanto, el objetivo de este manuscrito es señalar aquellas que han convertido a nuestro español en algo único, distintivo, bello, y diferente.

Se abordarán los orígenes del idioma castellano en la península, es decir, cómo llegó, y con base en eso, cómo se ha ido transformando. El contacto que ha tenido desde entonces y hasta ahora con la lengua maya, el aislamiento sufrido durante muchos años por razones de índole geográfica que permite entrever la mayor cantidad de similitudes que existen entre nuestra lengua castellana peninsular y aquella hablada en Cuba, El Salvador, e inclusive Colombia--con quienes compartimos un lexicón.

El Español Yucateco: Perspectiva Histórica, Etnocultural, Fonética, Morfológica y Sintáctica

Junto con la llegada de los españoles--alrededor del año 1511 con los primero náufragos, aunque acontecen cosas de mayor importancia alrededor de 1517--llegaron otras cosas que ahora consideramos indispensables para nuestra vida y que también fueron de notable importancia para la historia de nuestra sociedad a través del rumbo recorrido por nuestra nación partiendo de las épocas prehispánicas y pasando por la colonia, la independencia, la revolución y demás etapas de carácter histórico.

El primero suceso ocurrido con el arribar de los europeos a nuestra península fue un choque cultural de inmensa importancia. Dos etnias, razas, poblaciones--o como quiera denominárseles antropológicamente--completamente distintas entraron en contacto. Sus estilos de vida, su forma de pensar, de adorar y de concebir al mundo eran completamente ajenas una de la otra. Jesús Amaro Gamboa (1984) cita a Robert Redfield quien escribe acerca de la trayectoria del mestizaje lo siguiente:

Yucatán no fue una excepción al hecho general de que, fuera de los españoles, prácticamente ningunos otros europeos penetraron en la América Latina durante el período colonial. Los otros elementos étnicos adquiridos por Yucatán desde la Independencia fueron pocos y de escasa importancia.

Esto permite reconocer el porqué del español como la lengua predominante--colonizadora--de la península, ya que como mencionaría más adelante en el mismo texto J. A. Gamboa (1984), las poblaciones alemanas, sirias, chinas y coreanas fueron pocas y se establecieron posteriormente en la capital--Mérida--que para entonces era ya sede de un mestizaje centenario, con una forma de tratar al castellano muy particular; siendo Hernández de Córdoba de los primeros españoles en iniciar el mestizaje étnico, dando como resultado ese proceso del “uayeísmo”, término utilizado por Amaro Gamboa (1985) para denominar a todas y cada una de las acepciones del empleo de dicha palabra, desde sus usos como adverbio, sustantivo, verbo, adjetivo y la más común en el presente, como interjección que denota dolor intempestivo, inesperado y fugaz, que usualmente identifican al yucateco, pero que denota el ciclo de enlace entre las culturas española y maya. Sin embargo, dicho proceso de colonización no difiere mucho al de otras partes del mundo, aunque es menester mencionarlo ya que es un elemento que da origen a esta desvirtuación de la lengua (Amaro Gamboa, 1984).

Se presentan ahora aquellas particularidades del español en Yucatán. Entre todas las que figuran dentro de nuestra habla destacan: el uso de voces de origen maya--cuya influencia, como se mencionó con anterioridad, es de suma relevancia al tema--, la fonética, la semántica y la sintaxis las cuales también acusan una marcada influencia maya (Suárez Molina, 1996). No obstante, esto no excluye el darse cuenta de la concurrencia de las mismas influencias fonéticas, morfológicas y sintácticas--que son un tanto más frecuentes en otras regiones de Hispanoamérica--pues debe tomarse en cuenta que existe un común catalizador de toda esta pancomunión gracias al español, tanto en la lengua, como en la raza y la cultura (Suárez Molina, 1996).

El término del español yucateco puede--y debe--ser empleado no sólo como referencia del estado de Yucatán sino también para aquellos estados limítrofes que en algún punto fueron considerados parte de la península (Espejo Méndez, 1998).

De cualquier manera, aún pueden presentarse ciertos rasgos que son endémicos de la comarca yucateca. Adentrándonos al aspecto fonético del habla yucateca, un claro ejemplo de esto es el fonema sibilante en posición de coda silábica (s final) que tiene una articulación muy definida en el estado, en tanto que en Puerto Rico y Cuba, por un lado, y en Campeche y Tabasco, por el otro, es a la inversa, una letra aspirada (Suárez Molina, 1996).

Continuando con la reseña de dichos rasgos--fonéticos-- distintivos, cabe mencionar las consonantes oclusivas (debe hacerse constancia de que varias de estas particularidades pueden estar presentes de igual manera en otras regiones hispanoamericanas). La b ante t se oscurece y su prolación se aproxima a la de la p, como en las palabras obtener (optener) obtuso (optuso), etc. Ante s--en el habla vulgar--se convierte en ocasiones en c: observar (ocservar), absoluto (acsoluto). Dentro del mismo estrato vulgar, la p antepuesta a la t se convierte en c: sectiembre en lugar de septiembre (Suárez Molina, 1996). La caída de la g es otro fenómeno característico de la región; que puede atribuirse--sin ser atribuido en su totalidad--a la lengua maya a falta de dicho fonema (Suárez Molina, 1996). Figuran como ejemplos de dicha mención aquellas palabras en las que la g desaparece en las voces con la sílaba gua--ya sea ésta inicial, intermedia o final--: agua (awa), aguantarse (awantarse), guanábana (wanábana), etc. Y relacionado a las tergiversaciones de la letra g, figuran aquellas en las que ésta, en lugar de desaparecer, sustituye a la letra c: carraspera (garraspera), apercollar (apergollar) y renquear (renguear); escuchadas incluso hasta en círculos cultos (Amaro Gamboa, 1996).

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